El mensaje de fondo de la compañía danesa no es optimista: las alternativas al plástico son malas
Reducir el uso de plásticos es ideal para combatir el cambio climático, pero no es tan sencillo. Que se lo digan a Lego, el principal fabricante de juguetes a nivel mundial. Solo hace un par de años que lanzaron un plan para construir sus famosos bloques a base de botellas de plástico recicladas. Un plan para intentar reducir la cantidad de emisiones de CO2 que no ha salido como esperaban.
Lego fracasa en su intento de hacer los bloques sostenibles. Fue en 2021 cuando Lego anunció su primer programa para intentar fabricar bloques sostenibles. Tras años de estudio, se apostó por utilizar el tereftalato de polietileno reciclado (RPET) en vez del acrilonitrilo butadieno estireno (ABS) para sus productos. Es decir, utilizar plástico reciclado de botellas para sustituir los plásticos derivados del petróleo que son habituales.
Sin embargo, según ha reconocido Niels Christiansen, CEO de Lego, al Financial Times, la compañía ha abandonado esta idea.
En vez de reducir emisiones, las aumenta. El motivo es bastante directo. El plan no funciona. Resulta que fabricar estos bloques requiere adaptar toda la maquinaría y los equipos de la compañía, lo que acaba derivando en más emisiones.
"Es como intentar hacer una bicicleta con madera en lugar de acero", explica Tim Brooks, responsable de sostenibilidad de Lego. Por el momento, para crear un kilogramo de plástico (ABS) hacen faltan dos kilogramos de petróleo. Y este ABS se usa en el 80% de los bloques de Lego.
Objetivo 2032. Según justifican desde Lego, este paso atrás también es porque el plástico reciclado no era tan resistente ni tenía tanto agarre como el ABS. "No es pasar de 0 a 100 de un día para otro", expone el CEO de la compañía de juguetes.
La fecha marcada que sí esperan cumplir es la de 2032. Para ese año, esperan reducir un 37% sus emisiones respecto a 2019 y entre otros aspectos, utilizar únicamente materiales sostenibles para la fabricación de sus bloques. El RPET era su mejor baza hasta ahora, pero no ha cumplido las esperanzas que tenían puestas en él.
En su momento, Lego explicó que el RPET utilizado había sido elegido entre más de 250 variantes y había sido aprobado tanto por los reguladores estadounidenses como europeos.
El reciclado de plásticos es un quebradero de cabeza. Lego no es la única con problemas ante esta misión. Reciclar plástico es un proceso caro y con muchos costes asociados.
Aunque muchos empresas como Lego, con una producción anual enorme de plásticos (más de 100.000 toneladas), están interesadas en encontrar una alternativa, lo cierto es que a día de hoy no hay ninguna solución clara para sustituirlo.
Imagen | Ryan Quintal
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