Hoy se han puesto en marcha por primera vez en Madrid restricciones de tráfico a causa de los altos niveles de gases contaminantes en su atmósfera. Unas medidas que se suman a otras noticias relacionadas con la calidad del aire que respiramos, como el fraude de Volkswagen, con implicaciones no solo económicas o legales, sino también sanitarias. La contaminación por óxido nítrico y óxido nitroso de los motores diésel es muy peligrosa por su condición como agentes cancerígenos.
Sobre la contaminación atmosférica no se solía hablar mucho hasta ahora. El aire es invisible (salvo que nos vayamos a un punto de observación que permite ver la "boina" que decora algunas ciudades), pero sus efectos sobre la salud no. Por fortuna, la tecnología pone en nuestras manos, (no hablamos únicamente de aplicaciones móviles) herramientas para obtener datos acerca de la calidad del aire que respiramos.
Cómo funciona: sensores, Internet y apps
Estos tres elementos son la clave para entender muchos de los avances tecnológicos de los últimos tiempos en áreas como el Internet de la Cosas. Los sensores miden, Internet mueve los datos y los procesa, y las apps ponen en nuestras manos la información destilada a partir de esos datos de un modo ordenado y visual. Las herramientas que permiten conocer la calidad del aire funcionan de ese modo.
Los sensores para medir la concentración de gases y partículas contaminantes pueden estar tanto en estaciones meteorológicas municipales como en dispositivos para el ámbito doméstico o en instalaciones industriales y más recientemente incluso en coches y trasportes públicos. Los sensores envían los datos medidos en tiempo real a la nube, donde se organizan y analizan para alimentar los sistemas de bases de datos a los cuales se podrá acceder tanto desde una interfaz web como desde apps que se desarrollen a tal efecto.
Los portales que se dedican a recopilar los datos provenientes de las estaciones meteorológicas empiezan a consolidarse en Internet. Uno de los más completos en cuanto a información sobre calidad del aire es World Air Quality Index, un proyecto que recopila la información suministrada por las estaciones medidoras en los cientos de ciudades que se están monitorizando prácticamente en tiempo real y al que continuamente se añaden más núcleos urbanos. Por su parte, a nivel local, los ayuntamientos empiezan a incluir en sus portales apartados dedicados a la calidad del aire, como en Madrid.
Gran cantidad de las apps disponibles en iOS, Android o Windows Phone dedicadas a ofrecer información sobre la calidad del aire localmente o a escala mundial, se alimentan de los datos que recopila el portal Air Quality Index.En estos momentos es lógico, al haber un número limitado de medidores de este tipo, aunque a la vista de los avances en la tecnología de sensores y como resultado de la consolidación de las tendencias alrededor del Internet de las Cosas, las fuentes de datos acerca de la calidad del aire pueden aumentar exponencialmente en los años venideros.
La tendencia parece clara y bajo paraguas como el de las smartcities se han puesto en marcha infinidad de proyectos para sensorizar los espacios urbanos. Los ingredientes son básicamente siempre los mismos que mencionábamos antes: sensores, conectividad y una base de datos en la nube donde se almacenan y analizan los datos recopilados, que posteriormente se ponen a disposición de los usuarios a través de aplicaciones web o apps.
El futuro pasa por llevar los sensores más allá de las estaciones meteorológicas fijas e integrarlos en ubicaciones mucho más cercanas a las fuentes de emisión. Entre otros muchos ejemplos, uno que es casi "de libro" de esta mecánica de trabajo es el piloto que se hizo en la ciudad de Denver (EEUU) el pasado verano, en el que se equipó a tres coches de Google Street View con sensores de la compañía Aclima conectados a la nube.
En total se registraron más de 150 millones de datos durante las 750 horas de conducción que duró el periodo de pruebas. Usando el motor de geo-mapeado de datos de Google Earth Outreach se completó el proceso, añadiendo una capa de visualización para la representación gráfica de los datos numéricos. Es interesante, aunque está en inglés, visitar la página con el análisis de los resultados de este piloto.
El proyecto de Denver se extenderá este otoño a otras zonas urbanas como Los Ángeles o San Francisco y en Chicago está en marcha un proyecto de sensorización denominado "Array of things" o AoT (lista de cosas) que contempla, entre otras mediciones, las de calidad del aire a través de sensores en las farolas.
