El millonario ha reconocido que, durante años, su único objetivo había sido llevar a Microsoft a lo más alto
Gates reconoce que los métodos de trabajo que utilizó no son los más adecuados y es importante equilibrar la vida laboral y personal para alcanzar una carrera plena
Bill Gates nació en el seno de una familia adinerada de Seattle donde, al igual que sus hijos, estudió en uno de los mejores colegios de la zona. Por lo que, el principal objetivo cuando Gates abandonó la universidad para fundar Microsoft con Paul Allen, no era convertirse en una de las mayores fortunas del mundo a los mandos de una empresa de 3 billones de dólares. Sin embargo, lo consiguió.
En una entrevista para CNBC, el millonario reconocía que uno de los secretos de su éxito al frente de la compañía fue enfocar toda su vida a un solo objetivo: Microsoft.
Centrados en el software. Bill Gates reconocía en la entrevista que fue un joven bastante obsesivo y que, tal y como contó en una entrada en su LinkedIn, su principal preocupación era hacer realidad el sueño de que cada hogar tuviera un ordenador personal. "Nuestra frase era 'una computadora personal en cada escritorio y en cada hogar', lo que suena aburrido hoy en día, pero en ese entonces era completamente loco".
Su camino, como aficionados a la informática era crear un software que respaldara ese sueño. "Era la magia del software. Y estaba dispuesto a enfocar mi vida, a los 20 años, solo en el software, en un solo trabajo. Por aquellos años, era simplemente: ¿Es mi código realmente bueno? ¿Funciona? ¿Y puede esta empresa mostrarle al mundo que estas microcomputadoras son impresionantes?", señalaba Gates.
Enfoque en el producto, pero no gratis. Aunque su foco principal era crear el mejor software, Gates también comprendió que su esfuerzo y el de otros desarrolladores no podía ser gratis, y debían monetizarlo. En la ‘Carta abierta a los aficionados’ que Bill Gates escribió en 1976, el millonario defendió que los usuarios debían pagar precios justos por el software para que los desarrolladores pudieran continuar creando software de calidad.
El millonario reconoce que, durante esos años, "todo era Microsoft, todo el tiempo en mis 20 años... mi visión del éxito estaba muy centrada en Microsoft". Esa dedicación plena le convirtió en un actor clave en aquellos tiempos de revolución informática, catapultando su fortuna hasta convertirlo durante más de una década en la persona más rica del mundo. Según Forbes, en la actualidadocupa la séptima posición de su lista con una fortuna de 138.600 millones de dólares.
Relación tóxica con el trabajo. Con el tiempo y la experiencia, la definición de éxito de Gates ha cambiado, y el millonario ha reconocido que su comportamiento obsesivo con el trabajo no resultó ser el más adecuado.
Gates reconoce que su enfoque en el trabajo fue excesivo, afectando su equilibrio entre trabajo y vida personal. Su socio en Microsoft, Paul Allen, reconoció en una entrevistapara Vanity Fair que Bill Gates llegó a adquirir un liderazgo tóxico con su equipo: “Microsoft era un entorno de mucho estrés porque Bill dirigía a los demás tan duro como lo hacía con él mismo. Se estaba convirtiendo en el capataz que merodeaba por el parking los fines de semana para ver quién había llegado”.
Lecciones aprendidas. Aquellos años le enseñaron que, priorizar un objetivo no está reñido con establecer un equilibrio saludable entre trabajo y vida personal. En una intervención en la graduación de la Universidad de Arizona del Norte, el millonario aconsejaba a los recién graduados que "se tomen un descanso cuando lo necesiten". A Bill Gates le costó comprender que, centrarse en un objetivo profesional, no impide que deba dedicársele las 24 horas del día, sino que descansar correctamente permite avanzar mucho más rápido.
Nuevo enfoque: la Fundación Bill y Melinda Gates. El propio Gates asegura que, tras cuatro décadas al frente de Microsoft, su objetivo principal ya no es la compañía que fundó, sino que ha puesto el foco en su actividad filantrópica, dirigiendo a tiempo completo las operaciones de la fundación que creó junto a su exesposa Melinda French Gates.
A sus 68 años, el millonario reconoce que "Ahora, puedo definir mi éxito en términos de empoderar a otras personas compartiendo lo que hice mal, lo que hice bien y proporcionando mis recursos para solucionar problemas como la malaria o el cambio climático. Soy muy afortunado de estar en una fase diferente [de mi vida], pero aún puedo sentir que estoy marcando la diferencia".
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Imagen | Wikimedia Commons (UK Government)
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