Sundar Pichai, el director general de Alphabet, ha cobrado en 2022 nada menos que 800 veces el salario medio de los empleados de la compañía que lidera. Los 226 millones de dólares que ha percibido recogen tanto su sueldo como los bonus vinculados al anterior ejercicio de la matriz a la que pertenece Google. Esta cifra intimida a cualquier persona que no esté familiarizada con los salarios que cobran los ejecutivos de las grandes empresas de tecnología, pero en la coyuntura actual resulta aún más impactante.
Y es que a finales del pasado mes de enero el mismo Sundar Pichai anunció en el blog oficial de Google que su compañía se verá obligada a despedir a unas 12.000 personas de sus filiales desperdigadas por todo el planeta. Esta cifra representa una reducción de su plantilla global del 6%. En su declaración este ejecutivo aseguró que Alphabet y Google tienen que adaptarse a una realidad económica, la actual, que es mucho menos optimista que la coyuntura económica que propició un importante crecimiento de las tecnológicas durante la pandemia.
Muchas de estas empresas han descubierto, y al parecer lo han hecho demasiado tarde para tener margen de maniobra y reaccionar de otra manera, que aquel éxito fue solo un espejismo. Alphabet no es en absoluto la única que está despidiendo a una parte importante de su plantilla; Meta, Amazon, Twitter o Tesla son algunas de las grandes compañías que también se están desprendiendo de una parte de su capital humano. Solo en Estados Unidos durante los últimos meses han perdido su trabajo unos 120.000 profesionales de la tecnología.
Buena parte de los ingresos de Pichai procede de incentivos en forma de acciones
El informe que cuantifica el dinero que ha percibido el director general de Alphabet en el último año refleja un dato importante: 218 millones de dólares de la cantidad total que ha cobrado proceden de los incentivos que ha recibido en forma de acciones por haber alcanzado los objetivos que previamente había acordado con los accionistas de la compañía. Estos incentivos tienen un carácter trienal, por lo que a priori Pichai no volverá a tener ingresos por este concepto hasta 2025.
Su salario anual es de unos 2 millones de dólares, por lo que los 6 millones que faltan hasta completar los 226 millones que ha cobrado proceden de otras retribuciones que no tienen necesariamente que adquirir la forma de dinero en metálico. Estas cifras contrastan con el rendimiento económico de Alphabet durante el último periodo. En el cuarto trimestre de 2022 sus ingresos estuvieron por debajo de sus previsiones como consecuencia de la desaceleración económica global, aunque esta tendencia no le ha impedido cerrar el ejercicio anual con unos ingresos de más de 282.000 millones de dólares, por lo que ha ingresado aproximadamente 25.000 millones más que en 2021.
Aun así, la ola de despidos masiva que está sacudiendo toda la industria refleja que las empresas de tecnología tienen un problema estructural derivado del sobredimensionamiento por el que han apostado durante los años de bonanza. Alphabet, además, encara un futuro inminente en el que algunos de sus competidores, como OpenAI o Microsoft, están alcanzando grandes éxitos en el ámbito de la inteligencia artificial.
Pichai está convencido de que su compañía tiene delante una gran oportunidad en este ámbito. Y sí, no cabe duda de que la tiene. Pero también encara un gran desafío si aspira a competir con una alta probabilidad de tener éxito. Además, no puede eludir la necesidad imperiosa de no dejar escapar un tren al que otras empresas se han subido si no antes, sí con más ímpetu.
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