Otras iniciativas en España
España es uno de los países que lideran el movimiento en pro de las Ciudades Inteligentes. Y los proyectos relacionados con la polución no faltan. Sin ir más lejos, en diferentes ciudades se empiezan a instalar sensores en los autobuses urbanos. EL proyecto UrVAMM está poniendo en marcha proyectos de prueba en ubicaciones como Oslo, Tarragona, Gijón o Madrid en los que los autobuses urbanos se convierten en sensores en tiempo real para medir, entre otros parámetros, la calidad del aire.
Otra iniciativa española, salida del Fab Lab de Barcelona y el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, especialmente relevante por haber obtenido la financiación correspondiente en KickStarter es Smart Citicen. Este dispositivo mide datos del entorno y los lleva a una plataforma abierta donde se ponen a disposición de todo el mundo a través de la web SmartCiticen para su consulta o análisis. Su precio es de 155€ según se puede ver en su tienda online.
Además de las redes de sensores públicas, existen iniciativas en aras de instalar sensores en zonas industriales. Aquí la calidad del aire no sólo depende de los coches, sino también de las fábricas. No son datos válidos de cara a la legislación, al estar muy cerca de los focos contaminantes, pero sí dan una idea acerca de qué podemos esperar de la calidad del aire en el entorno. Estas iniciativas dependen de cada comunidad, como la Red Ambiental de Asturias o la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire de Andalucía entre otras.
Apps que puedes utilizar
Los proyectos relacionados con el Internet de las Cosas, como hemos visto, ponen a disposición de los ciudadanos o de empresas encargadas de auditarlos, datos recogidos en los sensores desplegados en autobuses, coches, farolas o estaciones de medición ambiental. La forma en la que podemos acceder a ellos es a través de servicios web o apps. Este método es muy cómodo e incluso permite recibir alertas en tiempo real para advertir sobre niveles por encima de los recomendables.
Las apps son convenientes por su facilidad de uso y su inmediatez. Se instalan y están listas para usarse con una interfaz generalmente clara y legible sin tener que abrir un navegador web y recorrer infinidad de menús para llegar a la parte que nos interesa. A cambio, los portales web ofrecen, en general, una información más completa y con más detalle.
Buscando en las tiendas de aplicaciones de las diferentes plataformas móviles términos como "aire", "contaminación", "aqi" (acrónimo de Air Quality Index), "calidad del aire" o similares, aparecerán una buena cantidad de apps cuyo cometido es el de informar sobre los índices de contaminación. Como suele ser habitual, en iOS y Android más que en Windows Phone o Blackberry. De todas ellas, hemos seleccionado algunas a modo de ejemplo.
Madrid Contaminación, con un toque de ironía El eslogan de esta app es bastante informal y con un cierto tono de ironía: "la boina de Madrid, ahora, también en la palma de la mano". Se centra en la Comunidad de Madrid, pero tiene como punto fuerte su sencillez y un acceso rápido a la normativa vigente, incluyendo enlaces a la misma en formato PDF, junto con la descripción de los principales contaminantes. Se puede descargar en la tienda Google Play
CALIOPE, capaz de predecir el futuro Este software, desarrollado en el BSC (Barcelona Supercomputing Center), y del que ya hemos hablado en Xataka, además de mostrar la información actual sobre la calidad del aire, permite hacer una predicción acerca de la calidad con un límite de 24 horas. Para ello, usa los datos calculados por el superordenador Mare Nostrum ubicado en el BSC. Se puede descargar en la tienda Google Play. Hay una versión de este software pero con ámbito europeo también en la tienda de apps de Google: CALIOPE EU: Air Quality
El Aire de Madrid Se trata de la aplicación oficial del Ayuntamiento de Madrid. Es correcta y con información acerca de los contaminantes, consejos prácticos y los límites legislativos establecidos para cada contaminante, aunque con una interfaz mejorable. Se puede descargar en la tienda Google Play. Por su parte, la versión para iTunes se puede encontrar en la tienda Apple Store.
Aire! Calidad del Aire Mundial Esta app para Android puede considerarse la versión como aplicación móvil del proyecto AQI (Air Quality Index) y lleva a la pantalla de nuestro terminal Android una completa información sobre la contaminación en ubicaciones de todo el mundo. La interfaz es correcta, informativa, y además se van añadiendo estaciones de medición constantemente. Se puede descargar en la tienda Google Play.
Índice de la Calidad del Aire (ICA) Esta app está disponible tanto para iOS como para Android. Ofrece una gran cantidad de información, aunque la interfaz no es la más intuitiva del mundo, todo sea dicho. En su pantalla de inicio se pueden añadir nuestras ubicaciones de medida preferidas. En la Apple Store puedes acceder a esta app aquí. También está disponible en la tienda Google Play.
