La fe del mercado en NVIDIA, explicada en un solo número: necesitaría 66 años para justificar su precio

NVIDIA vale más del doble que Google por cada dólar que gana. Hablemos del precio que estamos dispuestos a pagar por el futuro de la IA

NVIDIA superó hace unos días a Apple como la empresa más valiosa del mundo. No fue la primera vez, y nuevamente ha sido algo efímero, pero es un recordatorio del estado de forma de NVIDIA en el mercado.

Y deja un dato revelador: el alto PER de NVIDIA, casi al nivel de Tesla y muy por encima del resto de grandes tecnológicas, otorga a la empresa un nivel de expectativas bursátiles disparado.

Por qué es importante. El PER (price to earnings ratio o proporción precio-beneficio) es la métrica más usada para saber si una acción está cara o barata. Se calcula dividiendo el precio de la acción entre el beneficio por acción.

Dicho de otro modo: cuántos años necesitaríamos para recuperar nuestra inversión si los beneficios se mantuvieran constantes.

En contexto:

  • Un PER considerado "normal" en el mercado general está entre 15 y 20.
  • El sector tecnológico suele moverse en rangos superiores, de entre 20 y 35, ya que tiene mayor potencial de crecimiento.
  • Cualquier cosa por encima de 40 sugiere o bien unas expectativas extraordinarias de crecimiento... o una posible burbuja.

En cifras:

Los PER de las principales tecnológicas nos cuentan su propia historia. Este es el PER de las tecnológicas con mayor capitalización bursátil a día de hoy:

Entre líneas. Estos números hablan de la división. Las tecnológicas "tradicionales", incluso si lideran la carrera de la IA, como Google o Meta, mantienen proporciones relativamente conservadoras.

En cambio, las que despuntan en IA o transporte (con toques de IA), como NVIDIA o Tesla respectivamente, cotizan a múltiplos que sugieren una fe casi religiosa en su potencial. El mercado no paga el presente, sino la expectativa futura.

Profundiza. Un PER alto no significa necesariamente que una empresa esté sobrevalorada. Amazon tuvo un PER superior a 100 y mucho más durante años mientras reinvertía todos sus beneficios en crecer. El tiempo le dio la razón.

La clave está en si la empresa puede mantener un crecimiento que justifique esas expectativas. Y ahí el tiempo dará o quitará razones a todos.

El punto de inflexión. Si estamos en el inicio de la revolución de la IA, NVIDIA está en su epicentro. Sus chips son el pico y la pala de esta fiebre del oro, y la demanda es tan alta que agota su stock meses antes de empezar a despacharlo.

¿Justifica esto pagar casi tres veces más por sus beneficios que por los de Google?

La gran pregunta. La historia bursátil está llena de casos en los que las expectativas acabaron superando a la realidad. Por ejemplo, en el año 2000, en plena burbuja puntocom, Cisco llegó a ser la empresa más valiosa del mundo. Tenía un PER superior a 100.

Casi un cuarto de siglo después, su acción aún cotiza un 28% por debajo de aquellos máximos. Su PER hoy es de casi 22.

En resumen. El potencial de la IA es real, también para los inversores, y hasta es cuantificable gracias al PER, pero solo el tiempo dirá si ellos están comprando el futuro... o más bien una ilusión cara.

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