Quien piensa que hay un debate sobre si es mejor el calor húmedo o el seco, es que no estuvo ayer en Adra. Con 26 grados con una humedad del 85%, la localidad almeriense está viviendo solo el anticipo de una ola de calor que en las zonas costeras del sureste del país tiene muy mala pinta.
Y es que no es un hecho aislado. Almería capital ha estado a 25,5 al 80%, Motril a 25 al 81%, Mojácar a 29 al 60%. Y eso que el episodio de calor aún no ha empezado.
Recapitulemos. Mientras escribo esto, todas las previsiones apuntan a que es muy probable que vivamos la segunda ola de calor del año en los próximos días. Y sí, soy consciente de que es julio y en julio hace calor.
Lo que ocurre es que los modelos están dando temperaturas en "el percentil 99 de las máximas para las fechas". Por poner un ejemplo, los modelos daban 45º en la ciudad de Sevilla y el umbral de la ola de calor está en 41,2. Es, en definitiva, mucho calor.
Y, con todo, no es lo peor. Si nos fijamos en el mapa de Meteociel, podemos ver que la peor parte se la va a llevar toda la zona sureste del país. Queda por ver cuál es su alcance e intensidad final, pero hay ciertas comarcas que pueden dar por descontado cuatro o cinco días muy malos.
Sobre todo, porque los niveles de humedad son muy altos. Y, bueno, porque aunque las máximas están aguantando el tirón (y no están muy lejos de las 'normales' para estas fechas), pero las mínimas están disparadas. Resulta muy difícil descansar y el resultado es una situación muy complicada. Pero volvamos a la humedad.
¿Por qué la humedad nos afecta tanto? La respuesta es más sencilla de lo que parece. La humedad en el ambiente es un problema porque el principal sistema de refrigeración del cuerpo es el sudor y cuanto más húmedo está el ambiente, menos agua admite. Es decir, el sudor evapora menos y nos refrigeramos menos.
Temperatura y sensación térmica. La temperatura es una magnitud física y, aunque evidentemente tiene su complejidad técnica, se trata de una medida objetiva. La sensación térmica es distinta. En el fondo, es la reacción que tiene el cuerpo humano (aunque probablemente podamos trasladar este concepto a otros seres vivos) ante un conjunto de condiciones del medio ambiente que influye en nuestra percepción térmica.
Y hay un montón de condiciones que influyen. Más de lo que parecen. Cosas como la diferencia de temperatura temporal, el calor metabólico y, por supuesto, la humedad del ambiente. En la tabla inferior podemos ver cómo cambia la sensación térmica según la temperatura y la humedad relativa.
¿Qué podemos esperar? Unos días muy duros y peligrosos. Hay que recordar que el riesgo de sufrir un golpe de calor "es mayor si a lo largo de 48 horas se mantiene una temperatura ambiente superior a los 32-34ºC y con una humedad relativa por encima del 50-60%". Justo el escenario al que van directamente amplias zonas del sudeste del país.
Imagen | Ralph Kaiden
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