Que estábamos perdiendo plantas a un ritmo nunca visto es algo que ya sabíamos. Muchos científicos ya lo llaman la "sexta gran extinción". La contaminación, la destrucción del hábitat, las plagas y el cambio climático son “los cuatro jinetes” que están acelerando dramáticamente el proceso y empiezan a afectar a productos de nuestra vida cotidiana.
Por eso, previendo las consecuencias económicas a medio plazo, la estrategia mundial para la conservación de las plantas trabaja para tener almacenadas en bancos de semillas el 75% de las especies amenazadas antes de 2020. El problema es que, como se publicaba en Nature Plants, no van a poder: no tenemos tecnología para ello.
Los bancos de semillas no son una opción

Un análisis de los Royal Botanic Gardens Kew de Reino Unido revelan que hasta el 36% de las especies en peligro crítico no se pueden conservar en bancos de semillas por medios convencionales. A eso hay que sumarle el 33% de todos los árboles y hasta el 10% de todas las plantas medicinales.
Según sus pruebas, muchas de estas semillas son sensibles a la desecación. Es decir, si se emplearan los métodos convencionales de congelación y almacenamiento, morirían y serían inservibles. Entre las especies con problemas están el roble y el castaño, pero también productos tan apreciados como el chocolate, el café o los aguacates.
En busca de alternativas viables

Esto hace que muchos investigadores están trabajando en sistemas de crioconservación que nos permitan asegurar el futuro de la biodiversidad global. Los investigadores de los Royal Botanic Gardens Kew están intentando cultivar árboles en tubos de ensayo con la idea de congelar los embriones en lugar de las semillas.
Por ahora, las pruebas son prometedoras, pero a medida que el cambio climático se vuelve más severo la necesidad de asegurar la flora ante imprevistos se hace más acuciante. Y estas nuevas tecnologías no son baratas.
Los bancos de semillas (enormes estructuras que conservan miles de kilos de semillas a menos 20 grados centígrados) se están volviendo obsoletos. Y aunque, por ahora, el riesgo inminente se concentra en plantas económicamente poco rentables, es cuestión de tiempo que tengamos que mirar de frente al problema. La duda es cuántas plantas perderemos en proceso.
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12 comentarios
usuarioxataka
Puede ser capricho mio, pero...
¿La rotación de las imágenes del artículo es intencional?
¿O es para añadir drama?
daniballesterosbargues
Esta noticia roza el melodrama y está llena de inconsistencias, algo que el trabajo original publicado en Nature Plants no hace (recomiendo su lectura). Los bancos de semillas no están obsoletos, y la gente de Kew no dice eso. Los bancos de semillas siguen siendo la mejor opción para casi el 70% de las especies amenazadas. Y para la mayoría de especies agrícolas y forestales. Lo importante es que si queremos protegerlo todo no debemos conformarnos solo con tecnología desarrollada hace 30 años (que funciona muy bien), debemos invertir más en ciencia y desarrollar nuevas y complementarias tecnologías. Por cierto, el científico de Kew de la foto, como otros muchos buenos científicos emigrados, es español...
shengdi
¿No se podría hacer un almacenado por ciclos? es decir; tengo unas semillas que ya tienen, digamos, un año en el almacén, estas se utilizan para cultivo y se remplazan por semillas nuevas de la misma especie. Cuando estas ya den su fruto y nuevas semillas, se extraen y se remplazan las que están almacenadas, y estas, a su vez, son sembradas para generar más semillas nuevas.
marcaygol
Puede que sea influencia de la ciencia ficción, pero una opción no sería secuenciar el ADN de dichas plantas (o conservar muestras en lugar de las semillas, dado que secuenciar todo el ADN es, hasta donde yo sé, complicado) para en un futuro mediante ingeniería genética producir dicha planta a partir de otra, aunque ahora fuese imposible (incluso con las técnicas de ahora diría que es posible, complicadísimo, pero posible) pero con el tiempo las herramientas y las técnicas de edición genética irán mejorando. Además de que la información es más difícil que se eche a perder (en Xataka mismo decíais que se podría conservar información en una hebra de ADN entre 1000 y 10.000 años (https://www.xataka.com/investigacion/adn-como-metodo-para-almacenar-1-000-000-000-tb-asi-es-el-ambicioso-proyecto-de-microsoft))
Pero lo dicho, tal vez sea demasiada ciencia ficción.