Tres ejemplares han sido observados por primera vez en Europa: dos en Elche y el otro en la isla griega de Lemnos
Xilófago es el adjetivo con el que describimos a los animales que se alimentan de madera. Las termitas son uno de los xilófagos más temidos en los hogares pero no son la única especie capaz de abrirse camino en el interior de los árboles a bocado limpio. Algunos de estos animales son escarabajos, y acaba de detectarse uno nuevo en España.
Visto en el levante. Un grupo de investigadores expertos en entomología ha dado cuenta de los tres primeros avistamientos de la especie de escarabajo Olenecamptus bilobus en Europa. Dos de estos avistamientos se produjeron en la misma finca, situada en el municipio de Elche.
El restante avistamiento descrito de este O. bilobus se produjo en Grecia, en la isla de Lemnos, situada en el noroeste del Egeo. Los avistamientos se produjeron durante el verano pasado y los investigadores han dado cuenta de ellos en un artículo en la revista Biodiversity Data Journal.
Sin que cunda la alarma. La introducción de especies no-nativas implica ciertos riesgos. En este caso el peligro vendría por la capacidad de estos animales de dañar los árboles de los que se alimentan. Sin embargo por ahora los avistamientos solo implican la necesidad de aumentar el grado de vigilancia.
Como señalan los autores en su artículo, la divulgación es clave en estos casos para permitir el flujo de “información como el estatus, distribución y notas biológicas en las áreas invadidas, bloques fundamentales para prevenir nuevas invasiones”.
Olenecamptus bilobus. Pertenece a la familia de los cerambícidos (Cerambycidae), o escarabajos longicornios. El Olenecamptus bilobus es tan solo una de las decenas de miles de especies pertenecientes a esta familia taxonómica de coleópteros o escarabajos.
Este escarabajo no es profeta en su tierra, más bien al contrario. Este escarabajo es nativo en numerosos países del sur y este asiáticos, así como de las islas del Índico occidental. Por muchos es considerado una plaga por su voracidad a la hora de atacar árboles.
Existen numerosas subespecies de O. bilobus y los investigadores no están seguros de a cuál de ellas pertenecen los ejemplares avistados, aunque creen que los tres ejemplares pertenecen al mismo taxón.
¿Cómo llegaron hasta Europa? En su artículo los autores especulan sobre las posibles vías de entrada al sur de Europa de esta especie. Señalan que las vías marítimas son los caminos de entrada más habituales en estos casos. Ambos avistamientos se han dado a menos de 15 kilómetros de la costa, lo que
Sin embargo los autores también señalan la cercanía de los aeropuertos locales (ambos a menos de 7,5 km de los avistamientos) son también potenciales vías de entrada y, en este caso, la cercanía impide descartar esta otra posibilidad.
Otro aspecto común entre ambas localizaciones es la existencia en las inmediaciones de viveros para plantas, lo que, en palabras de los autores “sugiere la importación de plantas no-nativas con propósitos ornamentales, como el vector de introducción más plausible.”
Midiendo el riesgo. O. bilobus presenta una problemática semejante a la de otras especies de su género: puede dañar bosques y plantaciones de árboles al alimentarse de la madera de sus árboles. Lo hace especiamnente durante su etapa como larva ya que los escarabajos adultos tienden a alimentarse de la corteza y las hojas en lugar de la madera.
Aunque se sabe que estos animales pueden alimentarse de la madera de diversas plantas, parecen tener cierta predilección por plantas de los géneros Arthrocarpus, Ficus y Morus (Moraceae).
Como señalan los autores aún es pronto para saber si la presencia de estos escarabajos se debe a una situación coyuntural o a la existencia de poblaciones ya asentadas. Evaluar el riesgo para ecosistemas e industria forestal tendrá que esperar.
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Imagen | Praveenp
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