De la mesa de ping-pong al 'remote first': así hacen las empresas tecnológicas para atraer a los trabajadores que les interesan

Buscar un buen programador y/o desarrollador no es fácil y parece que ahora va a ser más difícil aún. Dependiendo de la tecnología y especialidad, pueden llegar a escasear. Si eres una empresa con oficina y les quieres contratar en tu sede, corres el riesgo de que ni siquiera los encuentres en tu ciudad.

Al menos en el mundo tech, parece que la oficina se está volviendo más una barrera que un atractivo a la hora de seducir a futuros talentos. "Las empresas que no implementen el remote first están restringiendo sus opciones de contratación en un mercado cada vez más global en sectores como las TIC, gracias a la tecnología", afirma David Bonilla, fundador de Manfred, empresa especializada en unir empresas y talentos.

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¿Cómo seducir a los programadores en un mercado cada vez más amplio? Después de hablar con varios profesionales del sector, la respuesta pasa por los salarios, el mismo remote first y ahondando en qué es lo que quieren de verdad los desarrolladores a la hora de incorporarse a una empresa.

"Cada vez es más predominante ofrecer al menos la posibilidad de trabajar en remoto, sobre todo a la hora de buscar perfiles escasos en el mercado"

Que las empresas implementan el remote first en su cultura de trabajo quiere decir que para ellos la ubicación física no es relevante a la hora de trabajar en la empresa. Se puede elegir entre trabajar en oficina, de forma remota o una mezcla de ambas. Aun así, es un terreno escurridizo. Podemos verlo en el ejemplo de Facebook, que ha anunciado que para dentro de 10 años el 50% de la plantilla teletrabajará, pero el sueldo será mayor o menor dependiendo de la zona en la que viva el empleado.

No es una situación nueva: en Silicon Valley llevan años contratando gente fuera de San Francisco de forma remota. Automattic, dueña de WordPress, también se deshizo de sus oficinas presenciales hace tres años. Ahora posiblemente se convierta en la realidad de más empresas.

Una de ellas es Marketgoo, empresa especializada en posicionamiento en motores de búsqueda. Hace más de dos años que prescindieron de sus oficinas, según nos cuenta Jaime Muñoz, Head of Engineering de la empresa:

"Nosotros en su momento también nos planteamos designar los salarios según el lugar de residencia", nos cuenta Jaime, "pero eso conllevaría condicionar a las personas en sus decisiones de vivir en un lugar u otro ya que afectaría a sus salarios, por eso hemos decidido que sea invariable independientemente del lugar de residencia".

Su modelo de organización gira en torno a la flexibilidad horaria y al trabajo por objetivos, que el empleado pueda decidir desde dónde quiere trabajar y en qué horario:

David Bonilla, como mencionábamos antes, tiene claro que ofrecer la opción de trabajar en remoto es clave para ser competitivo. Desde su punto de vista, exigir a los candidatos que trabajen en una ubicación en concreto es un "lujo" que deben estar dispuestos a pagar en forma de un mayor salario.

"Si exiges que un trabajador venga a tu oficina, tienes que limitarte a contratar a las personas que quieren venir a tu oficina (menos oferta, suben los precios), o que el salario compense a los que no quieren ir a la oficina".

Otra empresa que está contratando actualmente en remoto es Devengo, la empresa que está detrás de la app con el mismo nombre. Ángela del Carmen, su CMO, también nos cuenta que "para ciertas zonas de España es muy importante la adquisición de talento en remoto".

"Cada vez es más predominante que las empresas tech ofrezcan al menos la posibilidad de trabajar en remoto. Sobre todo a la hora de buscar perfiles muy demandados y escasos en el mercado. A lo mejor el desarrollador Front-end o Back-end está en Granada, o Almería o el País Vasco, y que el departamento comercial esté en Madrid o Barcelona. Es difícil encontrarlos solo en esas dos ciudades".

Hablamos también con Ismael Barros, CEO y cofundador de Soluble, empresa dedicada a la estrategia de marcas, con una oficina en Barcelona. Nos explica que el remote first "empieza a ser casi un requerimiento básico en un contexto como es el de la contratación de perfiles técnicos, donde es especialmente difícil encontrar y atraer talento".

"Quizás la diferencia entre el antes y el después del COVID-19 sea menor que en otros sectores en el caso de este tipo de perfiles, precisamente por la alta demanda y la escasa oferta. No obstante, la crisis ha empujado (nos ha empujado) a muchas empresas a dar el salto definitivo a establecer una cultura compatible con trabajar en remoto, lo que previsiblemente provocará que el remoto se convierta en algo básico para estos procesos. Algo mucho más habitual que hace unos meses".

A estas alturas podemos entender que trabajar en remoto es sinónimo de romper barreras físicas y presenciales para optar a desempeñar tu profesión en una empresa u otra. Esto también se traduce en que empresas internacionales opten por contratar programadores españoles, lo que nos lleva al siguiente punto: salarios más altos con los que competir.

"Con la llegada de salarios internacionales sube la media que tenemos aquí"

Según los datos de Microverse, empresa que se dedica a formar desarrolladores en remoto, el salario medio del primer empleo de sus estudiantes (aspirantes a programadores) ronda los 26.000 dólares al año. Si pasamos a un perfil más senior, depende de qué tipo de desarrollador sea. En nuestro caso, vamos a comparar los sueldos de un desarrollador Front-End para que sea más clara la comparativa entre países.

