La mejor noticia para el calor que hará este septiembre se encuentra a miles de kilómetros de España

En mitad de una de las sequías más importantes que se recuerdan en el hemisferio norte, con el calor resistiéndose a marcharse y el Mediterráneo manteniendo temperaturas endiabladamente altas, varios fenómenos distintos hacen que podamos albergar algún optimismo sobre la vuelta de vacaciones. Los procesos globales que están detrás de la llegada del invierno ya han comenzado y eso es una excelente noticia.

El ártico ha empezado a enfriarse. Según el Instituto Meteorológico Danés, a 80º latitud norte la temperatura ha comenzado a derrumbarse. No se trata de nada anormal: es habitual que a partir de la segunda quincena del mes de agosto, a medida que el sol deja de calentar esa zona de la atmósfera, el vórtice polar se haga cada vez más potente y vaya ganando terreno en la zona más septentrional del hemisferio norte.

Sin embargo, este año no teníamos muy claro cuándo iba a empezar el proceso. No hay que olvidar que los países bálticos están sufriendo un verano muy duro y hasta hace pocos días los 30 ºC eran algo habitual. No teníamos claro cómo esta anomalía podía acabar por retrasar el invierno en todo el hemisferio; pero las primeras heladas en Groenlandia, el crecimiento del hielo ártico y la aparición de borrascas en Islandia hacen presagiar que los tentáculos del invierno empezarán a dejarse notar por todo el continente europeo.

Pero esa no es la mejor noticia. La mejor noticia es que "el modelo europeo prevé un inicio de septiembre en el que reinarán las bajas presiones en Europa". Esto significa que, como señala Juanjo Villena, redactor jefe de Meteored, "el paseo militar del verano ha llegado a su fin". Si continúa el calor en superficie tal y como está previsto, "a poco que bajen las temperaturas en capas altas de la troposfera y haya un mínimo mecanismo de disparo, las tormentas crecerán. El tiempo comienza a revolverse".

Lo cierto es que si septiembre viene revuelto, no podemos garantizar mejores temperaturas (de hecho, se espera que sigan por encima de la media unas semanas más), pero sí podemos esperar lluvias. Y con las lluvias, quizás podamos mejorar nuestras cifras de agua embalsada. Cifras que, por lo demás, están en mínimos históricos y adelantan una temporada hídrica llena de restricciones y problemas.

Esperando a los huracanes. Este es el último fenómeno que parece estar en marcha: los huracanes. Aunque todos los expertos esperaban que esta temporada fuera más activa de lo normal como respuesta a La NIña y a las aguas inusualmente cálidas del hemisferio norte, lo cierto es que (hasta el momento) está siendo mucho menos activa de lo esperado. Sin embargo, las principales instituciones creen que es cuestión de tiempo y empezamos a ver señales de que eso es así. Esto también es señal de que nos encaminamos hacia el invierno.

Vamos a necesitar otro golpe de suerte. Estas son las principales razones para ser optimistas este septiembre y lo vamos a necesitar. Como señalaba el último boletín de la Organización Meteorológica Mundial, todo apunta a que 'La Niña', que comenzó en septiembre de 2020 podría continuar, de forma "muy probable" hasta agosto y, "posiblemente" hasta otoño o principios del invierno del hemisferio norte. Puede que incluso persista hasta 2023. Y eso es sinónimo de que la sequía va a seguir con nosotros. Esperemos que el invierno nos ayude a capear el temporal.

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