Hoy es el Día de la Tierra (o de la Madre Tierra, como lo llama la ONU) y no podría llegar en mejor momento. Como todos los días de este tipo, su importancia no reside tanto en lo que hemos conseguido, como en lo que nos queda por hacer.
Y queda mucho. En los últimos meses, las malas noticias medioambientales se han ido acumulando y la situación empieza a ser preocupante. Por ello, aunque no debemos olvidar que también es una celebración de la Tierra en sí, como nos recuerda Google, es buen momento para reflexionar sobre qué está pasando en nuestro planeta. Y darnos cuenta de que en realidad no hay mucho que celebrar.
22 de abril: poco que celebrar y mucho por lo que trabajar
El martes la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) confirmó que marzo no sólo había sido el marzo más caluroso de la historia, sino que la diferencia de temperatura con respecto a la media era la más alta nunca registrada. Nos encontramos ante una serie de meses con temperaturas inusualmente altas, la tendencia alcista más larga desde 1880, cuando empezamos a medir la temperatura.
Gavin Schmidt, director del Goddard Intitute de la NASA, explicó que da igual cual sea la temperatura del resto del año: hay un 99% de posibilidades de que 2016 sea el año más caluroso que recordamos. El meteorólogo Eric Houlthaus nos recordaba que en otros años muy calurosos ha sido necesario esperar a octubre para afirmar lo que afirma la NASA. Este año lo sabemos en abril.
El 50% de la Gran Barrera de Coral, un ecosistema clave para la biodiversidad y para la economía de Oceanía, está muerta o gravemente enferma; nos estamos quedando sin hielo en el Ártico mucho más rápido de lo que pensábamos; y las acumulaciones de dióxido de carbono atmosférico exceden las 409 parte por millón, el máximo absoluto en millones de años, según los expertos.
Y sabéis lo peor, que 2017 será más frío que 2016. La racha de calor actual está impulsada por El Niño. Pero a lo largo del año, esperamos que se produzca la transición hacia La Niña y esto muy probablemente frenará la serie histórica. Parecen buenas noticias, pero solo en parte. Es cierto que, si llega pronto, supondrá un respiro a ecosistemas en peligro. Pero tanto La Niña como El Niño son oscilaciones naturales que actúan sobre una clara tendencia de fondo al calentamiento: la bajada de temperaturas puede hacernos olvidar lo urgente que es la situación. ¡Feliz Día de la Tierra y manos a la obra que está todo por hacer!
Imágenes | ONU
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