Fin a las visas doradas: España sigue el ejemplo de Portugal e Irlanda para combatir la crisis de la vivienda

Barcelona
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El Foro Económico Mundial publicó en junio de 2022 un informe en el que señalaba que la crisis de la vivienda global actual podría afectar a casi dos mil millones de personas en 2025. Por ello, países de todo el mundo están tomando medidas para atajar este problema, el cual está agravado por elementos como la inflación o la subida de los tipos de interés.

Adiós al visado dorado. Uno de esos países que se ha puesto manos a la obra es España. En este sentido, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones estudia limitar las visas de oro, los permisos de residencia que se obtienen a cambio de grandes inversiones económicas. El objetivo es endurecer el mecanismo por el cual se otorgan permisos de residencia a los extranjeros que compran una vivienda por 500.000 euros.

Con la crisis empezó todo. Este sistema fue creado por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy en 2013 a través de la ley de emprendedores. En aquel momento, España sufría las consecuencias de la Gran Recesión de 2008 y el estallido de la burbuja inmobiliaria, lo cual había provocado la salida masiva de capital extranjero así como un importante debilitamiento del sector inmobiliario. La idea del ejecutivo fue, precisamente, revitalizar dicho sector estimulando las inversiones extranjeras mediante las visas doradas.

Atracción del capital extranjero. Desde 2013 se han concedido más de 35.400 visados de oro, según informó Europa Press a finales de 2020. Además, el El País ha señalado recientemente, citando fuentes oficiales, que el 94% de los permisos otorgados bajo el paraguas de la ley de emprendedores de Rajoy fueron concedidos por la compra de viviendas.

Método para lavar dinero. Sin embargo, en marzo de 2022, la Comisión Europea pidió a sus socios revocar de forma inmediata cualquier “esquema de ciudadanía por inversión” y garantizar fuertes controles para abordar los “riesgos” generados por estos sistemas. Entre estos riesgos están la infiltración de grupos criminales extracomunitarios, el lavado de dinero, la evasión fiscal  y la corrupción, tal y como señaló un estudio elaborado por la propia Comisión en 2019.

La guerra mete prisa. La Comisión explicó, además, que estos visados dorados podían ser utilizados actualmente por individuos rusos o bielorrusos sancionados para obtener la ciudadanía europea. Por ello, estos mecanismos eran incompatibles “con el principio de cooperación sincera” de la UE, e instaba a los países miembros a rechazar la renovación de estas visas de oro a ciudadanos rusos o bielorrusos sujetos a sanciones por la guerra de Ucrania.

Dublín y Lisboa hacen los deberes. Siguiendo las explicaciones del organismo presidido por Ursula von der Leyen, Irlanda y Portugal anunciaron el pasado mes de febrero la cancelación de las visas de oro para ciudadanos extranjeros. En el caso irlandés, la cuantía mínima para la compra de vivienda era de dos millones de euros, mientras que en el caso portugués el importe era similar al español: 500.000 euros.

Las visas doradas aumentan los precios. Precisamente en Irlanda y Portugal, la crisis de la vivienda global, término utilizado por el Foro Económico Mundial, está más agravada. Esto se debe a numerosos factores, incluidas las visas doradas, las cuales provocan un aumento de los precios de la vivienda y fomentan la especulación inmobiliaria, tal y como señaló el primer ministro portugués António Costa el pasado mes de febrero.

En Irlanda faltan casas. Aquí conviene echar un vistazo a los datos de los dos países que ya han prohibido este visado dorado. En un artículo publicado por Financial Times el pasado mes de marzo, Leo Varadkar, primer ministro irlandés, aseguró que en Irlanda faltaban 250.000 viviendas para cumplir con las necesidades actuales de la población. En este sentido, a principios de este año, Irlanda registró 11.754 personas sin hogar, la cifra más alta desde que  se comenzó a contabilizar en 2014. Casi un tercio de esas personas son niños.

El grave problema luso. Por su parte, en Portugal se produjo en 2022 un aumento del precio de la vivienda del 18,7%, la cifra más alta de las últimas tres décadas según datos del índice de Precios Residenciales de Confidencial Inmobiliario citados por el diario Expresso. La situación en el país vecino es especialmente compleja para la gente con menos recursos: en Arroios, barrio lisboeta, hay propietarios que aprovechan la situación para alquilar camas, hacinando de esta forma a decenas de personas en un mismo cuarto.

Europa alerta a España. En lo que respecta a nuestro país, el Consejo de Europa ha comunicado recientemente que España sufre “una crisis de la vivienda larga y estructural de graves proporciones”, según ha informado  RTVE. Con el objetivo de resolverla, el Gobierno continúa negociando con Más País, impulsor de la prohibición de las visas de oro, la eliminación de este mecanismo que, según afirmó su portavoz Íñigo Errejón, constituye un “negocio turbio” que acaba aumentando el precio de las viviendas.

Otra opción barajada por el Ejecutivo sería elevar el importe de la compra de vivienda, situado actualmente en los 500.000 euros. No obstante, la situación en Irlanda, cuyo montante era de dos millones de euros, hace pensar que, quizás, esa medida pueda no ser suficiente.

Imagen: Ansar Naib / Unsplash

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