Los últimos resultados financieros de Apple, los del trimestre que va del 1 de agosto al 31 de octubre, dejaron como principal titular la fuerte caída de ventas de Mac, probablemente por una mezcla de calendario de lanzamientos desfavorable y por las fuertes ventas que tuvo la primera generación de chips M, capitalizando mucho interés y dejando poco espacio para renovaciones con los M2.
No obstante, hay otra lectura para esos resultados, la que deja entrever que no ha sido un año grandioso para Apple en cuanto a facturación. Sobre todo si miramos hacia atrás: Apple ha facturado 11.000 millones de dólares menos que en 2022 (recordemos que el año fiscal de Apple termina en octubre).
Y sobre todo, no hay un culpable para esta caída. Sino muchos. Casi todos lo son.
Solo Servicios se salva
Un vistazo rápido a la evolución de los ingresos de Apple. Tras un crecimiento importante en la primera década de los 2000, especialmente en su segunda mitad, los años diez le supusieron un crecimiento vertical hasta el punto de alcanzar el billón de dólares de capitalización bursátil a finales de década.
El crecimiento del iPhone como gran baluarte fue acompañado por la apertura hacia nuevas gamas de producto: el iPad (2010), el Apple Watch (2014 y comercialización en 2015) o los AirPods (finales de 2016). También el HomePod, su creciente apuesta por la división Servicios o la cuadratura del círculo que supuso el lanzamiento de Apple Silicon para los Mac.
Si miramos a la variación interanual de esos ingresos, es fácil detectar qué años fueron los de mayor crecimiento. Los de la consolidación del iPod y la llegada del iPhone se llevan la palma, pero también la pandemia, que propició un crecimiento anormal para una empresa que ya se había hecho gigantesca.
Este año, Apple ha visto cómo su facturación caía un 3% respecto al año anterior. Esto solo ha ocurrido otras tres veces en lo que llevamos de siglo:
- En 2001, cuando la mezcla de una recesión global, el estallido de las puntocom y el pánico que supuso para el inversor cualquier proyecto tecnológico; el frenazo de inversión empresarial por el 11-S y el proceso de reestructuración en el que todavía estaba inmersa Apple dejó una caída de casi el 40%... tras haber crecido casi un 50% el año anterior, no obstante.
- En 2016, cuando las ventas de los iPhone 6S quedaron muy lejos de las logradas por la generación anterior, la primera que trajo dos nuevos modelos reales (no contamos a la dupla 5C-5S) y el esperado aumento de pantallas.
- En 2018, cuando los iPhone Xs tuvieron una caída de ventas similar en motivos a la de 2016 y la fuerte caída de Apple en el mercado de China volvieron a impedir que la empresa mejorase sus ingresos del año anterior.
¿Qué ha ocurrido este año?
Veamos la evolución de los ingresos de las líneas de negocio de Apple:
¿Notan algo en común? Efectivamente, todas han caído este último año salvo Servicios. Que 2023 haya vuelto a ser un año en el que Apple no logra mejorar sus ingresos del año anterior no se explica porque los iPhone no hayan despertado el suficiente interés, o porque las ventas de Mac hayan caído, o porque el iPad haya ido a menos, o porque la división que engloba al Apple Watch, los AirPods y los Apple TV, entre otros, también haya caído. Es por todo eso a la vez, con muchos matices.
En el otro lado de la balanza, Servicios sigue creciendo imparable. Hace diez años era la cuarta división por ingresos, solo ligeramente por encima de 'Wearables, Hogar y Accesorios' en una época donde no había Apple Watch, ni AirPods ni HomePod. Hoy es la segunda y al ritmo que lleva tardará poco en suponer el 25% de los ingresos de Apple. Va por el 22%.
Imagen destacada | Xataka con Midjourney.
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