Las principales potencias mundiales están compitiendo por liderar el desarrollo de la inteligencia artificial. Estamos hablando de una disciplina que está teniendo un impacto notable en una amplia variedad de industrias y se perfila como un elemento clave de la economía que viene.
Este escenario se da en medio de cierto clima de tensión entre Estados Unidos y China, países que llevan años involucrados en una guerra comercial. Ciertamente, el auge de la IA no ha quedado fuera de esta historia y Washington ha intentado golpear a su rival con duras sanciones.
Controles de exportación y su impacto en China
Cuando se trata de mejorar en el campo de la IA, las GPU de NVIDIA tienen un papel protagónico. El fabricante estadounidense suministra ciertas piezas de hardware altamente demandadas por las grandes compañías tecnológicas para entrenar y hacer funcionar sistemas como ChatGPT.
La administración de Joe Biden ha encontrado en esta realidad una vía para asestar un duro golpe a su rival asiático: prohibir que las GPU para IA más avanzadas de NVIDIA puedan seguir comercializándose en China, lo que está complicando los planes de las corporaciones radicadas en este país.
Al igual que ha ocurrido antes, China ha recurrido a métodos paralelos para seguir obteniendo parte del hardware prohibido por Estados Unidos, principalmente para fines de defensa. Sin embargo, en el mundo empresarial las cosas parecen estar un poco más complicadas.
Los controles de exportación del Departamento de Comercio de Estados Unidos impiden que NVIDIA pueda vender las GPU A100, H100, e incluso las GPU A800 y H800, dos versiones alternativas que el fabricante estadounidense había desarrollado para eludir las sanciones.
A todo esto, algunas compañías chinas no han tenido mejor idea que empezar a utilizar tarjetas gráficas domésticas en centros de datos para IA. Es decir, llevar hardware que fue diseñado para ejecutar videojuegos de última generación en sistemas empresariales de alto rendimiento.
El problema aquí, precisamente, es que la configuración con las que estas gráficas llegan al mercado es diferente a las que se instalan en los servidores. Para que puedan funcionar en este nuevo tipo de infraestructura, ciertas firmas están destripando las gráficas para reutilizar sus chips.
Según recoge Financial Times, se están beneficiando de esta inusual práctica algunas empresas públicas y laboratorios de inteligencia artificial que no alcanzaron a acumular demasiadas gráficas antes de que entraran en vigor los últimos controles de exportación impulsados por Estados Unidos.
Una de las gráficas más utilizada para los mencionados fines es la GeForce RTX 4090, la propuesta más ambiciosa de NVIDIA. Se trata de un producto que hasta hace poco podía comprarse en China, pero que ahora también ha sido prohibido, aunque NVIDIA ha lanzado una alternativa menos potente, la RTX 4090 D.
Imágenes: NVIDIA | B Mat an gelo
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