Tras los restos de dos huracanes consecutivos, España afronta otro fenómeno inestable: el "bloqueo escandinavo"

Distintas situaciones atmosféricas, una inestabilidad muy similar

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El paso de los remanentes de los ciclones tropicales Kirk y Leslie, a los que se sumaron otros eventos meteorológicos como la borrasca Berenice, han marcado unas semanas de lluvias intensas y vientos huracanados. Los meteorólogos señalan la llegada de cambios en la situación atmosférica. Para encontrar el origen del cambio tenemos que mirar al norte.

Del pasillo al bloqueo. El pasillo atlántico de borrascas que facilitó la llegada de Kirk y Leslie parece encaminado a cerrarse en las próximas semanas. El pasillo que ha dado lugar a la llegada de cantidades llamativas de humedad a través de varios ríos atmosféricos perderá protagonismo en favor de otro fenómeno, un “bloqueo escandinavo”. Los efectos puede que no sean muy distintos.

Qué es un “bloqueo escandinavo”. Un “bloqueo escandinavo” es un patrón atmosférico en el que un anticiclón de bloqueo se ubica en el norte de Europa, alrededor de la península de Escandinavia, de ahí el nombre. Estos anticiclones de bloqueo, como el de las Azores, se mantienen más o menos estáticos en una ubicación y bloquean el paso de las borrascas.

El impacto de estos bloqueos sobre la Península puede ser variado. Un anticiclón de este tipo sobre el norte de Europa puede desviar las borrascas a latitudes más al sur, con lo que el tiempo inestable es empujado hacia nosotros. Lo contrario ocurre con el anticiclón de las Azores, que suele protegernos de la llegada de borrascas por el oeste.

En qué se puede traducir esto. Es decir, si se cumplen estas previsiones, podemos esperar una temprana vuelta a la inestabilidad hacia finales del mes de octubre y principios del que viene. Si finalmente el bloqueo anticilónico se materializa podemos esperar la llegada tanto de nuevas borrascas como de “descuelgues” de aire frío.

Los meteorólogos advierten, eso sí que aún es pronto para saber si la situación de bloqueo llegará a materializarse. Si lo hace, sus efectos podrían comenzar a hacerse notar a finales de la semana que viene.

Ciclogénesis explosiva. Mientras se despejan las dudas sobre el posible bloqueo escandinavo, los meteorólogos advierten de que nos espera otro fenómeno significativo: una ciclogénesis explosiva en el Atlántico, cuyos efectos podrían alcanzar la Península. Estos procesos no son más que la formación rápida de una borrasca con una bajada repentina de la presión atmosférica.

Se espera que este proceso se de durante el fin de semana centrado en aguas del Atlántico norte, frente a las costas de Irlanda. Pese a la distancia, los efectos de esta borrasca podrían hacerse notar la semana que viene el el norte de la Península. El lunes la Agencia Estatal de Meteorología prevé la llegada de un frente Atlántico que podría traer precipitaciones tanto a la cornisa Cantábrica como a algunas zonas de la meseta norte.

Otoño de contrastes. Todos estos fenómenos adversos se compaginan con tiempo anticilclónico entremedias. El tiempo estable dominará durante buena parte del fin de semana, una tregua meteorológica que quizás dure poco: la situación en la atmósfera cambia pero la tónica dominante este otoño parece ser la propia de la época.

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Imagen | ECMWF

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