Entre 2021 y 2023 un reloj de segunda mano podía costar hasta el triple que el mismo reloj nuevo
Tras el estallido de la burbuja del mercado de segunda mano, las marcas de lujo no consiguen mantener las cifras de venta para los modelos nuevos
En los últimos años, se ha hablado mucho de la burbuja inmobiliaria, de la burbuja de las criptomonedas e incluso ya hay voces que hablan de la burbuja de la inteligencia artificial. Sin embargo, como si un árbol en medio del bosque se tratara, la burbuja de los relojes de lujo ha explotado en silencio.
Observar el mercado de segunda mano de estos relojes ofrece una visión global sobre la situación actual de la industria de los relojes de lujo. El desplome de los precios de los relojes de lujo usados explica en buena parte las últimas caídas de ventas de las marcas de moda de lujo, y sugiere que la recuperación de las ventas de relojes más exclusivos del mercado podría tardar más de lo esperado.
El aleteo de una mariposa en el mercado de segunda mano
El efecto mariposa de la caída del mercado de segunda mano ya está afectando a los balances de resultados de las principales marcas de lujo, que no dejan de registrar pérdidas en las estimaciones de beneficios y caídas en la cotización de sus acciones.
En el último trimestre, las principales marcas de lujo registraron resultados a la baja en la venta de relojed nuevos. Richemont, que posee marcas como Cartier y Vacheron Constantin, experimentó una caída del 13% en las ventas de relojes.
LVMH de Bernard Arnault, por su parte, registró una caída del 4% en su división de relojes y joyería, algo que ha afectado directamente a la fortuna de su principal responsable, que ha perdido su condición de persona más rica del mundo, según Forbes. Hermès tampoco se ha librado de las pérdidas, y reportó una bajada del 4,9% en las ventas de sus relojes.
El mercado de relojes de lujo usados es particularmente activo, y las marcas tienen muy en cuenta el estado de ese mercado a la hora de diseñar sus estrategias.
El sector del lujo (no solo sucede con los relojes, también se da con los superdeportivos de lujo) utiliza este mercado secundario para mantener el delicado equilibrio, reduciendo la producción de los nuevos modelos para mantener la escasez en el mercado.
Ese ajustado equilibrio entre la oferta y la demanda les permite mantener la sensación de escasez para mantener los precios altos. Tal es la importancia de este mercado de segunda mano, que incluso tiene su propio índice de mercado.
La ley de la oferta y la demanda
Este alto valor convirtió a los relojes de lujo en una codiciada inversión tras la pandemia, impulsada principalmente por inversores en criptodivisas que veían como sus carteras se llenaban al calor de constantes pelotazos en el precio del bitcoin y otras criptomonedas.
Tal y como apuntaba The Wall Street Journal, el auge de los criptomillonarios coincidió con la escalada de precios en la demanda de relojes de lujo. Como las marcas de lujo tenían muy limitada su producción de relojes nuevos, el mercado de segunda mano se disparó.
Con las limitaciones de movilidad, los millonarios se concentraron en gastar ingentes cantidades de dinero en bienes que podían disfrutar de forma directa, dejando de lado a otros sectores del lujo como el de los viajes o los coches de alta gama. Además, al igual que sucede con el arte, los relojes de lujo se percibían como una inversión, por lo que era la elección más lógica en aquel escenario.
A finales de 2022, modelos codiciados como el Rolex Daytona se vendía en tienda por unos 14.500 dólares, e inmediatamente podían venderse en el mercado de segunda mano por tres veces su precio original. Esa sobrevaloración debida a la alta demanda se ha reducido significativamente, lo que ha diluido su interés como inversión a corto plazo.
En cuanto comenzaron a levantarse las restricciones, la demanda de estos productos de lujo, tanto los nuevos como los de segunda mano, cayó en barrena. Los fabricantes de superdeportivos y los yates están haciendo ahora su “agosto”. El volumen de negocio del sector de los yates de lujo tiene una previsión de crecimiento del 10,81% hasta 2029, mientras que el mercado global de coches superdeportivos lo hace a un ritmo anual del 3,72%.
Ahora, el exceso de oferta en el mercado de segunda mano está condicionando las ventas de relojes nuevos y su precio. Los relojes que antes se vendían en cuestión de días, ahora tardan meses e incluso años. Un vistazo al mercado de segunda mano basta para ver cómo los Rolex, que tardaban menos de tres semanas en venderse en 2021, ahora pueden quedarse en permanecer más de tres meses. Modelos aún más exclusivos, como los de Patek Philippe, tardan hasta medio año en venderse.
La fidelidad de los apasionados al lujo
La buena noticia del final de esta burbuja es que los coleccionistas serios, aquellos que realmente apreciaban las piezas y no solo su valor, ya no tienen que competir con los especuladores para obtener modelos raros.
No podemos decir lo mismo de los fabricantes que, si bien es cierto que durante todo este tiempo se han asegurado una lista de espera para sus productos, estas se van acortando a pasos agigantados.
Marcas con una larga tradición relojera en el sector del lujo, como Patek Philippe, pueden mantener sus ventas durante algún tiempo con su reserva de pedidos. Peor suerte está teniendo las marcas de lujo más “generalistas”, como TAG Heuer o Hublot, que pertenecen al conglomerado de LVMH, podrían tenerlo más complicado. Su clientela está más relacionada con el mundo de la moda (exclusiva, pero moda al fin y al cabo) por lo que sus clientes no perciben sus relojes de la misma forma que los de Rolex o Audemars Piguet.
Imagen | Audemars Piguet
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