Apple ha cerrado su 2024 fiscal con un modesto crecimiento del 2%, una cifra que habla de su transformación gradual
Apple ha cerrado su 2024 fiscal (el año que va de octubre de 2023 a septiembre de 2024), y así nos deja un nuevo ejercicio completo en el que podemos fijarnos para entender la trayectoria de la empresa.
La vuelta a la senda del crecimiento, con un modesto 2%, esconde una lenta pero profunda transformación estructural.
Por qué es importante. Este crecimiento marca el fin de la era de expansión explosiva en favor de una nueva fase donde la estabilidad y la diversificación marcan su rumbo estratégico.
La panorámica. El iPhone sigue siendo el rey, con más de 200.000 millones de dólares en ingresos, pero la revolución ocurre en los márgenes del imperio de Cook. Servicios ya roza los 100.000 millones de dólares anuales, mientras que el Mac encuentra su nueva zona de confort en la horquilla de los 30.000 millones.
En cifras.
- Ingresos totales: crecimiento del 2% tras caer un 3% en 2023.
- iPhone: incremento de 600 millones respecto a 2023.
- Servicios: camino a superar los 100.000 millones anuales.
- Mac: estabilizado en 30.000 millones anuales.
- Wearables, Hogar y accesorios: primera caída tras ocho años de crecimiento.
Aquí visto de otra forma: el peso de cada división sobre el total de los ingresos de la empresa. La línea amarilla discontinua indica el 50% en el que ha bailado el iPhone desde que Jobs aún era CEO.
Entre líneas. La madurez del mercado de la tecnología de consumo, que también afecta a Apple, está forzando una transformación en la empresa, que ya no busca "el próximo iPhone" (un objetivo seguramente inalcanzable), sino profundizar en la idea de construir un ecosistema de productos y servicios complementarios.
El Mac representa quizás la historia de reinvención más exitosa. Tras el impulso de Apple Silicon y los atípicos años de pandemia, ha encontrado un nuevo suelo en los 30.000 millones anuales. Es el doble de su relevancia histórica. El iPad, pese a las varias caídas consecutivas, mantiene niveles superiores a cualquier año desde 2014. No está tan mal.
Profundiza. Servicios sigue siendo la gran apuesta estratégica para sostener el crecimiento en el futuro. Crece de forma constante y sustancial (11.000 millones este año), y prueba que Apple ha sabido gestionar con éxito su transición de fabricante de hardware a algo así como un proveedor de experiencias integradas. Una forma de hablar de esa conjunción de hardware, software y servicios donde no solo el primero consigue la venta directa.
Wearables, Hogar y accesorios, la división que ha sufrido su primera caída en ocho años, pese al pequeño extra que ha podido suponer la llegada de Vision Pro, deja una lectura evidente: Apple necesita repensar su estrategia en este tipo de tecnologías emergentes.
En resumen. Apple está teniendo éxito en su primera gran transformación desde que lanzó el primer iPhone. Construye un futuro donde el éxito no depende de un producto revolucionario individual, sino de un ecosistema interconectado de hardware, servicios y software. El dinero viene de los dos primeros y el tercero es lo que los articula.
Es una evolución menos espectacular y deslumbrante, pero también menos volátil y más estable y predecible, algo que adoran los inversores. También ese será el legado de Tim Cook.
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