Incentivar la vuelta a la oficina no está siendo una tarea sencilla para las empresas, que se enfrentan al rechazo de sus empleados y a oleadas de renuncias ante la falta de flexibilidad a la hora de valorar cada puesto de forma independiente para aplicar el modelo que mejor se adapte a sus necesidades.
Grindr, la app de citas LGTBI+, ha tomado la firme decisión de volver a la oficina unos días a la semana. La reacción de su plantilla no se ha hecho esperar: el 45% de sus empleados han abandonado la empresa antes de que la medida se ponga en marcha.
El ultimátum de Grindr. Tal y como están haciendo muchas empresas en los últimos meses, Grindr decidió que ya hora de que sus empleados, que hasta ahora estaban trabajando totalmente en remoto. Los empleados se adelantaron al movimiento de la compañía y en julio se sindicaron bajo el paraguas de la CWA (Communications Workers of America).
Una semana después, la empresa notificó oficialmente la obligación de los empleados de asistir al menos 2 días a la semana a cualquiera de las oficinas de Los Ángeles, Chicago o San Francisco. La vuelta a la oficina se comunicó de una forma abrupta, ya que debía completarse antes del 31 de agosto. Solo dos semanas de plazo.
La reacción de los empleados. Ante el ultimátum de la empresa, y la obligación de mudarse de ciudad de muchos empleados para cumplir con el mandato, muchos han optado por renunciar a su puesto y buscar otros empleos dejando a la empresa con un inesperado déficit de personal. Los datos publicados en Wired estiman que el 70% por ciento del equipo de ingeniería, el 80% del departamento de producto y el 85% del equipo de diseño de producto ya no forman parte de la compañía. Son 80 de los 178 empleados de la app de citas.
El sindicato CWA ya ha presentado dos denuncias ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales de EE. UU. contra Grindr por renunciar a la negociación de las condiciones laborales con los empleados y afirma que la agresiva política de vuelta a la oficina es una represalia por la sindicalización de parte de la plantilla.
La seguridad y la privacidad de la app en entredicho. La renuncia en bloque en departamentos estratégicos para el desarrollo y la seguridad de la app han hecho que salten todas las alarmas entre los especialistas preocupados por la privacidad y la seguridad de los usuarios ante la incapacidad operativa de reacción ante una amenaza.
“Estas decisiones han dejado a Grindr con una peligrosa falta de personal y plantean dudas sobre la seguridad y la estabilidad de la aplicación para los usuarios”, afirmaba Erick Cortez, miembro de la organización sindical en un comunicado al que ha tenido acceso Bloomberg.
Un movimiento encubierto. Durante una conferencia de inversores, George Arison, principal responsable de Grindr, afirmaba que la compañía espera más bajas por esta política de vuelta a la oficina. “El equipo será más pequeño de lo que éramos antes y de lo que queremos ser. Así que eso obviamente repercutirá en el margen de forma positiva en el corto plazo. Pero también demuestra que en este negocio se puede tener un gran apalancamiento, porque no se necesita un equipo tan grande para hacer las cosas”.
Empleados y analistas se muestran sorprendidos ante la agresividad con la que la empresa está afrontando la vuelta a la oficina. Sospechan que se trata de una maniobra de acoso para obligar a renunciar a un gran número de empleados y poner en marcha una estrategia de reducción de plantilla para conseguir mayores márgenes de beneficios. Un movimiento similar al que Elon Musk llevó a cabo en Twitter con el despido de más del 83% de su plantilla.
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Imagen | Pexels (Anete Lusina, fauxels)
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