Boeing está atravesando la crisis más grande en su historia, esto tras los dos accidentes fatales de su avión 737 MAX que provocaron la muerte de 346 personas. Todos estos modelos de avión están en tierra desde mediados de marzo, y tras la incertidumbre y serie de problemas que siguen surgiendo para una vuelta al aire, Boeing finalmente está haciendo ajustes en su estructura administrativa.
La Junta Administrativa de Boeing ha decidido que Dennis Muilenburg deje el cargo de presidente ejecutivo ('chairman') en la compañía, pero mantendrá el título de director ejecutivo (CEO o 'chief executive officer'). Es decir, Boeing está dividiendo las funciones de máximo responsable de la compañía para tratar de enfrentar la crisis del 737 MAX.
El primer cambio administrativo de Boeing desde que el 737 MAX está en tierra
Desde el pasado mes de abril, los inversores de Boeing pedían que la Junta Administrativa hiciera cambios "fuertes" ante este fallo, y los rumores apuntaban a la destitución de Muilenburg. Sin embargo, el actual CEO se ha mantenido en el cargo a pesar de las pérdidas económicas, las críticas y los problemas con las aerolíneas, que van desde cancelaciones de contratos hasta la solicitud de compensaciones por tener las operaciones detenidas.
Según Boeing, Muilenburg continuará como CEO y "se centrará en buscar soluciones tangibles para devolver el Boeing 737 MAX a las operaciones comerciales, al tiempo de permitirle un mayor enfoque en las actividades diarias y la implementación de cambios para agudizar la seguridad de los productos y servicios de Boeing".
"La división de las funciones de presidente y director ejecutivo permitirá a Muilenburg concentrarse a tiempo completo en la gestión de la empresa mientras trabaja para devolver el 737 MAX al servicio de forma segura, garantizar el pleno apoyo a los clientes de Boeing en todo el mundo e implementar cambios para agudizar el enfoque de Boeing en la seguridad de los productos y servicios."
Una decisión que llega justo cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha abierto una investigación criminal en contra de Boeing y la Administración Federal de Aviación (FAA). También está la publicación del primer informe de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que apunta a que la FAA y Boeing se equivocaron al asumir que los pilotos responderían correctamente al problema que terminó en tragedia, por lo que se habrían necesitado pruebas de certificación en entornos "más realistas".
Para sustituir a Muilenburg, Boeing ha designado a David Calhoun, quien era 'lead director' y ahora pasará a ser presidente no ejecutivo.
"La Junta tiene plena confianza en Dennis como CEO y cree que esta división del trabajo le permitirá un enfoque máximo en la gestión del negocio con la Junta desempeñando un papel de supervisión activa. La Junta también planea en el corto plazo nombrar un nuevo director con profunda experiencia en seguridad para servir en la Junta y en su recién creado Comité de Seguridad Aeroespacial."
Richard Aboulafia, analista aeroespacial, comentó que esta medida en sí es una sorpresa que se queda a medias, ya que no despide por completo a Muilenburg, quien tiene 33 años en Boeing, pero sí le resta autoridad. Se percibe como un primer aviso de que su cargo está en peligro si no logra que el 737 MAX vuelva a volar.
Desde abril de este año, Boeing ha visto una caída en sus acciones de más del 11%, provocando una pérdida en su valoración de más de 27.000 millones de dólares.
Hasta el momento seguimos sin una fecha para que el 737 MAX vuelva al aire, mientras las aerolíneas siguen cambiando sus calendarios de operaciones y pagando por mantener en tierra los aviones, esto sin mencionar las tareas de mantenimiento que requieren al estar sin poder volar.
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