Este 2024, los cortes de agua por altos niveles de radioactividad se han acelerado. Y lo que nos queda
Mientras la situación se hace más y más insostenible, la Junta de Andalucía ya va por el cuarto decreto de sequía y Juanma Moreno, el presidente de la comunidad, ha ido a Europa a pedir que se active el Fondo Europeo de Solidaridad ante "una catástrofe natural" que está poniendo a millones de andaluces en "una situación límite".
Pero, como dice el dicho popular andaluz, "a perro flaco, todo son pulgas". Y por los grifos de algunas zonas de la región ha empezado a salir agua radiactiva.
Una historia más larga de lo que parece. ya en abril de 2023, se tuvo que cortar el suministros de Chercos (Almería) y el problema afecta ahora mismo a varios barrios de la capital almeriense y la pedanía malagueña de Maro. Sin embargo, el gran 'susto' ocurrió a principios de año.
El 30 de diciembre, la desaladora del Campo de Dalías que asegura el suministro a los más de 100.000 habitantes de Roquetas de Mar se averió y el sistema empezó a distribuir agua de los Pozos de Bernal; un lugar que, desde el mes de septiembre, se sabía que tenían niveles de radioactividad superiores a lo establecido.
Casi de inmediato, se cortó el suministro y, durante los dos días que tardó en arreglarse la planta de desalación, los vecinos de Roquetas tuvieron que abastecerse con agua transportada en camiones. Es decir, la segunda ciudad de Almería y la decimotercera de Andalucía ya se ha visto afectada por los altos niveles de radioactividad. Y lo que nos queda por ver.
¿Pero por qué hay radioactividad en el agua? Por la falta de agua. Como explican desde el Ministerio de Sanidad, desde "la formación del planeta" hay radionucleidos en las rocas que "todavía no se han extinguido por transmutación, por ser muy poco radiactivos y tener, por tanto, semividas comparables a la edad de nuestro planeta".
Es decir, los radionucleidos están aquí, entre nosotros. Y, aunque no todos son problemáticos a nivel sanitario, si se acumulan pueden afectar a la salud a largo plazo.
Aquí es donde entra la sequía. El combo entre falta de lluvias y sobreexplotación de los acuíferos ha producido que haya mucha menos agua disponible con una cantidad parecida de radionucleidos. Y esto, como ocurrió en verano con los pesticidas en el embalse zamorano-salmantino de la Almendra, provoca que el agua acumule niveles peligrosos para el consumo humano. De ahí sale la radioactividad.
¿Tan mal está la situación? Peor. Los embalses almerienses están al 8,93% de su capacidad y la Viñuela, el que da servicio a la comarca malagueña de la Axarquía (donde está Maro) se encuentra al 7,27%. Además, hablamos de zonas donde la agricultura es muy intensiva y eso ha sometido a una presión extra a los acuíferos de la zona.
Pero el resto de Andalucía no está mucho mejor. En su conjunto, los pantanos de la provincia de Málaga están al 15,75% y los de Cádiz, al 15,32%. Sevilla y Huelva están algo mejor por los temporales de las últimas semanas, pero no hay ninguna provincia andaluza que se encuentra ni cerca de la media nacional. Ese es el desastre.
La cuenta atrás ha empezado. Andalucía, como Cataluña, ha anunciado que (si es necesario) fletará barcos para asegurar el suministro de agua de las provincias más afectadas: Almería, Málaga, Cádiz y, justo por detrás, Córdoba. Sin embargo, hay muchas dudas sobre la viabilidad de esto a medio plazo.
Y es que, según las estimaciones de la Junta de Andalucía, estos barcos “pueden transportar entre 40.000 y 100.000 m3 de agua hasta puertos andaluces”. Solo el área de Málaga, gasta 66.000 al día. Harán falta muchos barcos si la situación se mantiene durante más tiempo. Demasiados.
De hecho, a día de hoy, lo más probable es que los cortes de agua se vuelvan más y más frecuentes conforme nos acerquemos al verano. Es cierto que los modelos meteorológicos empiezan a hablar de un cambio radical de tiempo en la segunda mitad de febrero. Pero si algo hemos aprendido estos meses, es que tenemos que estar preparados. Y está claro que muchas partes de Andalucía van tarde.
Imagen | Simon Law
En Xataka | España lleva años coqueteando con un desastre que en 2024 parece inevitable: "el año de la sequía".
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