Nadie se ha hecho millonario por invertir mal su dinero, por eso seguir las tendencias de inversión de ese 1% de la población mundial con patrimonios desorbitados nos puede poner en la pista de hacia dónde se está moviendo el capital.
Una de esas tendencias que está tomando protagonismo en la cartera de inversiones de los millonarios son las inversiones de impacto, un tipo de inversión que no solo busca un retorno del capital, sino que mata dos pájaros de un tiro aportando un beneficio real para la sociedad.
Inversiones, sí, pero con conciencia social. El término “inversiones de impacto” se atribuye a Antony Bugg-Levine, cofundador de The Global Impact Investing Network y hace referencia a las inversiones en compañías y fondos que no solo generan dinero, sino que tienen un impacto social o ambiental medible y positivo.
Es decir, son inversiones que podrían enmarcarse dentro del marco de capital de riesgo convencional, apostando por pequeñas startups o compañías que necesitan financiación para desarrollar sus proyectos, pero con requisito adicional: su producto debe revertir en algún tipo de beneficio real para la sociedad.
Filantropía 2.0: no son donaciones, son negocios. Las inversiones de impacto se han convertido en una tendencia al alza entre fondos inversionistas. Según Forbes, muchos multimillonarios han elegido esta modalidad de inversión para canalizar las inversiones a través de sus fundaciones filantrópicas que, de ese modo, se convierten en inversores de riesgo en proyectos de pequeño o mediano tamaño que no siempre encuentran inversión en los fondos convencionales.
Este es el modus operandi en el que, por ejemplo, opera la fundación de Bill y Melinda Gates, que desde 2009 ha invertido alrededor de 2.000 millones de dólares en 70 iniciativas. El retorno financiero obtenido con estas inversiones permite a la fundación seguir operando e invertir en proyectos como el desarrollado por M-KOPA, una startup de Nairobi que permite a personas con pocos recursos comprar sistemas de carga de teléfonos móviles e iluminación con energía solar.
Formación, sanidad y desarrollo. La fundación creada Mark Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan ya ha invertido unos 100 millones de dólares en más de una docena de inversiones de impacto en proyectos de formación, sanidad, desarrollo y empleo. Uno de estos proyectos en los que ha invertido la familia Zuckerberg es Andela, una startup con sede en Nueva York con resultados positivos en la formación de desarrolladores en países en vías de desarrollo y conectarlos con empresas.
El magnate de los ordenadores Michael Dell realiza sus inversiones con retorno social a través de la fundación que lleva su nombre, y en su caso apuesta por alimentar el tejido empresarial de la India, uno de los países emergentes con mayor potencial económico según datos de la consultora PWC.
Dell opta por invertir en Unitus Ventures, un acelerador para startups indias con proyectos en salud, educación, fintech y móviles.
Fundaciones de inversión que se autofinancian. Las donaciones millonarias son más o menos habituales entre los multimillonarios, pero estas no están exentas de cierta polémica sobre si los motivos son reales o un blanqueamiento de su imagen.
Al hacer la inversión a través de fundaciones que actúan como fondos de capital riesgo, el ánimo "benéfico" se diluye y no queda clara la cuantía que aporta cada donante a una determinada causa a título personal.
De hecho, estas fundaciones caminan por una delgada línea entre el apoyo a proyectos sociales y los beneficios económicos, que algunos estudios sitúan en valores similares a los de las inversiones convencionales. Estos beneficios vuelven a los balances de las fundaciones que incrementan su capital para invertir en más proyectos.
Inversiones de impacto en España. Según el informe La inversión de impacto en España en 2021 publicado por miembros del equipo docente y de investigación de Esade, las inversiones de este tipo en España no alcanzan las cifras astronómicas de las fundaciones privadas de los multimillonarios, y su origen se basa en fondos de inversión privada, Inversiones de banca ética y social y fundaciones.
Pese a que el porcentaje de ricos en España ha crecido un 4,4% los últimos años, los fondos de capital privado son los que más invierten en este tipo de proyectos, con una inversión media de 2.481.304 euros por ronda. Las fundaciones lo hacen por una cuantía de 395.286 euros y la banca ética con 84.868 euros.
El principal destino de estos fondos de inversión de origen español va a proyectos relacionados con el medio ambiente, en el sector primario y de carácter local o europeo, seguido muy de cerca por proyectos sociales relacionados con la educación y el empleo de jóvenes y personas en riesgo de exclusión.
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Imagen | Flickr (Oracle PR, Anthony Quintano, Steve Jurvetson)
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