El continente Antártico dobla su extensión durante el invierno austral si tenemos en cuenta la inmensa capa de hielo que lo rodea. Pero esta vastedad no es precisamente uniforme y en este desierto de hielo a veces se forman oasis en forma de huecos en el hielo por los que el agua marina llega a la superficie.
Algunos de estos huecos, más interesantes que otros.
Misterio resuelto. Un equipo internacional de investigadores ha resuelto en enigma de un misterioso agujero en la capa de hielo ártico, la llamada polinia del monte Maud (Maud Rise polynya). El agujero se produjo por una serie de interacciones entre viento, corrientes marítimas y la morfología del lecho marino en el área.
La polinia de la cima de Maud. Las polinias son aberturas en las capas de hielo situadas sobre los océanos polares. Esta polinia, que en su máxima extensión abarcaba un área equivalente a la de Castilla-La Mancha (unos 80.000 km²), debe su nombre a su ubicación, sobre un monte submarino llamado Maud Rise.
El análisis se produjo cuando la polinia se abrió durante los inviernos australes de los años 2016 y 2017, pero no es la primera vez que se detectaba una abertura en la zona. Este agujero en el hielo ya había sido detectado por satélites durante tres inviernos consecutivos, entre 1974 y 1976.
Desde entonces el agujero solo se había formado esporádicamente. Hasta hace unos años.
El misterio de esta polinia. El enigma radicaba en la posición de esta polinia. Este tipo de formaciones son normales en la zona de costa, donde los vientos empujan el hielo que recubre el agua del hielo continental, creando así un hueco por el que aflora el agua líquida del océano.
Sin embargo la polinia del monte Maude se encuentra a kilómetros de la costa lo que debería dificultar su existencia.
Combinación de factores. El equipo encargado de descifrar este misterio aprovechó las últimas ocurrencias de este fenómeno para estudiarlo en profundidad. Observaron que durante esta época las corrientes que rodean el mar de Weddell (donde se sitúa la cima de Maude) se intensificaban.
Estas corrientes llevaban agua más caliente y salina del fondo hacia la superficie, mezclándola con el agua de estas capas superiores. Así es posible explicar cómo se derrite el hielo de la superficie, pero hay un problema.
El hielo derretido está formado principalmente por agua dulce. Al derretirse esto debería reducir la salinidad y así podría fin al proceso. Según explica el equipo, algún otro fenómeno tenía que estar propiciando que la polinia siguiera abriéndose para alcanzar su extensión, debía de haber algo que aportara más salinidad a la mezcla.
Transporte de Ekman. Encontraron este algo en el transporte de Ekman, un fenómeno por el cual el agua se desplaza en un ángulo de 90º en la dirección del viento de la superficie, explica el equipo. Este desplazamiento puede influir a las corrientes marítimas y en la salinidad de las aguas.
Los detalles del estudio fueron publicados recientemente en un artículo en la revista Science Advances.
Cambio de tendencia. El interés por el fenómeno de las polinias no es arbitrario. Estas aberturas en el hielo tienen efectos en cómo el calor y el dióxido de carbono se transfieren entre el océano y la atmósfera, por ejemplo.
“La huella de las polinias puede permanecer en el agua durante múltiples años después de formarse. Pueden cambiar cómo el agua se desplaza alrededor y cómo las corrientes transportan calor hacia el continente. Las aguas densas que se forman aquí pueden extenderse a lo largo del océano global”, explicaba en una nota de prensa Sarah Gille, coautora del estudio.
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