En plena sequía, Andalucía ya ha decidido quién sí va a poder bañarse en las piscinas: los turistas

La costa mediterránea de Andalucía y buena parte de la gaditana se queda sin piscinas privadas y comunitarias

Durante meses, buena parte de Andalucía ha estado pendiente de una sola decisión: la del Comité de Gestión de la Sequía de las Cuencas Mediterráneas sobre el llenado (y rellenado) de piscinas para este verano de 2024.

Por fin, el Comité ha hablado. Y la polémica no se ha hecho esperar.

El cascabel al gato. El Comité tenía un trabajo difícil. Pese a que la cuenca del Guadalquivir ha recibido bastante agua estos días, las cuencas mediterráneas (y el sistema Gaudalete-Barbate) no están demasiado bien. Almería está al 8,04%, Málaga al 17,37%, la Mediterránea Andaluza en general al 21,29% y Guadalete-Barbate al 20,17%. Es un desastre.

Sobre todo, para una de las mayores industria de la zona: el turismo en todas sus vertientes. Porque no es solo una cuestión de hoteles, campings y alojamientos turísticos; es también una cuestión de los centenares de urbanizaciones que solo se llenan en verano.

Y el problema es que, como se venía denunciando desde hace meses, el lío normativo en torno a las piscinas era enorme. Estas se regulan mediante bandos, decretos o normativas ad hoc y, llegado a este momento crítico, podía ser buena idea remozar el decreto autonómico de 2021 y clarificar el asunto para la situación actual.

La decisión... Y, en esencia, según informa el diario Sur, se ha decidido que, en las demarcaciones hidrográficas de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas y la de Guadalete-Barbate (Cádiz), ni particulares ni comunidades de vecinos podrán llenar las piscinas este verano.

En cambio, y aquí viene la polémica, sí podrán hacerlo hoteles, campings, alojamientos turísticos registrados; además de piscinas para usos sanitarios, educativos, deportivos y otros recintos públicos.

Turismo, sí gracias. La decisión de la Junta de Andalucía viene en el mismo momento en que se abre la posibilidad de que se implante una "tasa turística" en algunos municipios de la comunidad. A falta de que se publique en el BOJA, el gobierno de Juanma Moreno empieza a desbrozar el terreno y, mientras crecen las críticas por la turistificación excesiva, deja claro cuál es su apuesta de futuro.

Y esa apuesta, como todas, tiene sus pros y sus contras. Cada vez está más claro que el turismo no puede crecer sin infraestructuras turísticas porque la 'sobreturistificación' se convierte rápidamente en un problema que genera problemas a nivel local. Pero hacer esas infraestructuras turísticas no es una decisión neutral, ni inocua: es una política industrial de primer orden.

Al fin y al cabo, para un país  con el atractivo como el de España y para unas tasas de paro como las andaluzas, es una fuente de ingresos relativamente fácil de desarrollar. Pero conlleva apostar por una  industria de bajo valor agregado: una que, además, se ha mostrado muy difícil de contener y controlar.

Imagen | Jorge Fernández Salas

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