Y, aunque nadie sabe qué va a pasar con la industria durante los próximos meses, son unas excelentes noticias
Tras dos años terribles, los primeros datos y previsiones de la campaña del aceite de oliva de 2024/2025 traen, por fin, buenas noticias. Así lo ha confirmado la mesa sectorial de ASAJA, que se reunió en Madrid la semana pasada y avanzó que, si todo va bien, podría alcanzar el 1.400.000 de toneladas a nivel nacional.
Es decir, volvemos a la normalidad.
Había dos puntos críticos y ya hemos superado uno. Cuando las lluvias de los primeros meses del año iban alejando el fantasma de la sequía, los aires de cambio llegaban al sector olivarero. Sin embargo, nadie quería lanzar las campanas al vuelo: por delante aún estaba uno de los momentos más críticos del olivo, la floración.
Si, como los años previos, las olas de calor se adelantaban, buena parte de lo que se había ganando con las precipitaciones de principios de año se perdería. Por suerte, las temperaturas suaves de 2024 permitieron una floración óptima de los olivares de la mayor parte del país.
No obstante, quedaban muchos meses por delante. Y, sin embargo, ya estamos en julio y los primeros análisis confirman que todo va sobre ruedas. “Aún es pronto para hablar de cifras estables, pero hemos podido constatar que el desarrollo del cultivo y del fruto está siendo, hasta el momento, muy bueno en gran parte del país”, decía Rocío M. Gallardo, responsable sectorial de Asaja Sevilla en ABC.
¿En qué fase estamos? Ahora mismo, en la mayor parte del sur del país, la aceituna está en fase de endurecimiento del hueso y, dentro de poco, empezará el engorde del fruto. Ahí vienen los “últimos cuatro meses clave”.
¿Clave? ¿Qué falta por pasar? "Necesitaremos también que el nivel de precipitaciones siga acompañando, que sigamos teniendo lluvias en todas las fases que tenemos que seguir avanzando en el camino a la recolección", explicaba Cristóbal Cano, el secretario general de UPA en Andalucía y Jaén, en la Cadena Ser. Y llevaba razón.
Una vez comienza el engorde, hay dos factores muy importantes de nuevo: las lluvias y las temperaturas. No solo porque permiten a los olivos seguir engordando las aceitunas, sino porque las condiciones meteorológicas elementos claves en la regulación de los árboles y son las que marcan cuando empezar la campaña.
¿Y el resto del mundo? Según el estudio coordinado por Dimitra Aliefs, doctora en economía, experta en comercio internacional de aceite de oliva y miembro de E4, durante la próxima campaña se producirán en torno a 3,2 millones de toneladas de aceite de oliva.
No obstante, hay algunas dudas. Las previsiones hablaban de que excepto Italia (que sigue en su particular pérdida de peso olivarero) y los países del norte de África (que aún no se han repuesto de la sequía), los grandes productores mundiales mejorarían su producción, pero las olas de calor llevan meses afectando al Mediterráneo oriental y hay dudas sobre su efecto en Grecia y Turquía.
Sea como sea, a día de hoy y teniendo en cuenta el peso de España en la producción global, podemos decir que todo son buenas noticias. Toca cruzar los dedos.
Imagen | mr. Ξ
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