Los albatros son unas aves fascinantes, no solamente por el hecho de que midan más de un metro, sino porque pueden estar volando sin tocar tierra durante años por ejemplo. En busca de peces de los que alimentarse, algunas especies de albatros se recorren áreas de cientos de kilómetros cuadrados en los vastos océanos. Auténticos vigilantes de lo que ocurre en alta mar.
Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia ha estado estos últimos años estudiando más a fondo a estas majestuosas aves para analizar cómo es su comportamiento y qué les permite estar tanto tiempo sin tocar suelo firme. Para ello decidieron colocar diferentes rastreadores GPS en las aves para posicionar su ubicación y tener un historial completo de sus vuelos. De estudios así surgen impresionantes vídeos como este. 169 albatros (jóvenes, adultos y de diferentes especies) llevaron estos sistemas de posicionamiento durante varios meses. Los científicos sin embargo descubrieron más cosas aparte de las rutas de las aves.
Navegando bajo el radar
En un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences han explicado mejor en que ha consistía realmente esta investigación. El rastreador GPS que llevaban puesto los albatros estaba compuesto por una antena GPS para recibir la posición, un detector radar y una antena para emitir la información recopilada. Estuvieron volando libres por el océano y en especial por aguas internacionales. Océano y aguas en las que además de estas aves también se adentran barcos y a menudo barcos de pesca furtiva.
Vigilar el océano, que cubre más del 70% del planeta, no es tarea fácil para las personas. La zonas que normalmente más vigilancia tienen son las cercanas a las costas, por los intereses propios de cada país y por la facilidad que supone. En aguas internacionales y lejos de tierra firme sin embargo muchas veces llega a ser imposible monitorear a cada barco. Existe un sistema internacional de identificación automática (AIS) mediante el cual de forma voluntaria los barcos emite su señal por GPS y esta señal es recopilada en una base de datos central, pero es un sistema voluntario y que fácilmente cada barco lo puede desactivar si lo desea.
Los barcos que normalmente desactivan este sistema AIS son aquellos que no quieren ser vistos, por ejemplo los barcos pesqueros ilegales. Pero algo que sí que no desactivan es una señal radar secundaria de corta distancia que les permite avisar a otros barcos de su posición para evitar colisiones. Este radar generalmente las estaciones en tierra firme no lo detectan ya que sólo alcanzan unos kilómetros. ¿Quién suele merodear cerca de los barcos de pesca en busca de alimento? Exacto, los albatros.
Los albatros equipados con el rastreador GPS fueron dejados en libertad y siempre que se acercaban a un barco pesquero en busca de alimento enviaban la señal del radar detectada junto a las coordenadas donde se encontraban. Después de seis meses de vuelo y unos 50 millones de kilómetros cuadrados inspeccionados los albatros detectaron un total de 353 buques pesqueros. Según los investigadores un 28% de estos buques (alrededor de un centenar) tenían el AIS desactivado. Cuando la señal es recibida se coteja con la base de datos para comprobar si las coordenadas corresponden a un barco registrado, si no es así significa que es un barco con el AIS apagado, probablemente un pesquero ilegal.
Si es o no un pesquero ilegal es algo que los investigadores ya no pueden determinar. Ni los albatros ni los investigadores van más allá de detectar la posición de barcos sin AIS activado, sería ya cuestión de las autoridades actuar. Sin embargo, los responsables del estudio creen que este sistema de detección puede ser mucho más efectivo que otros métodos más costosos como patrullas de aviones. Algo tan simple como añadir tecnología a un animal que lleva miles de años volando por los extensos océanos.
Surge la duda de si este sistema puede tener un efecto secundario para los albatros. La vida de estos gigantescos pájaros corre peligro si los pesqueros ilegales deciden acabar con ellos para evitar que sigan siendo detectados. Actualmente una gran parte de las especies de albatros están en peligro de extinción y una de sus principales causas de muerte son precisamente los barcos pesqueros. Las técnicas de pesca por arrastre pueden enganchar a las aves cuando estas intentan atrapar peces de las redes del pesquero, en consecuencia acaban ahogándose por no poder soltarse.
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