Boeing ha vivido lo peores meses de su historia en una sucesión de infortunios encadenados que comenzaron con los fallos en la fiabilidad de sus 737 Max, se agudizaron con las protestas y despidos de su plantilla y poner la guinda final con un estrepitoso fracaso en su división espacial Starliner.
No obstante, como no hay mal que cien años dure, Boeing va cerrando frentes. El último: llegar a un acuerdo con sus trabajadores en huelga cediendo a aplicar una subida salarial del 38% en los próximos cuatro años, según un comunicado de los representantes sindicales de los trabajadores. El sindicato dijo que el valor compuesto del aumento salarial sería del 43,65% al final del periodo de vigencia del acuerdo.
Tras dos meses de huelga, llega el acuerdo. El reciente acuerdo entre Boeing y la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM) como sindicato representante de sus trabajadores, marcó el fin de una huelga de siete semanas que afectó la producción de aviones y registró pérdidas económicas en la empresa estimadas en unos 6.100 millones de dólares, según el último informe financiero de Boeing.
Los 33.000 empleados de Boeing, votaron para aceptar una oferta de acuerdo que incluye un aumento salarial del 38% en cuatro años y bonificaciones por ratificación y productividad. El acuerdo contó con el beneplácito del 59% de los empleados de Boeing, derivando en la desconvocatoria de la huelga, pese a que la compañía dejó fuera una de las principales demandas: la reactivación de un plan de pensiones que llevaba congelado casi una década.
"Este contrato también crea una nueva base sobre la que construir el futuro, y ese futuro comienza hoy. Estamos listos para ayudar a Boeing a cambiar de dirección y volver a construir los aviones más seguros y de mayor calidad del mundo", destacaban Jon Holden y Brandon Bryant, representantes de IAM en los distritos 751 y W24 en el comunicado del sindicato.
Acuerdo in extremis. El acuerdo de Boeing con su plantilla llega en un momento crítico para el fabricante, ya que la huelga había paralizado las líneas de ensamblaje del 737 Max que estaba generando unas pérdidas diarias que Bank Of America estimaba en 50 millones de dólares al día y retrasos en las entregas de aeronaves.
Esos retrasos estaban poniendo a la compañía en un serio aprieto ante aerolíneas como Ryanair o Emirates que se han visto obligadas a cambiar su calendario de renovación de aeronaves por esos retrasos. Tim Clark máximo responsable de Emirates, aseguraba que su aerolínea ha tenido que hacer "enmiendas significativas y muy costosas" como resultado de los múltiples incumplimientos de Boeing. "Tendremos una conversación seria con ellos durante los próximos meses", aseguraba su presidente a Business Insider.
Una dura negociación. La huelga comenzó el 13 de septiembre cuando los trabajadores rechazaron la oferta inicial de Boeing de aumentar el salario un 25% en cuatro años, ante una demanda del 40% en tres años que exigía el sindicato. Esta propuesta fue rechazada con el 94.6% de los votos en contra. La oferta se incrementó hasta el 35% en la siguiente propuesta, pero mantuvo el bloqueo en los planes de pensiones, algo que, de nuevo, los trabajadores rechazaron.
La nueva oferta que se ha aprobado tampoco restablece los planes de pensiones tradicionales (una demanda clave de los 33.000 trabajadores en huelga), pero aumentaría las contribuciones de la compañía a los planes de jubilación 401(k) y ha añadido las bonificaciones por rendimiento que Boeing quería eliminar. Estas bonificaciones suponen al menos el 4% del salario, aseguraba el sindicato en su comunicado.
Según publicaba Fast Company, el salario anual medio de los empleados en huelga es de 75.608 dólares al año. Con la subida salarial aprobada por los empleados, pasaría a ser de 119.309 dólares. No obstante, no todos los empleados ven una victoria en el acuerdo. "Fuimos amenazados por una empresa que estaba paralizada, moribunda, sangrando en el suelo, y nosotros, como uno de los sindicatos más grandes del país, ni siquiera pudimos extraerles dos tercios de nuestras demandas. Esto es humillante", declaraba un trabajador de Boeing a Fast Company.
Vuelta al trabajo. Los trabajadores comenzarán a retomar sus puestos de forma inmediata, pero el ajuste de los turnos puede hacer que no se recobre el ritmo de producción de la línea de montaje hasta el 12 de noviembre.
La administración de Estados Unidos, ha seguido de cerca la negociación y ha actuado de mediador entre ambas partes por ser "una parte crítica del sector aeroespacial de Estados Unidos", algo que no sucedió en las recientes negociaciones con los estibadores de la costa este. El presidente Joe Biden y la secretaria interina de Trabajo, Julie Su, que facilitó las negociaciones del contrato, felicitaron a los trabajadores y a la empresa por el resultado. "Hemos demostrado que la negociación colectiva funciona", aseguraba Joe Biden en una publicación de Reuters.
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Imagen | Boeing
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