39º C en pleno octubre: el veranillo de San Miguel se acerca con mucho calor y también con una DANA

No es un efecto óptico, ni se ha roto el termómetro: hay 38 grados en el sur y más de 33 en la meseta. Y sí es octubre, pero es que también es verano: el "veranillo de San Miguel" ha llegado por fin a la península. Sin embargo, el último coletazo de las buenas temperaturas antes de la entrada del invierno tiene truco: una DANA.

¿Qué es el veranillo de San Miguel? También conocido como "del membrillo", es un fenómeno típico de finales de septiembre o principios de octubre para el que, en fin, no tenemos explicación. Durante dos, tres o cuatro días las temperaturas suben para volver a bajar y encaminarse al pozo térmico de enero. Y ya está.

Es interesantísimo porque, pese a que sucede prácticamente todos los años, los meteorólogos no se ponen de acuerdo sobre su origen y no disponemos una explicación científica verosímil. Ninguna más allá de que ocurre en una época del año caracterizada por una gran inestabilidad meteorológica y esto abre la puerta a que haya cortos espacios de "buen tiempo". Es un recordatorio anual que, a veces, las cosas pasan sin más (y no podemos explicar por qué).

No es un verano normal Porque, como se ha atrasado, el "verano de San Miguel" va a impedir que el "cordonazo de San Francisco" (el último gran episodio de lluvias antes del invierno) llegue a su cita anual. Lo cual no quiere decir que no vaya a llover. Lloverá. Por un lado, "la dorsal anticiclónica que se encuentra sobre el suroeste de Europa se está debilitando y extendiéndose hacia el Atlántico". Esto pondrá la alfombra roja a los sistemas de bajas presiones y abrirá la puerta a que un fin de semana en remojo.

DANAs, DANAs y más DANAs. Este es el segundo motivo, como nos explicaba Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el desplazamiento de la DANA en dirección hacia la Península ocasionará algunos chubascos tormentosos en puntos de Andalucía Oriental, la Región de Murcia, el sur de la Comunidad Valenciana, el este de Castilla-La Mancha y el sur de Aragón. Esto no afectará a las temperaturas, pero sí que nos garantiza un poquito de agua (agua que no nos vendrá nada mal).

¿Debemos esperar lluvias torrenciales? Es buen momento para detenernos un momento en este asunto: las DANAs (lo que popularmente se denomina 'gota fría') son un elemento típico del otoño peninsular. El fenómeno se produce cuando el chorro polar (una corriente de aire frío de gran altura que recorre la tierra de oeste a este) se ondula tanto que se estrangula y una parte de él se desgaja. Aislado del flujo general, ese sistema de bajas presiones puede provocar chubascos muy intensos: esto es algo que ha pasado toda la vida.

Sin embargo, en los últimos años cada vez sufrimos más y eso tiene consecuencias. La principal, que ya no se concentran en septiembre-octubre y las "temporadas de inundaciones" se han hecho mucho más largas. De hecho, este 2022 hemos visto alertas por DANAS en junio y julio. La otra gran consecuencia es que "no siempre que nos visita una DANA hay que esperar lluvias torrenciales".

Pedro y el Lobo meteorológico. Digo que es importante porque ahora mismo tenemos asociado "DANA" a "lluvias torrenciales" y a partir de ahora, habrá muchas lluvias torrenciales, sí; pero también habrá más depresiones de este tipo que traigan simplemente chubascos aislados. Por ello, es recomendable no 'vaciar de significado' el término: no hay nada peor para la población que desensibilizarse ante las alertas meteorológicas y el huracán Ian lo acaba de demostrar.

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