Los entusiastas de los deportes de invierno no están teniendo su mejor temporada en cordilleras como los Pirineos, pero el problema mayor problema asociado a la falta de nieve podría estar por venir. El motivo es la sequía: menos nieve en invierno implica menos agua en primavera.
Este es un problema que no es exclusivo de los montes de la península, sino que se extiende a una de las mayores cordilleras del planeta: los Himalayas.
Sin nieve en el Himalaya. La falta de precipitaciones está afectando a la cordillera coronada por el monte Everest. Diversos puntos del oeste del sistema montañoso como el Hindu Kush o Gulmarg llevan días ofreciéndonos imágenes poco halagüeñas del estado de la nieve en la región.
Vista de pájaro. Ejemplo de esto son las imágenes publicadas por Copernicus la semana pasada, que mostraban la evolución en el último año en Gulmarg, Cachemira. La imagen nos compara dos fotografías tomadas con un año de diferencia, una el 5 de enero de 2023 y la otra el pasado día 29 de enero.
Gulmarg es una popular estación de esquí que a día 25 de enero tan solo había visto un día de nieve en la temporada. La situación supone un impacto económico para una comunidad dependiente del turismo de montaña.
Pánico en el tercer polo. La situación no es nueva. Aunque en las imágenes de Copernicus contrasten la situación actual con la vivida hace un año en la zona, lo cierto es que los expertos llevan años alertando sobre una tendencia alarmante: la progresiva reducción de la capa de nieve en el entorno del Tibet y del Himalaya, el llamado “tercer polo” de la Tierra.
Ya en 2019, expertos de la NASA advertían del riesgo. Después de los polos, la nieve y los glaciares de esta es la región son los que más agua dulce guardan en el planeta. De ahí el sobrenombre de “tercer polo”.
Sin embargo el problema no es de volumen, sino de flujo: son cientos de millones las personas que dependen de las aguas procedentes del deshielo estacional de estos glaciares y, por tanto, las que dependen en mayor o menor medida de su buen estado. Por si esto fuera poco, las lluvias, en lugar de aliviar la situación, parecen empeorarla.
Sentinel-2. Las imágenes de Gulmarg fueron tomadas por los satélites de la misión Sentinel-2, parte del sistema Copernicus para la observación de la Tierra de la Unión Europea. Los satélites de esta misión fueron lanzados por cohetes Vega en 2015 (Sentinel-2A) y 2017 (Sentinel-2B). Sentinel-2C será lanzado, si todo va según lo previsto, a lo largo de este año.
Estos satélites cuentan con una cámara multiespectral de alta resolución y 13 bandas. Este dispositivo está orientado a estudiar la superficie terrestre y, en particular, su vegetación.
Preocupante paralelismo. La situación en Asia tiene su paralelismo más cercano: los Pirineos. La cordillera que separa España y Francia también ha visto cierres en las estaciones de esquí. La situación también ha sido ilustrada por Sentinel-2 en la última semana.
En la imagen, el Pirineo Francés, más concretamente la estación de Gavarnie-Gèdre, rodeada de parches de nieve que recubren las cimas del área y que dejan al descubierto los valles del entorno. La imagen fue tomada el día 30 de enero.
Malas noticias. La vertiente sur de los pirineos alimenta no solo el caudal del río Ebro, también algunas de las cuencas internas catalanas. Esto es un indicio de que la sequía por la que atraviesa la comunidad podría extenderse a lo largo de la época de deshielo en primavera.
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