La Gran Renuncia está creciendo tanto en España que ya preocupa al Gobierno: así pretende frenarla

En España el número de dimisiones voluntarias es aún demasiado bajo como para hablar de una la Gran Renuncia como la que viven países como Estados Unidos o Italia, como ya contamos en Xataka. Sin embargo, la tendencia va a más y la mejor prueba de ello es que hay tal inquietud en el sector empresarial que el Gobierno de España ya está estudiando cómo abordar la situación.

Así lo ha asegurado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en un desayuno informativo organizado por Europa Press. La también vicepresidenta segunda del Gobierno ha asegurado que en las próximas semanas va a convocar a los agentes sociales para abordar la Gran Renuncia, porque existe cierta inquietud entre las empresas al respecto, en especial en lo que concierne a las vacantes tecnológicas que no están consiguiendo cubrir.

Preocupación creciente. La ministra ha señalado que, pese a que el fenómeno no está teniendo, por el momento, el impacto que en otros países, es un tema que les preocupa y consideran necesario abordar antes de que vaya a más. “España necesita 109.000 trabajadores. Parte de estas vacantes son del sector de la hostelería, pero hay otras que tienen que ver con necesidades de personal altamente cualificado vinculado a la transformación tecnológica y digital”, ha dicho.

La Gran Renuncia estadounidense. El fenómeno de la Gran Renuncia comenzó a darse a principios de 2021 en Estados Unidos, y consiste en el abandono masivo y voluntario de miles de puestos de trabajo fijos por parte de personas que deciden buscar mejores oportunidades sin que un despido las fuerce a ello. Una parte de ellas, además, ni siquiera se va cuando ya tiene atado otro empleo.

Desde 2021 hasta ahora, las cifras de dimisiones en Estados Unidos son apabullantes: cerca de 50 millones de trabajadores han renunciado a su trabajo. Y el fenómeno se ha replicado en otros países, como Italia, donde el diario La Repubblica informa de que 1,3 millones de empleados abandonaron voluntariamente sus empleos en los nueve primeros meses del pasado año.

Cifras modestas en España. Unas cifras que contrastan con las de nuestro país, donde los números de dimisiones en 2021 fueron mucho más discretos: algo más de 30.000 bajas voluntarias durante el año pasado, según las estadísticas de afiliación de la Seguridad Social. Sin embargo, varios elementos invitan a pensar que una Gran Renuncia española se está cocinando a fuego lento, el último de ellos el reciente anuncio de la ministra de Trabajo, pero hay más.

En primer lugar, los mismos datos de la Seguridad Social desglosados por meses evidencian una tendencia al alza: entre enero y marzo hubo unas 2.000 dimisiones de media al mes, una cifra que aumentó a los 2.600 de media entre abril y junio, volvió a disminuir en los meses de verano y se situó en 3.000 de media de septiembre a diciembre de 2021.

Por otro lado, la Guía Hays del Mercado Laboral 2022, un informe realizado por la empresa de recursos humanos Hays sobre las tendencias de trabajo para este año, señala que el 77% de los españoles encuestados asegura que cambiaría de empleo si pudiera, y el 68% de ellos confiesa que está buscando otro trabajo de forma activa. El principal motivo que arguyen es encontrar un salario mejor.

Las empresas quieren contratar más. En este clima de optimismo laboral también participan las empresas. Según la Guía Hays, el 71% de las compañías españolas encuestadas planea contratar a más empleados este 2022, y el 67% de ellas considera que su negocio aumentará durante el año que acaba de comenzar. Los perfiles que más se van a buscar son comerciales, ingenieros e informáticos.

Importantes barreras. A pesar de todo esto, la Gran Renuncia se encuentra con dos importantes barreras en nuestro país: los bajos salarios y las leyes laborales de España. Nuestros cortos sueldos, aún más cortos con la inflación, hacen que encontrar una propuesta económica mejor a la que ya se tiene sea complicado, o tan insignificante que no merezca la pena cambiar.

Por otra parte, la acumulación de antigüedad, que permite al empleado español cobrar 33 días por año trabajado en caso de despido improcedente, hace que los españoles se lo piensen dos veces antes de renunciar, ya que en el caso de marcharse voluntariamente de la empresa pierden el derecho a esa compensación.

En el sector TIC ya ha comenzado. Estas barreras de salida, sin embargo, no estarían siendo un impedimento en el sector tecnológico de nuestro país, donde ya se está produciendo una importante lucha por el talento y los profesionales están más dispuestos que nunca a cambiar de aires, dada la proliferación de buenas ofertas como consecuencia de la escasez de talento, según han asegurado diferentes expertos en recursos humanos consultados por Xataka.

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