Kodak fabricó algunas de las cámaras fotográficas más populares de la historia
El advenimiento de la fotografía digital fue un desafío enorme para la empresa
Después de décadas de liderazgo en el sector, en 2012 se declaró en quiebra
“Usted presiona el botón, nosotros hacemos el resto”. Con este eslogan, George Eastman presentaba en 1888 la primera cámara de Kodak. Hasta ese entonces, hacer fotografías no era una tarea sencilla. Los fotógrafos solían utilizar unas enormes cámaras de madera que funcionaban con placas de vidrio. Básicamente, había dos técnicas para obtener las imágenes: la de placa húmeda y la de placa seca, siendo este última la que evitaba tener que manipular productos químicos antes de cada sesión y, algo muy importante, no requería completar el proceso de revelado inmediatamente después.
La propuesta de Eastman, que era uno de los fundadores de Kodak junto a Henry A. Strong, era sustancialmente diferente a las alternativas conocidas en la época. Este ingenioso empresario había encontrado la forma de facilitar todo el proceso fotográfico de modo que el acceso a capturar imágenes estuviera disponible ampliamente. Aquella primera cámara de Kodak se vendía por 25 dólares (unos 800 dólares en la actualidad) y permitía hacer hasta 100 fotos. Los usuarios solo debían presionar un botón cada vez y una vez que completaban todas las exposiciones del resto se encargaba Kodak.
Kodak en sus mejores tiempos
El paso siguiente era enviar la cámara completa hasta Rochester, en Nueva York, donde la compañía retiraba el carrete, lo procesaba e imprimía las fotografías. Kodak después enviaba la cámara con un nuevo carrete y todas las fotografías impresas. Este servicio tenía un precio de 10 dólares (unos 322 dólares hoy). La cámara fue éxito comercial. Vendió una enorme cantidad de unidades y, sobre todo, permitió llevar el mundo de la fotografía a los usuarios aficionados. En ese momento, recordemos, la acción de tomar una fotografía era un dominio casi absoluto de los profesionales.
Después de aquel importantísimo paso, Kodak continúo trabajando en sus laboratorios de investigación y desarrolló varias innovaciones tecnológicas que se replicaron en muchos de sus productos. Por ejemplo, la firma puso en el mercado algunos de los modelos de cámaras más populares del siglo XX, entre las que se encontraban las Brownie y las Instamatic. En un momento Kodak fue uno de los mayores fabricantes de la industria fotográfica y su presencia en el mundo llegó a tal nivel que su eslogan “momento Kodak” fue adoptado popularmente para descubrir un evento que debía ser registrado para la posteridad.
Kodak se expandió rápidamente más allá de Rochester, la ciudad donde sentó sus bases. La firma se convirtió en una multinacional, con presencia en varias partes de Europa, principalmente en Reino Unido. En paralelo, aterrizó con fuerza en el mundo de los insumos para la industria cinematográfica e incluso participó de varios programas militares estadounidenses. Hubo un tiempo, por ejemplo, en el que la compañía trabajó con la CIA para diseñar cámaras para el avión de reconocimiento U-2. También fue un actor importante en el área de sensores ópticos para misiones de alto nivel de la NASA.
Desafíos y más desafíos
En los años siguientes, como cualquier empresa, Kodak se enfrentó a varios desafíos, pero consiguió superarlos relativamente bien. Las cosas empezaron a complicarse a principios de la década de 1980 cuando el líder del mercado fotográfico japonés, Fujifilm, aterrizó en Estados Unidos. La firma con sede en Tokio no solo inició una guerra de costes, sino que también abrió una fábrica en suelo estadounidense e incluso puso en marcha varios productos profesionales que apuntaban a su rival. Esta amenaza empezó a hacerse realidad cuando la compañía de Eastman empezó a perder cuota de mercado.
A finales de los noventa, la fotografía digital empezaba a cobrar fuerza y las compañías fotográficas tradicionales tomaban acción ante la nueva tendencia. Mucho tiempo antes, unos equipos internos de Kodak habían desarrollado una cámara digital portátil e incluso habían sugerido que la compañía debía dar un giro completo hacia lo digital, pero la dirección hizo caso omiso a estas peticiones y, por el contrario, optó por diversificar sus operaciones químicas. La compañía adquirió a Sterling Drug en 1987 para participar en el mercado de los medicamentos recetados y de venta libre.
Malas decisiones y consecuencias
Aquel movimiento no fue del todo beneficioso y Kodak acabó deshaciéndose de su participación en los negocios de salud en 1994. Este mismo año, la firma anunció una treintena de nuevos productos, entre los que se incluyen la película Royal Gold, una estación de impresión, una estación llamada Digital Enhancement Station 100 que permitía eliminar defectos en las fotografías antes de imprimirlas, entre otros. Si bien Kodak ya había tanteado el terreno digital con una asociación con Nikon en 1991, la Kodak DC40 digital llegó al mercado en 1995 y más tarde sus conocidas cámaras Kodak EasyShare.
Pese a que la compañía siguió apostando por el mundo digital, sus ganancias, así como el valor de sus acciones, fueron disminuyendo gradualmente. La dirección tomó la decisión de vender algunas de su divisiones para pagar deudas. Hacia finales de 2011, varios analistas creían que Kodak se había vuelvo insostenible y que la compañía acabaría declarándose en bancarrota. Aquel escenario se consumó en enero de 2012, cuando el imperio fundado por Eastman se acogió a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para cumplir con sus acreedores y sanear sus finanzas.
El resurgimiento
Kodak liquidó gran parte de sus patentes durante el proceso de bancarrota y suspendió la producción de varios de sus productos. Lejos de desaparecer, Kodak resurgió. En 2013 se despidió del estatus de bancarrota y se presentó como una compañía tecnológica centrada en la creación de imágenes. Desde ese entonces, Kodak ha conseguido redefinirse con un esquema de soluciones amplio, pero diferente de aquel que le llevó a lo más alto de la industria fotográfica. Ahora ofrece soluciones de impresión, materiales químicos, insumos cinematográficos y cámaras y accesorios fotográficos.
Algunas de sus cámaras son un auténtico fenómeno en tiendas digitales como Amazon. Entre los modelos disponibles en la actualidad encontramos las Kodak Mini Shot 3 Retro Instant Camera, Kodak Printomatic Instant Print Camera, Kodak PIXPRO WPZ2 Digital Camera, entre otras. Kodak, eso sí, está lejos de integrar el podio de los principales fabricantes de cámaras digitales del mundo. Este mercado está liderado por Canon (46,5%), Sony (26,1%) y Nikon (11,7%). En cuarto lugar, está el viejo competidor de la firma estadounidense, Fujifilm, con un 5,8% de participación del mercado.
Imágenes: Ty Feague | Museums Victoria | Kodak
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