"No estamos para nada cerca de donde la ciencia dice que deberíamos estar". Así de contundente es Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la agencia del cambio climático de las Naciones Unidas. Las grandes potencias del mundo empiezan a imponerse grandes objetivos para ser limpias en el futuro, pero aún así los niveles de dióxido de carbono han seguido batiendo récords.
"Necesitamos replantear todo nuestro modo de vida"
El análisis de esa agencia prevé, tal y como reflejan en Reuters, que en 2030 habrá un 16% más de CO2 en la atmósfera que en 2010. Y sobre el papel, ese aumento de un 16% debería ser una reducción del 45% para poder llegar a frenar el calentamiento global lo suficiente como para poder limitarlo a 1,5ºC.
Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, tiene otro modo de decirlo: "Estamos muy, muy desviados" del objetivo. Ni siquiera la reducción involuntaria de emisiones que hubo durante la época más dura de la pandemia ha ayudado.
El 1 de noviembre tendrá lugar la conferencia COP26 en Glasgow, Escocia. En ella, los principales mandatarios debatirán acerca de qué reacciones tomar viendo la situación. Taalas ya ha advertido que pedirá "un aumento dramático" de las medidas de todos los países, llegando al punto de pedir que "se revisen todos los sistemas de transporte, industria, energía y nuestro modo de vida entero".
Las consecuencias de eso provocarían un "sufrimiento sin fin" precisamente en aquellas personas que menos han contribuido a calentar el planeta, sigue Patricia Espinosa. El Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, cree que va a ser muy difícil lograr acuerdos ambiciosos: "es muy difícil, pero creo que puede lograrse".
Será, desde luego, un mes de noviembre tenso para todos los países que participen en esa conferencia.
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