Se espera que la depresión tropical Siete evolucione en las próximas horas mientras se desplaza lentamente hacia el oeste
Mientras Francine alcanza Nueva Orleans, la depresión tropical Siete va camino de convertirse en Gordon, la séptima tormenta tropical de la temporada atlántica de huracanes. Marca así una curiosa tendencia: estamos viendo una de las temporadas más irregulares de los últimos años.
Siete. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de los Estados Unidos avisaba ayer de la formación de la depresión tropical Siete en el Atlántico occidental, al oeste de las islas de Cabo Verde. La depresión está generando por ahora unos vientos sostenidos de unos 30 nudos, es decir, unos 55,6 km/h.
Gordon asoma. Se prevé que en las próximas horas Siete gane fuerza y alcance la categoría de tormenta tropical. Recibiría el nombre de Gordon. Según los datos del NHC, la depresión se desplaza hacia el oeste a una velocidad de unos 15 nudos (unos 27,8 km/h).
Esto implica que aún quedan días antes de que Gordon se acerque a tierra firme. Se prevé que pueda ser a mediados de la semana que viene que la tormenta alcance las Antillas menores, aunque por ahora es muy pronto para saber cómo evolucionará la tormenta. Por ahora las estimaciones la sitúan en la zona central del Atlántico norte para el lunes.
Francine en Nueva Orleans. Mientras tanto, la recién formada tormenta tropical Francine ha tocado tierra en el delta del Mississippi. Debido a ello las autoridades estadounidenses alertaban del peligro de marejada ciclónica en la costa de los estados de Louisiana y Mississippi.
El valle del mayor río de Norteamérica y sus afluentes es también susceptible de sufrir inundaciones debido a las precipitaciones que podrían dejar más de 10 cm en amplias zonas del bajo Mississippi. El NHC también avisaba de los vientos propios de una tormenta tropical, es decir, vientos sostenidos por encima de los 62,8 km/h.
Francine (que llegó a alcanzar la categoría de huracán) pasó frente a las costas mexicanas, dejando tras de sí lluvias, viento y fuerte oleaje en el estado de Tamaulipas.
Una semana muy activa. Francine y Siete no son los únicos sistemas vigilados por las agencias meteorológicas norteamericanas. El NHC vigila tres sistemas: dos en el área entre las Antillas menores y el centro-norte del Atlántico tropical y un tercero frente a la costa sudeste de los Estados Unidos.
Los dos primeros sistemas tienen probabilidades limitadas o muy limitadas de evolucionar, sin embargo el tercero sí que podría hacerlo en los próximos días. Según las estimaciones del NHC, la probabilidad de formación de una tormenta a lo largo de los próximos siete días en el área es del 30%.
Temporada irregular. La evolución atmosférica en el Atlántico norte está mostrándonos un singular patrón. Los meteorólogos esperaban que la temporada de huracanes fuera singularmente intensa. Tras unas primeras semanas de calma, el potente huracán Beryl, el más rápido en llegar a categoría 5, parecía marcar un cambio de tendencia que permitiría que las predicciones se cumplieran.
Nada más lejos de la realidad: la temporada de huracanes en el Atlántico norte fue una de las más relajadas durante el mes de agosto. Aunque Gordon tiene margen de intensificarse en su recorrido hacia el Caribe nada parece garantizar que lo vaya a hacer, por lo que aún existe incertidumbre respecto a la evolución de la temporada.
Alternancia. El motivo de esta marcada diferencia entre previsiones y observaciones puede estar a miles de kilómetros del Atlántico. Durante muchos meses se esperaba que la alternancia en la Oscilación del Sur de El Niño trajera consigo a mediados del verano su fase de La Niña.
El fenómeno de La Niña se vincula con temporadas de huracanes más intensas en el Atlántico norte (y de menor intensidad en el Pacífico). El hecho de que esta alternancia no se haya dado puede ser uno de los principales motivos por el que estamos viendo una temporada más relajada de lo anticipado.
Imagen | NHC
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