Anoche, de madrugada, un incendio comenzó a devorar el vertedero de neumáticos de Seseña (Toledo), el vertedero de este tipo más grande de Europa. A estas horas, aún no se ha podido controlar el fuego y la columna de humo se puede ver desde muchos kilómetros de distancia.
¿Qué hacían todos esos neumáticos en Seseña? Teniendo en cuenta las serias consecuencias para la salud que puede tener este incendio, ¿no había otra solución que tenerlos almacenados a la espera de que llegara este momento?
El vertedero de Seseña: un fracaso de las autoridades medioambientales
El "cementerio de residuos", que se encuentra en los términos municipales del Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid), ocupa una superficie de 117.000 metros cuadrados y acumula más de 70.000 toneladas de neumáticos. Se calcula que, durante la noche de ayer y la mañana de hoy, ya ha ardido la mitad.
Creado por la empresa Disfilt SA hace casi dos décadas, era utilizado por este fabricante para acumular los sobrantes de producción. En 2003, la actividad fue declarada ilegal por su peligro medioambiental, pero el cementerio siguió creciendo aunque durante años ha sido criticado temiendo lo que hoy ha sucedido: un incendio tóxico a las puertas del área metropolitana más poblada del país.
Aunque el pasado febrero el Ayuntamiento y la empresa que gestiona el vertedero llegaron a un acuerdo para eliminarlo. No ha dado tiempo y una inmensa columna negra recuerda a los vecinos que no deben salir a la calle y algunos colegios han cerrado.
Un problema medioambiental de primer nivel
España genera casi 300.000 toneladas de neumáticos usados. En los últimos años el 45% se depositaban en vertederos controlados sin tratar, el 15% se depositaban después de ser triturados y el 40% restante desaparecía. Sí, durante años hemos tenidos una media anual de 100.000 toneladas de neumáticos que no sabíamos donde habían acabado. La Unión Europea prohibió el almacenamiento de neumáticos en 2003 y en España entró en vigor desde 2006.
Si almacenar neumáticos está prohibido, ¿Qué se hace con ellos?
Procesar este tipo de residuos es muy complejo: la quema directa provoca graves problemas medioambientales ya que produce emisiones de gases que contienen partículas nocivas para el entorno (y para la salud). Pero el almacenamiento también es problemático: ya que pronto comienzan a sufrir degradación química parcial y comprometen la seguridad y estabilidad del vertedero.
Eso sin olvidar los problemas de salud pública. En las montañas de neumáticos proliferan roedores, insectos y otros animales. Para que nos hagamos una idea, las acumulaciones de agua estancada que se dan tras las lluvias son un ecosistema ideal para la reproducción de mosquitos que pueden transmitir un sin fin de enfermedades. Según los expertos, la probabilidad de que dichos mosquitos proliferen es 4.000 veces mayor en el agua estancada en un neumático que en la naturaleza. De hecho, las recomendaciones de la OMS en países con Zika es que se eliminen los vertederos de neumáticos.
¿Cómo podemos reciclar los neumáticos?
Hoy en día tenemos diversos métodos para la recuperación de neumáticos, el aprovechamiento de los materiales útiles y la destrucción de sus componentes peligrosos.
Termólisis
Gracias a la termólisis (someter a los neumáticos a altas temperaturas en un medio donde no hay oxígeno de tal forma que se destruyen los enlaces químicos) podemos recuperar los compuestos originales del neumático. De esta forma, se pueden recuperar totalmente los materiales y reintroducirlos en la cadena de producción.
Pirólisis
La pirólisis es un proceso en cierta forma similar pero referido a materiales orgánicos. En el caso de los neumáticos, se usa para degradar el caucho de los neumáticos. De este proceso se extraen gases similares al propano y aceites industriales para uso industrial.
Incineración
Técnicamente la incineración es un proceso por el que se produce la combustión de los materiales orgánicos del neumático a altas temperaturas. Se queman, vamos. Es un proceso caro, complejo y contaminante (incluso perjudicial para la salud). Se producen numerosos gases y hollines altamente cancerígenos. Y otro gran número de compuestos, como el zinc (particularmente tóxico para la fauna acuática), son hidrosolubles y pasan a la cadena alimenticia con mucha facilidad.
El lado positivo es que la incineración genera calor que puede ser usado como energía. Con los materiales debidamente tratados, se puede conseguir una producción energética relativamente segura para la salud.
Trituración
Aunque hasta hace poco se usaba la trituración criogénica (que consistía en el procesamiento de los neumáticos mediante el frío) este método requiere inversiones muy grandes, infraestructuras muy complejas, productos de mala calidad y, por si fuera poco, es poco rentable.
La trituración mecánica, en cambio, es un proceso mecánico que genera productos de alta calidad. De hecho, este constituye casi siempre el paso previo a diferentes métodos de recuperación de residuos de neumáticos
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