Durante los próximos años invertirá al menos 80.000 millones de dólares en la puesta a punto de varias fábricas
El Estado israelí entregará a Intel una subvención de 3.200 millones de dólares para su nueva planta
Cuando Pat Gelsinger afirmó por primera vez en octubre de 2022 que Intel tendrá los mejores transistores del mundo en 2025 resultaba razonable aceptarlo como un eslogan publicitario. O como una maniobra de enardecimiento en plena época de vacas flacas. Incluso podía tratarse, sencillamente, de una bravuconada destinada a fortalecer su empresa ante un medio con la visibilidad que tiene actualmente The Wall Street Journal. Sin embargo, poco a poco estamos comprobando que Gelsinger no iba de farol.
Aún es pronto para asegurar que Intel va a cumplir su itinerario y conseguirá tener listo su nodo litográfico 18A (1,8 nm) durante la segunda mitad de 2024. Pero los movimientos que ha hecho durante los últimos doce meses nos invitan a tomarnos en serio las declaraciones que hizo Pat Gelsinger hace ya más de un año. Por lo pronto durante los últimos días esta compañía está acaparando la atención en la industria global de los semiconductores debido a que está a punto de recibir el primer equipo de litografía de ultravioleta extremo (UVE) y alta apertura del planeta.
Esta sofisticada máquina ha sido diseñada y fabricada por la compañía neerlandesa ASML con la colaboración de ingenieros de la propia Intel, y no cabe duda de que es una pieza esencial en el itinerario que han fijado Gelsinger y sus acólitos para los próximos dos años. No obstante, la estrategia de Intel es lo suficientemente ambiciosa para ir más allá de los equipos de litografía. De hecho, uno de los ingredientes más importantes de su receta consiste en desarrollar aún más una red de plantas de fabricación de chips que ya es muy competitiva.
Intel se va a reforzar todavía más en un país sumido en el conflicto: Israel
El pasado 19 de junio Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, oficializó un acuerdo con Intel que perseguía construir una nueva fábrica de semiconductores de vanguardia que estará alojada junto a su actual planta de chips de Kiryat Gat, ubicada no muy lejos de Tel Aviv. En aquel momento la única información oficial que tuvimos fue que estas instalaciones costarían 25.000 millones de dólares y a priori iniciarían las pruebas de producción de circuitos integrados en 2027. Ese acuerdo acaba de ser formalizado, por lo que ahora sabemos algo más: el Estado israelí entregará a Intel una subvención de 3.200 millones de dólares para poner a punto esta nueva planta.
La coyuntura en la que se encuentra actualmente Israel es muy diferente y mucho más preocupante que aquella de la que disfrutaba en junio, cuando Netanyahu dio a conocer el acuerdo al que había llegado con Intel. Aun así, es evidente que la construcción de la nueva fábrica sigue adelante.
En cualquier caso, esta planta es solo uno de los peones que la compañía liderada por Pat Gelsinger ha colocado sobre el tablero. Y es que durante los próximos años va a gastarse al menos 80.000 millones de dólares en la puesta a punto de varias plantas de semiconductores de vanguardia.
Intel ha confirmado que invertirá 4.600 millones de dólares en unas nuevas instalaciones que estarán alojadas en Breslavia (Polonia), así como 13.000 millones de dólares más en la expansión de su fábrica de Leixlip (Irlanda). El propósito de la mejora de esta última planta será duplicar su capacidad de fabricación de chips en el nodo Intel 4.
El coste conjunto de las instalaciones en las que acabamos de indagar y el de la fábrica que esta empresa planea construir en Magdeburgo (Alemania) asciende a 80.000 millones de dólares. Y no podemos pasar por alto que, además, está poniendo a punto dos nuevas plantas de semiconductores en Arizona (Estados Unidos) que costarán 20.000 millones de dólares. Esto sí es poner toda la carne en el asador.
Imagen de portada: Intel
Más información: Reuters
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 60 Comentarios