Tras el pico de septiembre, el precio es un 8,4% menor del de finales de octubre; el mismo que a mediados de julio
La industria insiste en que la bajada será lenta
Tras un año terrible, por fin tenemos una buena noticia: el precio del aceite de oliva virgen está en 7,4 euros. Es decir, un 8,4% menos de lo que costaba a finales de octubre; lo mismo que costaba a mediados de julio. En septiembre, cuando tocó techo, el kilo estaba en 8,3 euros.
Una buena noticia, sí; pero no excelente. Porque basta con recordar con que los precios en origen siguen un 41% más altos de lo que estaban a principios de año para hacerse una idea de la dimensión de la subida que hemos sufrido durante estos meses.
Hablamos de AOVE como referencia, pero algo muy similar ocurre con el aceite virgen. Su precio cae un 3,27% frente al de finales de octubre (a precios de mediados de agosto), pero sigue estando un 38,7% por encima de los precios de enero de 2023.
¿Por qué está bajando el precio? Es una pregunta relevante. Sobre todo, porque la respuesta es compleja. Por un lado, el Ministerio de Agricultura estima que en la campaña 2023/2024 se producirán en torno 765.300 toneladas. Eso es un 15% más que el año pasado, pero un 34% menos de la media de los últimos años. Es decir, lo suficiente para aligerar la presión sobre el sector, pero no lo suficiente como para 'resetear' el problema.
Sin embargo, no basta con fijarnos solo en el aceite de oliva. Aunque la maña cosecha fue un factor clave en la subida de precios de estos meses, también había otros factores. El más llamativo, por ejemplo, es el impacto que la guerra de Ucrania tuvo en el mercado internacional de aceites. Como Kiev es uno de los mayores productores de aceite de girasol, la falta de éste hizo que el resto de alternativas aumentaran su precio.
A eso hay que sumar la subida de casi todos los costes asociados a la agricultura y la falta de mano de obra. Una auténtica tormenta perfecta que, poco a poco, parece estar amainando. Por eso, los precios comienzan a recuperar la senda hacia la normalidad. La clave, no obstante, está en que las salidas de aceituna han sido muy bajas (menos de la mitad de las de octubre del año pasado). Cada actor juega sus cartas como puede y estos meses son especialmente sensibles a los movimientos estratégicos.
¿Vamos a notar la bajada los consumidores? Porque, recordemos, hablamos de precios en origen. Los precios de los lineales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), están un 73,5% más caros que hace un año. De ahí que el debate sobre cuándo llegará está encima de la mesa: Según la Comisión de Economía Agroalimentaria del Colegio de Economistas de Cataluña, la bajada podría notarse a partir del 1 de diciembre, pero ASAJA no ha tardado en calmar los ánimos y asegurar que diciembre es demasiado pronto.
Y, en efecto, parece "demasiado pronto". Teniendo en cuenta lo que han ido diciendo los embotelladores y las comercializadoras, la bajada de precios finales va a ser muy lenta (si es que finalmente se da): durante esta "crisis del aceite" la industria ha tenido que asumir parte de la subida para no dañar -- aún más -- el mercado.
En Xataka | Cinco formas de conseguir el aceite de oliva más barato
Imagen | Zorka Ostojic
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