Pero si la tendencia se confirma, cada vez va a pasar más
Esta madrugada, a las 05:00 de la mañana los termómetros del municipio almeriense de El Ejido estaban en 38.1 grados. En el Aeropuerto de Almería, a 40 kilómetros de allí, no ha bajado de 33.8 en toda la noche. Las mediciones se repiten: 35.9 en Adra a las 04:00 de la mañana, 34.4 en el Cabo de Gata a las 05:20 y un largo etcétera.
Esta noche ha sido un infierno en Almería.
Sí, el término es 'infernal' y no, no es una metáfora. El término es confuso e induce al sensacionalismo. Pero como explicaba el meteoglosario de la AEMET, las noches que superan los 3o grados llevan ese nombre: son noches infernales. No solemos escucharlo porque, históricamente, se trata de algo bastante raro, pero se va haciendo relativamente frecuente conforme vamos sintiendo los efectos del cambio climático.
¿Qué ha pasado exactamente en Almería? Ha pasado el terral. En general, denominamos 'terral' a vientos muy cálidos y resecos que, por el efecto foehn, alcanzan temperaturas muy altas. La masa de aire sobre el sureste, como decíamos ayer, ya era muy cálida y el influjo de estos vientos han hecho el resto.
Como explicaba Vigorro en X, esto se ve muy bien por las enormes diferencias que se han podido ver en las temperaturas al este y al oeste de la capital. "Mientras que en el poniente el terral del primer cuadrante ha cesado a ratos propiciando 'respiros', en Almería capital y hacia el este no lo ha hecho". Por eso el Aeropuerto no ha bajado de 33.8 mientras que El Ejido ha tenido 29º a las 02:00 y 27º a las 08:00.
¿Es normal? El terral es un viento típico y sus efectos son más que conocidos. Sin embargo, lo de esta noche no ha sido normal. Como referencia, la mínima más alta que había tenido la estación meteorológica del Aeropuerto de Almería fueron los 33,1 de la noche de San Juan de 2001.
¿Se puede dormir con esas temperaturas? A los seres humanos no se nos da bien dormir con mucho calor. De hecho, hay investigadores como Malcolm von Schantz, neurocientífico del sueño en la Universidad de Surrey, que creen que es por una cuestión puramente evolutiva. "Hemos evolucionado para dormir durante la noche, cuando hace más frío y se está oscuro". Y ese frío y esa oscuridad nos ayudan a ajustar nuestro reloj biológico.
Es decir, la regulación térmica es un factor significativo en la regulación del sueño y las olas de calor nocturnas la desbaratan. El calor ambiente dificulta la reducción térmica que, fisiológicamente, precede al sueño y parece más que demostrado que cuando la temperatura es muy alta, es más difícil conciliar el sueño y, cuando se consigue, éste es de muy poca calidad (fragmentado y con pocos sueños).
Hay algunos trucos y técnicas para dormir cuando hace mucho calor. Pero hablamos de temperaturas tan altas que cualquier truco se queda corto.
¿Cómo va a evolucionar la situación? Por lo que sabemos sobre agosto no es muy tranquilizador. Los primeros 15 días del mes se esperan más cálidos de lo normal en todo el país con contadas excepciones: Canarias, el entorno del Golfo de Cádiz y el norte de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra se esperan solo "ligeramente más cálidos de lo normal".
Imagen | Meteociel
En Xataka | Una defensa científica (a capa y almohada) de la siesta
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