En lo que queda de semana, vienen temperaturas de récord. Hablamos de días propios de junio y noches propias de mayo. Acabamos de estrenar la primavera, pero los termómetros marcan temperaturas del solsticio de verano. La cuestión es... ¿Esto va a durar? ¿Ya ha empezado el verano climatológico? ¿La manga corta ha venido para quedarse?
La respuesta a todas esas preguntas es no. El país, en un par de días, va a enfriarse de golpe y buena parte de él va a regresar rapidísimamente al mes de marzo.
"Inusualmente altas". El laboratorio de climatología de la Universidad de Alicante lo tiene claro. Durante lo que queda de semana, en muchas zonas del país se superarán los 30 grados y, algunos puntos concretos pueden llegar a los 35 grados. Algo que, para finales de marzo, sería récord de temperaturas.
Tras un par de semanas de calor muy inusual, corremos el riesgo de creer que ya tenemos encima el verano, pero no. Después de este repunte, "las temperaturas bajarán de forma notable, e incluso podríamos hablar de heladas en puntos del interior".
La montaña rusa. Eso sí, para el fin de semana se espera que las temperaturas bajen "de forma notable, e incluso podríamos hablar de heladas en puntos del interior". Lo razonable es que amplias zonas del sur y el este del país tengan temperaturas por encima de lo normal, pero en el norte y el oeste podría alcanzarse unas temperaturas más adecuadas para la época.
La Semana Santa siendo una incógnita. Aunque los modelos ya empiezan a dejar claro que en la primera parte no lloverá, mientras que los posibles chubascos podrían internarse en el país (por Galicia) el viernes o el sábado santo. Será, en todo caso, algo bastante anecdótico. Seguimos sin lluvias en el horizonte.
¿Nada de lluvia? Nada claro, la verdad. Y, como venimos diciendo, la coyuntura hace ya semanas que es preocupante, hay que tener en cuenta que marzo va a dejar una situación muy complicada en los embalses. El calor, la escasez de temperaturas y las bajas reservas que veníamos arrastrando, hacen que estemos "por debajo de la media de los últimos 5 años".
La esperanza la aporta AEMET porque "las predicciones mensuales indican que abril, aunque más caluroso de lo normal, tendrá un comportamiento mejor en cuanto a precipitación con respecto a la climatología". Sin embargo, no hay que lanzar las campanas al vuelo.
Como nos recordaba EnMet, las previsiones equivalentes que se hicieron en febrero sobre el mes de marzo también hablaban de un mes más húmedo de lo que ha sido finalmente. Es decir, no sabemos hasta qué punto los modelos están realmente equilibrados para la situación actual o pecan de optimistas.
Imagen | TropicalTidBits
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