Global Air Quality- Real Time Air Pollution Indices Esta app para iOS es una de las mejores en cuanto a interfaz y presentación. Tiene opciones para visualizar un ranking con las ciudades con peores y mejores aires con información sobre mediciones pasadas. La puedes descargar en la tienda Apple Store.
Existen muchos más recursos que permiten acceder a los datos de contaminación, especialmente a nivel local. Por fortuna, el trabajo en la dirección de compartir los datos sobre contaminantes ya empezó hace años, aunque con un impacto mediático limitado. También hay que tener en cuenta que muchos de los datos que se manejan son los mismos aunque accedamos a ellos desde diferentes apps o portales web. Por ejemplo, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) comparte datos con el BSC usando cálculos compartidos con su proyecto CALIOPE.
Consigue tu propio medidor
Además de los datos recolectados por las estaciones de medición oficiales, empiezan a hacerse notar proyectos de crowdfunding en plataformas como Kickstarter o Indiegogo cuyo fin es precisamente el de medir la calidad del aire mediante dispositivos domésticos e incluso de bolsillo. En la actualidad hay varios que ya han cerrado su ronda de financiación: AirBeam (249 dólares) y TZOA (139 dólares) y Smart Citizen que mencionábamos antes, con origen español, dentro del apartado de proyectos nacionales.
Estos dispositivos miden la cantidad de partículas PM10 y PM2.5 en nuestro entorno y comparten los datos con la aplicación correspondiente en nuestro smartphone, que a su vez los compartirá con la nube para crear mapas de calidad del aire mediante crowdsourcing. "PM" responde a las siglas Particle Matter y da una idea acerca del tamaño de las partículas en suspensión. Cuanto más pequeñas, más dañinas y potencialmente peligrosas para nuestra salud al penetrar en nuestros pulmones.
Otras iniciativas que ya están a la venta comercialmente son las de Netamo, que incluye un medidor de la calidad del aire en su estación meteorológica para el hogar, tanto para evaluarla en el interior como el exterior. O Withings Home, una cámara de vigilancia que también incluye un sensor para medir la cantidad de partículas contaminantes del entorno. De hecho, la calidad del aire en interiores es tan importante de cara a la salud como en exteriores, según estimaciones de la OMS 7 millones de personas mueren al año a causa de una deficiente calidad del aire.
Un paso más allá, que da una idea de hacia dónde vamos en la adopción de sensores como herramienta cotidiana en el mundo del IoT, es el analizador molecular de bolsillo SCIO capaz de analizar la composición de objetos, alimentos o cualquier otro elemento material a través de técnicas de espectroscopia por infrarrojos e identificar sus componentes químicos.
O hazlo tú mismo
Los manitas pueden incluso adentrarse en el mundo maker usando plataformas de desarrollo IoT como Arduino, Intel Edison o Raspberry Pi adquiriendo los sensores correspondientes para la detección de polución. Existen instrucciones detalladas para la construcción de algunos proyectos en páginas como Instructables
En este caso, los datos pueden compartirse en la nube en portales como Xively que permiten almacenar y compartir como "feeds" XML los datos recolectados por nuestros sensores, aunque compañías como Amazon Web Services han anunciado la apertura de su plataforma cloud a las plataformas de desarrollo IoT.
Otro campo donde hay margen para innovar es en el de las alertas automáticas usando plataformas como IFTTT. De momento no hay muchas, y de hecho solo hemos podido encontrar una: la de alerta de contaminación de Air París. Para productos comerciales como la estación meteorológica de Netatmo, sí que hay infinidad de reglas para alertar sobre temperatura, luz o contaminación. De todos modos, es un campo donde hay margen para crear reglas que activen alertas dependiendo de los valores de los contaminantes.
Una tendencia consolidada
De momento, estamos asistiendo a la primera fase de adopción de los sensores como parte de nuestra interacción con el entorno. Pero puede que no tardemos mucho en ver cómo en aplicaciones de mapas tales como Google Maps o los Mapas de Apple se añade una capa más con información sobre la calidad del aire de igual modo que ahora se añade información de tráfico o sobre rutas para moverse entre diferentes puntos.
La integración de sensores en los transportes públicos está avanzando, así como la tecnología de los sensores personales. La salud está en juego, y nuestra calidad de vida. No solo se trata de la mortalidad, sino de las patologías asociadas a una exposición continuada a un aire contaminado.
En Xataka | Esta app española te dice la calidad del aire que respiras, y la del que respirarás mañana
Más información | Ayuntamiento de Madrid y Air Quality Index
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