Europa ha superado un escollo importante para armonizar la fiscalidad de sus países miembro frente a las grandes tecnológicas: a última hora de este jueves, Irlanda ha aceptado unirse al acuerdo internacional que tiene como objetivo establecer un impuesto global del 15% sobre los beneficios de las multinacionales que facturen más de 750 millones de euros anuales, según ha informado el Departamento de Finanzas del Gobierno irlandés en un comunicado.
Hasta ahora, Irlanda grava la actividad de estas grandes empresas con un 12,5% sobre sus beneficios anuales, lo que la convertía en uno de los países con los impuestos más bajos del mundo y ha contribuido a que grandes tecnológicas como Facebook, Google o Apple, entre otras, hayan establecido allí su sede fiscal en Europa para pagar tasas más bajas de las que tendrían que desembolsar en cualquier otro Estado miembro.
Irlanda ha aceptado esta subida para sumarse al pacto internacional impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en julio, en el que 140 países de todo el mundo acordaron que las grandes multinacionales tenían que pagar un 15% de impuestos en los territorios donde generen negocio, en lugar de hacerlo sólo donde tienen sus sedes fiscales. La Unión Europea se beneficia, así, de la presión mundial ejercida sobre los irlandeses, que llevan resistiéndose a aceptar medidas de este tipo propuestas por Bruselas desde hace años.
Ahora, sin embargo, Irlanda se ha visto obligada a aceptar para no quedarse fuera de las discusiones que se llevan a cabo en el seno de la OCDE, lo que haría que perdiese influencia en las grandes decisiones económicas internacionales.
Las condiciones de Irlanda
No obstante, la de los irlandeses es una concesión con importantes condiciones. En primer lugar, para aceptarla, han negociado y conseguido que la OCDE elimine del texto que el acuerdo supondrá un tipo de impuesto de “al menos el 15%”. Irlanda entendía que ese “al menos” podría comprometerlos demasiado en el futuro en posibles reformas fiscales, por lo que tensó la cuerda con la organización económica internacional y ha conseguido que se borre la coletilla.
“El acuerdo establece que la tasa mínima efectiva para las multinacionales con una facturación anual superior a 750 millones de euros es del 15%. Hemos asegurado la eliminación del ‘al menos’ en el texto. Esto proporcionará la certeza fundamental para el gobierno y la industria y brindará estabilidad y certeza a largo plazo a las empresas en el contexto de las decisiones de inversión”, afirma Paschal Donohoe, ministro de Finanzas de Irlanda, en la nota.
Por otra parte, Dublín también habría conseguido el compromiso de la Unión Europea para no ir más allá del acuerdo de la OCDE en la directiva que prepara para gravar los beneficios de las grandes tecnológicas en el Viejo Continente. Es decir, que Bruselas no establecerá un impuesto de sociedades superior al 15% para las multinacionales con una facturación anual superior a los 750 millones de euros que generen negocio en territorio comunitario.
Por lo demás, en lo que se refiere a las empresas que no entran dentro de este acuerdo, es decir, las multinacionales que facturan menos de 750 millones de euros anuales, Irlanda seguirá aplicando un impuesto de sociedades de 12,5%, el segundo más bajo de la UE y diez puntos por debajo de la media comunitaria, según el último informe de la organización Tax Foundation.
“Para más de 160.000 empresas en Irlanda con un volumen de negocios inferior a 750 millones de euros al año, que emplean aproximadamente a 1,8 millones de personas, no habrá cambios en la tasa del impuesto de sociedades del 12,5%”, ha dicho Donohoe.
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