DAZN lleva años tratando de convertirse en algo así como el Netflix de los deportes, y tras hacerse con los derechos de emisión en España para la F1, MotoGP y hasta LaLiga, apostó también por quedarse la liga femenina de fútbol profesional en exclusiva durante cinco temporadas.
Unos meses después de aquel anuncio, DAZN ha traducido esa apuesta en una variante específica de su oferta, el plan DAZN Victoria, que incluye todos los partidos de la Finetwork Liga F y la UEFA Women's Champions League por 9,99 euros al mes. Se queda fuera la Copa de la Reina, pero es otro paso hacia la profesionalización de un fútbol que lleva años en auge en España.
De compaginarlo con otro empleo al Balón de Oro made in Spain
El fútbol femenino ha crecido notablemente en los últimos años, pero partiendo de una base en la que ni siquiera estaba profesionalizada. Las compras de derechos de retransmisión televisiva dejan hacerse una idea de las enormes diferencias que sigue habiendo entre las ligas masculina y femenina en España. Si bien hasta no hace tanto ni siquiera se retransmitía el fútbol femenino
DAZN pagó 35 millones de euros por cinco temporadas de la Finetwork Liga F. Eso son 1.200 partidos. A algo más de 29.000 euros por partido. Telefónica y DAZN abonaron 4.950 millones por las mismas cinco temporadas de LaLiga Santander. Es decir, 1.900 partidos. A 2,6 millones de euros por partido. Cada partido de la liga masculina vale 89 veces más que uno de la liga femenina.
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Sin embargo, la evolución es notablemente alcista para el femenino a todos los niveles. En 2013 había 40.000 licencias federativas para el fútbol femenino en España, por 856.000 del fútbol masculino. Para 2020, el número de femeninas casi se había duplicado hasta las 77.000. Las masculinas llegaron a superar el millón.
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Esto significa que si en 2015 había una licencia femenina por cada 22 masculinas, para 2020 la distancia se había recortado a una por cada 13. Las distancias siguen siendo enormes como para pensar en que se vayan a igualar las cifras, pero sí se aprecia un enorme salto, especialmente a partir de 2017.
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¿Qué ha pasado en estos años como para que se haya producido ese salto? David Menayo es periodista de Marca especializado en fútbol femenino, además de haber escrito el libro 'El fútbol femenino en veinte toques'. Según él, varios hitos han marcado este recorrido. "Parto de que España es un país resultadista, por lo que es indispensable hablar de la Champions League conquistada por el Barcelona, los dos Balones de Oro conseguidos por Alexia Putellas o el progreso de la selección española, que ha pasado de aparecer en grandes torneos a ser candidata a conquistarlos (siendo esto posible)".
También menciona la profesionalización que ha aumentado tanto las responsabilidades como las exigencias, y una ola feminista que también ha contribuido a estas cifras.
Esa profesionalización es la que ha permitido el mayor salto, sobre todo a nivel de los clubes de élite. Hasta hace poco era muy habitual que jugadores de Primera División tuvieran un salario simbólico que les obligaba a compaginar su actividad deportiva con un empleo, algo que resta tiempo y energías para dedicarse plenamente al fútbol, algo que repercute en su calidad... y acentúa diferencias frente a clubes o federaciones donde este salto aún no ha ocurrido.
El CSD declaró la profesionalización de la Primera División femenina hace un año y medio, cuando las diferencias entre las condiciones de jugadores de distintos clubes de la misma liga eran abismales.
El Barça es el gran líder de esta etapa. Ha ganado las últimas tres ligas. La última, con pleno de victorias, 159 goles a favor y 11 en contra. La apuesta que empezó a hacer hace años por el fútbol femenino se ha traducido en una diferencia abismal con el resto de clubes y un papel por primera vez relevante en la Champions League.
Aunque todavía no hayan llegado a ese nivel, otros equipos también van dejando notar su apuesta. El Real Madrid fue uno de los últimos clubes de Primera en desembarcar, pero acabó la pasada liga en tercera posición, mejorando mucho respecto a principios de temporada. Real Sociedad, Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid, Levante o Granadilla Tenerife son otros de los clubes que habitualmente ocupan la zona noble de la tabla cada final de temporada.
En esa lista no figuran ya algunos equipos que fueron importantes en etapas anteriores del fútbol femenino, pero han perdido mucha relevancia. Caso, por dar ejemplos, del Rayo Vallecano o el Espanyol. Entre ambos suman cuatro títulos de liga. Ninguno de los dos está actualmente en Primera División.
Esa evolución también explica cómo la división de oro del fútbol femenino ha pasado en pocas décadas de albergar a clubes de barrio, de ciudades pequeñas y medianas o de grandes capitales pero al margen de los clubes masculinos de élite, a ser un espejo cada vez más fiel de la competición profesional masculina. En esta tabla podemos ver los nueve clubes que encabezaron la competición en distintas temporadas.
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Esta tendencia ha dejado otros momentos que han pasado de anécdotas alegres a sucesos recurrentes: el de los clubes femeninos llenando estadios de Primera División, con asistencias de hasta 91.000 espectadores. Algo impensable unos años atrás, cuando la asistencia no acostumbraba a ir más allá de familiares y amigos, según algunas jugadoras han reconocido en más de una ocasión. Estas asistencias en liga española, Mundiales y Eurocopas han empezado a ser costumbre. No mayoría en cualquier tipo de partido, pero sí algo habitual.
Este progreso es una pescadilla que se muerde la cola, o un círculo virtuoso: la mayor atención que recibe el fútbol femenino atrae a nuevos patrocinadores, quienes a su vez, con sus inversiones, logran mejorar las condiciones de las futbolistas, lo cual a su vez continúa aumentando el interés por la competición.
Uno de los patrocinadores más destacados en esta última temporada es Finetwork, quien tras patrocinar a la RFEF como parte de su estrategia de marketing también dio nombre a la competición, reemplazando a Iberdrola, quien según algunas fuentes consultadas dejaron de hacerlo por el aumento de caché de la competición, pese a que estaban satisfechos con el retorno.
¿Qué le espera para dentro de cinco años, cuando ya habrá expirado el contrato actual de DAZN para las retransmisiones? Según Menayo, la consolidación. "Posiblemente estemos hablando del periodo que hay para construir una estructura sólida que demuestre que estamos ante un producto/negocio a explotar y no un castillo de naipes sustentado con lo justo", cuenta el periodista.
"Tanto instituciones como clubes así lo conciben y en su mano está desarrollar un proyecto que no sólo tenga continuidad cuando acabe el contrato firmado con DAZN sino que esté revalorizado de cara al siguiente ciclo". Es decir, salvo las distancias económicas, que ocurra lo mismo que ha ocurrido con los derechos de LaLiga, revalorizados en cada una de las últimas pujas.
Imagen destacada: Óscar J Barroso / Shutterstock.
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