C.C. Wei, el actual director general de TSMC, reemplazará a partir de mañana a Mark Liu como presidente
Este veterano ingeniero eléctrico llega al trono del mayor fabricante de chips del planeta en un momento muy delicado
Faltan unas pocas horas para que la vida de C.C. Wei dé un vuelco. El actual director general de TSMC ejercerá a partir de mañana mismo como presidente de la compañía en un momento extraordinariamente delicado. Mark Liu dejará la presidencia en las manos de este veterano ingeniero eléctrico con la tranquilidad que le da conocer al dedillo la impecable gestión que ha ejecutado durante los últimos seis años desde la dirección general.
TSMC ha crecido como la espuma durante el mandato de Wei. Esta empresa taiwanesa ya iba bien antes de la llegada de este ejecutivo a la dirección general en 2018, pero durante su gestión se ha consolidado como el mayor fabricante de semiconductores del planeta. Actualmente su cuota de mercado es de aproximadamente el 60%. Intel y Samsung se codean a mucha distancia, ambas con una cuota algo inferior al 20%, lo que entrega a TSMC una inercia muy positiva que a sus rivales les va a costar mucho contrarrestar.
La mayor preocupación de TSMC no son sus competidores. Lo es la geopolítica
Durante su presidencia Mark Liu ha sido la cara pública de TSMC. Y también la persona que ha lidiado con los Gobiernos y los vaivenes impuestos por la política. C.C. Wei, sin embargo, se ha limitado a planificar el día a día de la compañía. A definir su estrategia de negocio y dibujar los caminos que debía transitar para continuar creciendo y aventajando a sus competidores. A partir de mañana Wei tendrá que lidiar con la geopolítica y ser la cara visible de la compañía de la misma manera en que Liu lo ha sido durante los últimos años.
Su llegada a la presidencia se produce sobre un telón de fondo inquietante: la posibilidad de que el Gobierno de Xi Jinping decida invadir Taiwán. Mark Liu abordó este tema en 2022 durante una entrevista emitida por la cadena estadounidense CNN, pero lo hizo con serenidad y sin dejarse llevar por el alarmismo. "Todos perderíamos. Nadie se alzaría con la victoria. Los taiwaneses hemos elegido regirnos por un sistema democrático. Queremos elegir nuestra forma de vida, y creemos que la fabricación de chips es un sector clave en la economía de Taiwán", apuntó Liu en aquella ocasión.
Una guerra entre China y Taiwán tendría un impacto muy profundo en TSMC. De tanto calado, de hecho, que esta compañía ha optado por afianzarse fuera de sus fronteras. Actualmente tiene plantas, además de en Taiwán, en China (Tianjín y Shanghái) y EEUU (Washington), pero también está construyendo tres fábricas de vanguardia en Arizona (EEUU) y planea poner a punto una más en Dresde (Alemania). El tercer gran pilar de la estrategia de expansión internacional de TSMC es Japón. La buena sintonía que tienen la cúpula directiva de la empresa y el Gobierno nipón ha provocado que TSMC esté finalizando la construcción de una planta de semiconductores de vanguardia en Kumamoto.
Sea como sea la expansión internacional de TSMC probablemente no va a ser la principal fuente de quebraderos de cabeza de C.C. Wei. El Gobierno de Taiwán ha expresado que esta empresa puede proteger su tecnología puntera en Taiwán y seguir construyendo plantas de vanguardia en suelo taiwanés en una clara insinuación de que la expansión internacional de TSMC es perfectamente compatible con el fortalecimiento de su infraestructura dentro de Taiwán. Al Gobierno taiwanés no le interesa que TSMC se lleve toda su tecnología de vanguardia y sus secretos industriales fuera de la isla.
Imagen | TSMC
Más información | Nikkei Asia
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