El huracán Danielle "ya es el ciclón tropical formado al norte de los 38ºN de latitud que más energía ha liberado" desde que tenemos memoria. Es decir, aunque buena parte del interés mediático ha pasado, el huracán Danielle sigue reventando récords y, sorprendentemente, se las ha apañado para encaminarse a la Península. Pero lo más curioso de todo es que eso es una excelente noticia.
Un huracán girando en el Atlántico. El huracán Danielle sigue siendo toda una escuela de meteorología. Durante la mayor parte de su brevísima vida, su comportamiento ha ignorado completamente de los escenarios de más probabilidad y ha ido sorprendiendo a los especialistas día tras días. El mejor ejemplo es lo que está pasando ahora mismo: tras un giro de 360 grados en pleno Atlántico, Danielle ha vuelto a apuntar hacia la península. Esto, que no deja de ser "una prueba más de la alta incertidumbre inherente a estos sistemas", va a traer muchas cosas, pero sobre todo, un importante cambio de tiempo.
No será exactamente Danielle, claro; serán los restos del huracán, una borrasca profunda que ahora mismo apunta a la España peninsular y dejará "mala mar, fuertes vientos y abundantes precipitaciones" desde el domingo, 11 de septiembre, y durante la primera mitad de la semana que viene.
¿En qué quedamos? Esa es la gran pregunta de todo aquel que ha seguido la evolución de Danielle y cómo los distintos organismos internacionales (y sus modelos) no dejaban de cambiar las predicciones. Esto no es extraño, en realidad. Como hemos insistido en la última semana, a diferencia de los ciclones en las zonas tropicales (cuya mayor incertidumbre tiene que ver con la intensidad), los ciclones que se forman en latitudes medias presentan muchos problemas a la hora de calcular la trayectoria.
¿Qué es lo que sabemos hoy en día? Eso sí, conforme se van acercando los días, nuestros modelos van mejorando su fiabilidad. Siquiera porque no al sistema no le queda mucho más tiempo para evolucionar de formas extras. Actualmente, como explica Martín León, "Danielle está lejos de España y es un huracán de categoría 1", pero no lo será durante mucho tiempo.
El sistema está sufriendo "procesos muy profundos al integrase en los flujos de los oestes". Es decir, va de cabeza a experimentar una transición extratropical: está en proceso de convertirse en una borrasca profunda. Borrasca que, como aún está muy lejos del país, ya parece claro que nos afectará este próximo domingo entrando por el oeste en su forma más convencional.
¿Qué podemos esperar? Tal y como están las cosas, podemos esperar un temporal atlántico fuerte. Es decir, "fuertes vientos, mala mar" y, como el sistema post-Danielle arrastrará consigo "lenguas de humedad de tipo subtropical y polar", precipitaciones sean "persistentes, abundantes y eficientes" que recorren la Península desde las costas gallegas a Baleares.
¿Cambio de tendencia? Estas lluvias (sobre todo, si son tan intensas como esperamos) nos vendría realmente bien. No hay que olvidar que a día de hoy el agua embalsada está en el 35% (frente al 41% del año pasado y el 53% de la media de los últimos diez años). De hecho, hay zonas del país (como Andalucía) que están en el 25%. Ya hemos hablado de que "otoño" y "restricciones de agua" iban de la mano: pero lo cierto es que si la tendencia no cambia, los problemas van a ser muy serios.
Y, en este sentido, el tercer episodio consecutivo de La Niña nos deja en muy mala situación porque tradicionalmente esta fase del ENSO está asociada a sequía en la Península. ¿Podrán los cambios en el Atlántico y, sobre todo, la activación de los huracanes en los trópicos cambiar esa situación? Esta es una de las preguntas centrales de los próximos meses y nos jugamos mucho en ella.
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