La nueva DANA es solo un anticipo: un cambio en la atmósfera del Ártico apunta a un otoño corto

Los meteorólogos prevén un cambio de estado en la oscilación ártica, lo que podría acercarnos pronto al invierno

Con un ojo puesto en la DANA que podría dominar la meteorología en los próximos días, los meteorólogos también están atentos a otra importante variable meteorológica, la oscilación ártica o AO y el índice que describe su estado.

Niveles altos. Las observaciones del Centro de Predicción Climática de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) indicen que el índice que describe el estado de la oscilación ártica se encuentra en un punto elevado. Sin embargo es posible que pronto veamos un cambio en la tendencia, según advierten algunos meteorólogos.

Qué es la Oscilación Ártica. La AO es una oscilación climática (menos intensa y con ciclos más breves que la de El Niño, pero comparable en otros aspectos) que ve la alternancia entre dos estados atmosféricos sobre el océano Ártico. El índice AO positivo denota un estado en el que el aire frío del polo se mantiene confinado en su entorno, mientras que un índice negativo se asocia con una situación más abierta.

Esta situación se caracteriza por una defoormación de la corriente en chorro. Cuando esta se ondula permite a la masa de aire frío del polo alcanzar latitudes más bajas, pudiendo alcanzar zonas como el centro de Europa.

De la AO a la NAO. La oscilación ártica ocurre principalmente en latitudes altas y por ello no nos suele afectar de manera directa. Sin embargo su estado sí es de nuestro interés por su vinculación con otra oscilación atmosférica la oscilación del Atlántico norte, la NAO. Como explica el meteorólogo Alvaro Oliver en un artículo para Meteored, las fases positivas de la AO se vinculan ton fases también positivas de la NAO, y consecuentemente las fases negativas de ambas oscilaciones también aparecen vinculadas entre sí.

La NAO sí se manifiesta en nuestras latitudes. Un índice NAO positivo denota que existe una importante diferencia entre la bajas presiones atmosféricas ubicadas en el norte de Europa y las altas presiones en latitudes más bajas del Atlántico norte, como las Azores.

Un índice negativo nos indica poca diferencia entre las presiones, una situación más estable en el Atlántico pero que también puede afectarnos.

Cómo (y cuándo) nos impacta. Ahora sí, ¿cómo nos afecta entonces, NAO mediante, la oscilación ártica? Cuando estos dos índices con valores altos como los que tenemos ahora las borrascas tienen más facilidad para avanzar por el Atlántico. Hay más inestabilidad en zonas del norte pero el sur de Europa queda “al resguardo”.

Sin embargo los valores negativos se asocian con un menor flujo de aire y borrascas desde el Atlántico, pero a una mayor probabilidad de que las borrascas alcancen el sur re Europa, lo que se traduce en mayor inestabilidad en muchas partes de la península Ibérica y en Baleares.

No está claro cuándo se producirá el cambio. El índice AO está ahora en descenso y podría alcanzar valores negativos hacia la primera mitad del mes de noviembre según las previsiones de la NOAA. El índice NAO ofrece algo más de incertidumbre: se mantiene estable en niveles altos pero también podría descender hasta valores negativos a lo largo del mes que viene.

El origen de la DANA. Como indica Oliver, el tránsito hacia índices bajos se asocia con una ondulación del chorro polar, lo que a su vez facilita la aparición de descuelgues de aire frío, y puede propiciar también la llegada de depresiones aisladas en niveles altos, es decir, de DANAs. Aunque este no sea el caso de la DANA prevista para los próximos días, esta puede servirnos de aviso de lo que está aún por llegar.

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Imagen | Carles Rabada

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