En China tienen plantas de circuitos integrados muchas empresas extranjeras, como Samsung, TSMC, Intel o UMC
La industria de los chips tiene un impacto profundo tanto en la economía china como en el desarrollo tecnológico del país
La presión a la que EEUU y sus aliados están sometiendo a los fabricantes de semiconductores chinos está teniendo una consecuencia relativamente previsible: algunos de ellos empiezan a irse de China con el propósito de instalarse en un país en el que puedan desarrollar su negocio con libertad. No obstante, esta estrategia no está siendo adoptada solo por las compañías chinas. En el país liderado por Xi Jinping tienen plantas de producción de circuitos integrados muchas empresas extranjeras, como Samsung, TSMC, Intel o UMC, y algunas de ellas ya preparan su salida de China.
Para este gigantesco país asiático esta posible huida a gran escala es una mala noticia. La industria de los semiconductores tiene un impacto profundo tanto en la economía china como en el desarrollo tecnológico del país, por lo que la salida de algunos fabricantes de chips representa una evidente pérdida de valor. EEUU, Corea del Sur, Taiwán o Japón sufrirían de la misma forma si una determinada coyuntura desencadenase un éxodo similar al que comienza a fraguarse en China. Al fin y al cabo para estos y otros países desarrollados la industria de los circuitos integrados tiene un valor estratégico.
Próximo destino: Vietnam
Hana Micron, una compañía surcoreana que está especializada en el ensamblaje, la verificación y el empaquetado de circuitos integrados está trasladando sus instalaciones de China a Vietnam. Según Reuters planea invertir 923,5 millones de dólares durante los próximos años para afianzar su estructura en este país del sudeste asiático. Además, las estadounidenses Amkor Technology e Intel también han invertido ya miles de millones de dólares en Vietnam con el propósito de consolidar en este país su infraestructura de fabricación y empaquetado de chips.
Lo que no está claro ahora mismo es cuáles son los fabricantes chinos que planean su salida de China, tal y como aseguran en Tom's Hardware, pero con toda probabilidad podremos confirmar esta información durante las próximas semanas. Sea como sea lo interesante es averiguar qué tiene Vietnam que lo hace un país tan atractivo para la industria de los circuitos integrados. Y lo más importante es que su Gobierno está creando el clima propicio para facilitar la llegada de empresas extranjeras.
De hecho, la Administración vietnamita se ha fijado un objetivo muy ambicioso: aspira a ingresar 100.000 millones de dólares gracias a su industria de los chips, y más de 1.000 millones a través del sector de la electrónica. Todo ello en 2050. En apenas dos décadas y media. Puede parecer mucho tiempo, pero no lo es. Es un suspiro cuando se trata de reconstruir completamente un sector que debe afianzarse como el centro de la economía de un país.
La industria de los circuitos integrados no le es completamente ajena a Vietnam. Actualmente Intel, Samsung, Amkor, Texas Instruments, Qualcomm o Infineon son algunas de las compañías que están presentes en este país. Aun así, Pham Minh, el primer ministro de Vietnam, ha elaborado un plan muy detallado que persigue desarrollar la capacidad de diseñar chips especializados, fomentar el crecimiento del sector de la electrónica, formar a trabajadores cualificados y atraer inversión extranjera. No obstante, esto no es todo. En 2050 este país aspira a tener listas seis fábricas de semiconductores y veinte plantas de empaquetado y test.
Para alcanzar todos estos objetivos Minh ha dividido su estrategia en tres fases diferentes. La primera de ellas acaba de arrancar y persigue atraer inversión extranjera directa para hacer posible la creación de al menos 100 empresas de diseño de chips, una fábrica de semiconductores y diez plantas de empaquetado y test. La segunda fase arrancará en 2030 y propone formar a más de 100.000 ingenieros especializados en semiconductores, establecer al menos 200 compañías de diseño de chips, construir dos fábricas más y poner a punto quince plantas de empaquetado y test.
La tercera y última fase comenzará en 2040 y perseguirá establecer al menos 300 empresas de diseño de circuitos integrados, tres plantas de fabricación de semiconductores y 20 instalaciones de empaquetado y prueba. Si todo sale como el Gobierno de Vietnam ha previsto en 2050 este país tendrá más de 600 empresas de diseño de chips, así como las seis fábricas de semiconductores y las veinte plantas de empaquetado de las que hemos hablado unas líneas más arriba. Desde luego ambición no le falta.
Imagen | TSMC
Más información | Tom's Hardware
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