La última innovación tecnológica contra la sequía consiste en guardar el agua bajo tierra

Hace unas semanas, comentábamos que, con el cambio climático, el agua se está convirtiendo en un recurso muy escaso. La reorganización de las lluvias y los cambios demográficos están tensando los límites del suministro de agua mundial.

Eso está haciendo que los científicos agudicen su ingenio para aprovechar todos los recursos que tenemos a nuestra disposición. El mejor ejemplo de esto seguramente sea Helen Dahlke que es profesora de la Universidad de California, Davis, pero todo el mundo la conoce como "la banquera del agua".

La nueva "Banca del Agua"

Y no, su trabajo tiene poco que ver con la especulación hídrica. Más bien con guardar el agua, con almacenarla. Almacenarla bajo tierra, concretamente. Dahlke se dio cuenta de que los acuíferos subterráneos era estructuras muy eficientes y seguras donde podíamos almacenar el agua.

Solo en California, y en los últimos 70 años se han extraído 62 mil millones de litros de agua de los acuíferos

Además, son descomunalmente grandes: durante los últimos 70 años se han sacado unos 62 mil millones de litros de agua de los acuíferos del valle central de California.

El problema es que sólo sabemos sacarla. Hasta ahora no tenemos tecnología para rellenarlos y, a decir verdad, tampoco habíamos pensando mucho sobre ellos. Si queríamos que se recuperaran, se prohibía la extracción de agua y se esperaba a que la naturaleza hiciera su trabajo.

Sin embargo, esto conlleva que, por la estructura de los suelos, muchos litros de agua "se desperdicien" cada vez que llueve. Es decir, no llega a filtrarse al subsuelo. Pero, ¿y si fuéramos capaces de hacerlo mejor?

¿"Recargar el subsuelo"?

La propuesta de Dahlke consiste en utilizar la misma infraestructura de riego y conducción de agua para acelerar el proceso. Esa misma infraestructura podría usarse, durante las tormentas para redistribuir el agua y centrarla en zonas más propensas a la acumulación subterránea.

Una idea sencilla, pero de ejecución compleja y que, sobre todo, no sabemos cómo va a funcionar a largo plazo

Parece sencillo, pero sabemos tan poco sobre los lugares adecuados, sobre la aplicación de las técnicas y sobre cómo funcionará a largo plazo que ponerlo en marcha se vuelve algo muy complejo.

El equipo de Dahlke ha empezado a trabajar seleccionando terrenos con suelos útiles para la acumulación, pero sobre todo estudiando qué cultivos pueden verse beneficiadas de tener más agua de la debida. De mucha más de la debida.

Según sus cálculos, la alfalfa, los nogales e, incluso, los almendros pueden soportar bien altas cantidades de agua extra suministradas por el sistema de riego. Esto permite 'recargar' los acuíferos, mientras el terreno se mantiene productivo.No solucionará todos nuestros problemas, pero pequeñas innovaciones como esta nos ayudarán a hacer frente a lo que nos espera.

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