Desde que el ser humano dominó el arte de los viajes marítimos intercontinentales hemos conocido historias de animales terrestres que viajan a modo de polizones para colonizar nuevas tierras. Algunas especies lo conseguían, otras no. Ahora hemos descubierto una especie que no necesitaba a los humanos para echarse a la mar y colonizar nuevas tierras. Una especie que nos tomó la delantera en eso de surcar los océanos (y no es la primera vez que nos sacan ventaja): las termitas.
Unos insectos viajeros. Un reciente estudio de poblaciones de termitas de la familia de los kalotermítidos en todo el mundo ha llegado a la conclusión de que en los últimos años estos insectos han realizado al menos 40 travesías transoceánicas a lo largo de los últimos 50 millones de años.
Explica Aleš Buček, investigador de la universidad Okinawa Institute of Science and Technology (OIST) y primer autor del estudio, que a este tipo de termitas se les da muy bien cruzar los océanos, cosa normal teniendo en cuenta que suelen habitar en la madera, material que fácilmente puede hacer las funciones de nave. Además de estos barcos accidentales, los más recientes viajes de las termitas pueden haber sido a bordo de barcos de fabricación humana.
Recolonizando. El equipo encargado del estudio pone un ejemplo de estos viajes a través del caso de las islas Krakatau, que quedaron devastadas y vacías de vida animal en 1883 tras una erupción volcánica. Las termitas lograron ir reasentándose en el área durante los siguientes 100 años, presuntamente tras surcar las aguas.
Un mapa de la historia natural de la especie. El estudio concluyó que la familia de termitas de los kalotermítidos se originó en Sudamérica hace unos 84 millones de años. El análisis de Buček y su equipo creó un árbol genealógico de esta familia, analizando la ubicación de cada miembro (su ubicación geográfica y dentro de este árbol genealógico).
El estudio fue publicado en la revista Molecular Biology and Evolution. Para llegar a su conclusión, os investigadores analizaron en ADN mitocondrial (unas cadenas de ADN que se encuentra en las mitocondrias y cuya estructura se hereda matrilinealmente) de 120 especies de kalotermítidos en todo el mundo. Con esto lograron representar una cuarta parte de la diversidad genética de esta extensa familia de termitas.
Los kalotermítidos. Aunque en algunos aspectos las termitas recuerden a las hormigas, los insectos más cercanos a éstas son las cucarachas. Estos dos grupos compartieron un último ancestro común hace unos 150 millones de años. Entre las muchas diferencias entre estos grupos de insectos se encuentra su vida social, y es que las termitas, a diferencia de las cucarachas, viven en colonias.
Algunas familias de termitas viven en grandes colonias subterráneas de intrincados túneles, aunque a veces se extienden verticalmente por encima del nivel del suelo. Estas colonias pueden contar con millones de miembros. Sin embargo, las familias de los kalotermítidos o kalotermitidae (que representa la segunda mayor grupo de termitas conocida) vive en colonias más modestas, de menos de 5000 individuos, y prefiere la madera como lugar en el que formarlas.
Modo de vida primitivo. Esto, y el hecho de que se separaran hace casi 100 millones de años del resto de especies de termitas, hace que hasta ahora los entomólogos hayan considerado esta familia como “primitiva”. Sin embargo, explica Buček, este estudio contradice esta noción, puesto que considera que las pequeñas colonias de termitas están habitualmente conectadas entre sí, incluso a través del uso de túneles subterráneos. Esto denotaría unas estructuras sociales más complejas de las que tradicionalmente se les atribuyen.
Imagen | Aleš Buček
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