Trump será presidente. Trump no cree que el cambio climático esté producido por el hombre y se ha comprometido a "cancelar" el Acuerdo del clima de París porque, según dice, es malo para los (negocios) estadounidenses.
El problema es que el Presidente de los Estados Unidos puede hacer un daño increíble a las políticas medioambientales a nivel internacional. Y todo parece indicar que Trump va a aprovechar ese poder. ¿Qué será de la lucha contra el cambio climático en la era Trump?
Invento, charlatanería y farsa: el cambio climático según Donald Trump
Basta con echar un ojo a su cuenta de twitter para ver qué ideas tiene Trump sobre el cambio climático y las políticas públicas necesarias para frenarlo.
«El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos con la intención de hacer menos competitiva a la industria norteamericana», «Tormentas de hielo desde Texas a Tennessee - Yo estoy en Los Ángeles y está helando. ¡El calentamiento global es una completa (y carísima) farsa!» o «Toda esa carísima charlatanería del calentamiento global tiene que acabarse. Nuestro planeta se está enfriando, récord de temperaturas mínimas y nuestros científicos del calentamiento global están atascado en el hielo».
Lejos de ser una opinión excéntrica en la política norteamericana, las ideas climáticas de Trump se insertan en una corriente de opinión que, pese a unos años de capa caída, siguen siendo muy populares. Una muy importante parte de los Estados Unidos piensa que el cambio climático no es un problema.
La (lógica) preocupación de los científicos
Eso contrasta con la opinión de la comunidad científica: el 77% de los científicos creían en 2014 que el cambio climático era un problema muy serio. Y las cifras no han hecho sino subir. Por eso, cientos de miembros de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la mayor institución científica del país, mandaron una carta abierta a Trump defendiendo que salirse del acuerdo de París tendría "consecuencias duras y duraderas" para el futuro de los Estados Unidos y de la Tierra en su conjunto.
No se equivocan: EEUU es el segundo país por número de emisiones de gases de efecto invernadero, solo después de China. Y, bajo el liderazgo de Obama, han tenido un papel central en los avances de la Cumbre de París. Aunque Trump, por sí sólo, no puede anular el acuerdo del COP21, pero puede hacer otras cosas que acaben convirtiéndolo todo en papel mojado.
¿Cómo salirse del Acuerdo de París?
Según John Upton, un periodista especializado en estos temas, si Trump sigue adelante, hay tres escenarios posibles. El primero es que, como George Bush en 2001 con el protocolo de Kioto, Trump anuncie que no va a implementar el acuerdo. Con las mayorías republicanas en Congreso y Senado, simplemente tendría que desmantelar las regulaciones climáticas y debilitar las políticas verdes. Es, sin duda, el escenario más probable.
El segundo escenario es que decida salirse formalmente del Acuerdo. Tendría que esperar al final de este mandato porque el acuerdo de París establece que los países deben permanecer tres años dentro antes de iniciar el proceso para salirse de él (lo que conllevaría otro año extra). Obama firmó el acuerdo en septiembre. Por lo que la salida de la Convención de París se demoraría cuatro años y podría ser empleado como una baza electoral de cara a la reelección de Trump.
La tercera opción es más radical. En realidad, Trump podría retirar formalmente a los EEUU del acuerdo en sólo un año. Y sin necesidad de recurrir al Congreso. Cuando Obama firmó el acuerdo de París no necesitó la aprobación de nadie porque el nuevo texto era consistente con un tratado-marco internacional que sí estaba aprobado.
Hablamos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992. Una convención de la que Estados Unidos podría salirse con sólo un año de pre-aviso. Y, con ella, salirse en cascada de todos los acuerdos que dependen de ella como el de París.
Sea como sea, ninguno de los tres escenarios es bueno. Los acuerdos climáticos se basan en la idea de que las posibles pérdidas de productividad (relacionadas con las políticas verdes) no van a ser aprovechadas. Si Estados Unidos se sale de los acuerdos, es muy probable que veamos un efecto dominó con China, India, Rusia y otros tantos grandes contaminantes saltándose la gran esperanza verde contra el cambio climático. Muchas dudas, por tanto, en el futuro de la lucha contra el cambio climático.
Imágenes | Gage Skidmore
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