El que avisa no es traidor y el vórtice polar lleva días (¡semanas!) avisando de que algo se estaba cociendo. Tras muchas incertidumbres, los expertos ya dan por seguro que la primavera va a venir con un enorme calentamiento súbito estratosférico bajo el brazo. La pregunta relevante ahora mismo es qué va a pasar aquí en la superficie y, sinceramente,
¿Un 'calentamiento súbito estratosférico'? Aunque el nombre invita a la preocupación, en realidad un 'calentamiento súbito estratosférico' es un fenómeno relativamente común. Se trata de una perturbación de la circulación de los vientos de la estratosfera por la entrada de una masa de aire cálido.
Estratosfera y troposfera son dos capas de la atmósfera que, si bien están pegadas la una a la otra (son 'consecutivas'), funcionan con relativa independencia. Esto significa que, a veces, esos calentamientos pueden alterar la circulación general atmosférica y las corrientes de chorro (poniendo patas arriba la meteorología de la superficie); o pueden no hacerlo.
Entendido. ¿Y esto por qué nos afecta? Pues porque ahora mismo, mientras escribo esto y a decenas de kilómetros sobre la corteza, un más que importante calentamiento súbito estratosférico está teniendo lugar. Como si de una sucesión de fichas de dominó se tratasen, lo que ahora está ocurriendo ahí arriba tendrá (o no) consecuencias aquí abajo en las próximas semanas.
Si todo esto está encima de la mesa se debe a que si la troposfera se ve afectada y el vórtice polar se rompe, podemos ver cómo un anticiclón de bloqueo empiece a mandar borrascas hacia la Península. Algo que traducido a román paladino significa que sí, podríamos tener una nortada considerable (con tormenta de nieve incluida) a las puertas de la primavera. Aunque lo más probable es que nos encontráramos con mucha lluvia.
Incertidumbres a medio/largo plazo. El problema, como ocurre a menudo, es que si ya resulta muy difícil saber si va a llover a tan largo plazo, meter un calentamiento súbito en la ecuación no hace más sencilla la ecuación.
¿Qué podemos esperar de la primavera? Más allá de este evento (que, como digo, podría quedar en la más absoluta de las nadas), sí empezamos a tener previsiones estacionales que nos pueden ayudar a comprender qué esperar de la primavera.
Por empezar con las buenas noticias, las previsiones dibujan una primavera en la que podrían registrarse lluvias por encima de lo normal en los meses en el sur de la península y en las islas Canarias. El resto del país estaría en la media. La parte negativa es que todo parece indicar que nos espera calor. Todo el país tendrá temperaturas por encima de la media (y, muy especialmente, la mitad este de la península).
A la espera de El Niño. Todo esto no es más que la antesala de lo que nos espera durante los próximos meses. Porque el Niño pone a España bajo la influencia de una circulación subtropical más intensa de lo normal y eso puede acabar resultando (sobre todo, con NAO negativa) en un pasillo de tormentas realmente espectacular. Eso sí, el calor no nos lo va a quitar nadie (aunque con agua sea más llevadero).
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