"Haggis, pudding de carne, pastel de riñones: el futuro que aguarda a Reino Unido si hay Brexit sin acuerdo" o "La paradoja del Brexit: sus más firmes defensores pueden provocar que nunca se concrete" son ejemplos de titulares en relación a la posible salida de Reino Unido de la Unión Europea. Un tema que ha generado tantos y tan variados enunciados que hasta las máquinas se vuelven locas con el Brexit, así que si andas algo confundido con el tema no estás solo ni mucho menos.
Al hablar de máquinas lo hacemos en referencia a los bots de trading, programas creados para reconocer tendencias y ejecutar operaciones de manera automática, de modo que pueda tenerse un apoyo automático e ininterrumpido en los mercados de acciones, divisas y demás. Para ello revisan lo que se publica cada día y al parecer revisar lo relacionado con el Brexit les hace pasar un mal rato.
Cuando hasta un gesto influye en el mercado
Cuenta Reuters que invertir a favor o en contra de la libra esterlina está siendo más caro y arriesgado debido a que los sistemas automáticos de trading están teniendo su particular bache a la hora de "traducir" lo que dicen los titulares sobre la posible salida de Reino Unido. Un efecto provocado al haber cada vez más fuentes y portavoces a los que han de atender los algoritmos que están diseñados para analizar sus enunciados antes de realizar una acción bursátil.
La publicación matiza cómo ha crecido la intervención de los algoritmos en los últimos diez años, reportando que en torno al 70% del total de acciones de compraventa de valores en la plataforma de Electronic Broking Services (EBS) se realizaron con éstos. El Wall Street Journal también informaba en diciembre que hacia el 85% del trading de los equity markets está controlado por los ordenadores en la actualidad usando modelos complejos, por lo que esta confusión puede afectar en un grado bastante importante a las acciones que se realicen.
Unas máquinas que han ido sustituyendo además a los traders humanos, de modo que los costes son menores y las acciones más rápidas (a veces en millonésimas de segundo), según Reuters. Con el tiempo se las ha actualizado para que analicen los titulares de las noticias o los aluviones de tweets, pero el problema es que el asunto del Brexit está produciendo tantos que se les hace muy complicado procesarlos.
De hecho, acciones como un "pulgares arriba" pueden afectar al precio de las divisas, como ocurrió con el "okey" del ministro británico Dominic Raab tras una de las reuniones, lo cual desembocó en una subida de la libra esterlina. Algo que llegaba tras haberse experimentado una bajada provocada tras un tweet de Jeffrey Donaldson (del partido democrático unionista) en referencia a que no habría acuerdo de Brexit.
¿Qué se está haciendo para solucionarlo? Programar algoritmos para ofrecer una diferencia de precio más amplia entre el de compra y el de venta. Pero esto al mismo tiempo hace que se encarezcan las operaciones, de hecho cada vez hay menos operaciones de compraventa en relación a la libra esterlina a la espera de que se llegue a una solución.
La no infalibilidad de las máquinas y su "poco sentido del humor", de nuevo
Decía Marc Chandler, jefe de estrategias de mercados en el Bannockburn Global Forex, a Market Watch que las nuevas tecnologías habían ayudado a potenciar el uso de ordenadores e inteligencia artificial en la compraventa de acciones de bolsa y otros valores, pero a su vez remarcando que eso no significaba que éstos fuesen infalibles. Añadía además que la volatilidad (un concepto que ayuda a medir la incertidumbre de un mercado o lo violentas que pueden ser las fluctuaciones de ciertos títulos) de la libra esterlina se ha incrementado últimamente, coincidiendo con el dato que aportaba Reuters de una volatilidad más presente en los últimos dos años.
Y ojo, que precedentes de la confusión de los algoritmos de trading hay, no por temas sociopolíticos pero sí por cosas de uno de los empresarios más seguido en los últimos tiempos: Elon Musk. En 2015 su compañía de coches eléctricos anunciaba "un nuevo Tesla W", junto con la imagen de un reloj de muñeca en forma de miniatura del popular Big Ben como broma por el April's Fools, y numerosos algoritmos hicieron que se provocara una gran cantidad de órdenes de compra de acciones de Tesla.
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