Un estudio de salarios realizado en 2020 por Robert Walters, consultora de búsqueda y selección especializada, mostraba que un perfil de desarrollador senior (entre 3 y 7 años de experiencia) de Front-end en España puede rondar entre los 40.000 y 65.000 euros (en 2019 era entre 35.000 y 55.000 euros, que a su vez es mayor respecto a 2018). En Reino Unido puede llegar a ser entre las 55.282 y 66.338 euros.

Si vamos a los estudios a nivel global realizados en 2019 por Stack Overflow, una comunidad abierta para desarrolladores, (la metodología de este estudio fue mediante encuesta a los diferentes desarrolladores del mundo), podemos ver que España no va muy por detrás del resto de Europa. Por ejemplo, un desarrollador Front-end a nivel global gana de media 52.000 dólares, pero ese mismo puesto en Estados Unidos se paga a 103.000 dólares, casi el doble.

En la Guía Hays de salarios de 2019 también podemos ver que el sueldo fluctúa según la ciudad de España. Si nos ceñimos a los Front-end Senior, en 2019 en Barcelona la media era 42.000 euros mientras que en Valencia era de 34.000 euros.

"Un perfil junior recién salido al mercado laboral se puede mover en 20.000 euros al año", nos sigue contando Jaime de Marketgoo, "luego, por ejemplo, un senior Front-end Developer, que estamos buscando ahora, ronda 40.000 y 50.000 euros".

En su caso, la tecnología que requieren en su empresa es bastante común, así que no les resulta difícil encontrar según qué programador. "Pero si te vas a perfiles menos comunes como pueden ser Administrador de sistemas, que ahora todo el mundo llama DevOps, los salarios pueden ascender a 70.000 euros al año sin problema". Siempre depende de la tecnología que se busque y de la disponibilidad de programadores que hay en esa tecnología.

Jaime nos aclara también que muchos programadores no solo buscan dinero, sino libertad, confianza, comodidad a la hora de trabajar... No quieren fichar o que les vigilen al milímetro cada movimiento en su trabajo, sino que depositen confianza en ellos, flexibilidad y no ser un "número más". Poder conciliar la vida laboral con la familiar y no solo cumplir sus horas. Por eso mismo ofrecer el remote first, entre otras condiciones, es tan importante.

"La llegada de salarios internacionales también es un factor a tener en cuenta. Sube la media de salarios que tenemos aquí en España. Si eres una empresa más grande puedes competir con esos salarios, pero si eres más pequeño necesitas buscar otras cosas que ofrecer para ser competitivo, otras condiciones que no sea todo dinero".

Ángela también concuerda con Jaime que para muchos programadores el desarrollo profesional es muy importante, factor que influye a la hora de irse a una empresa u otra. "Al final cuando entran en un Amazon o un Ebay", nos explica Ángela, "el impacto que tiene una sola persona en esa empresa es reducido porque es un departamento muy grande y muchos desarrolladores, personas del sector tech, buscan precisamente impactar en la empresa".

"La diferencia que puede marcar alguien en una empresa pequeña sin duda va a ser mayor que la que pueda provocar en un gigante corporativo, lo cual es atractivo para los desarrolladores"

"Hablamos de sueldos altos", prosigue Ismael, "alguien que esté empezando puede rondar los 30.000 euros brutos anuales con unos pocos años de experiencia, porque el retorno del valor que aportan es alto y la situación del mercado es muy particular". Su experiencia le dice que estos perfiles no suelen, por lo general, fijarse en el salario como lo prioritario, siempre y cuando esté dentro de los parámetros estándares y coherentes con el puesto.

"Hemos empezado hablando de remoto y otras ventajas, pero también son fundamentales los valores y los principios de la empresa. Es mucho más determinante compartir las formas y los objetivos de la compañía a la que te vas a unir que una pequeña diferencia en la retribución. Si esa persona simplemente duda entre una u otra alternativa, el mensaje lo enfocaríamos hacia el impacto en el futuro de la compañía. En principio, la diferencia que puede marcar alguien en una empresa pequeña sin duda va a ser mayor que la que pueda provocar en un gigante corporativo. Si quieres marcar un antes y un después en una organización en Amazon lo vas a tener más complicado".

¿Dónde viven los programadores?

La respuesta corta sería en cualquier lugar. La respuesta larga es que tanto Marketgoo como Devengo, Soluble, entre otros, han tenido diversas experiencias respecto al tema. Por un lado, Jaime nos cuenta que la mayoría de sus solicitudes provienen de Madrid y Andalucía, Málaga y Córdoba sobre todo.

Ismael, por otra parte, ve que "hay una oportunidad en eso que llaman la España Vaciada, pueblos y pequeñas ciudades alejadas de las grandes capitales que ofrecen una calidad de vida muy alta con profesionales al mismo nivel que encuentras en Madrid o Barcelona" como lugares para encontrar talento. 

"Si vamos más allá y buscamos en el extranjero, aparecen nuevos factores a tener en cuenta relacionados con la magnificación de las ventajas y los peros del remoto: se hace más complejo gestionar horarios o la alineación cultural pero a la vez tenemos acceso a una mayor diversidad de personas y talento".

"Las ventajas y los peros del remoto: se hace más complejo gestionar horarios o la alineación cultural pero a la vez tenemos acceso a una mayor diversidad de personas y talento"

En Devengo están contratando actualmente y comentan en una línea parecida a la de Soluble. Destacan quizás un poco por encima Madrid y Barcelona, pero no hay tendencia dentro del territorio nacional: "Sí que es cierto que a la hora de contratar podemos tener cierto tipo de restricciones como que la zona horaria no sea muy despareja dentro de un mismo equipo de personas para que el trabajo a distancia pueda funcionar. Que sea a lo sumo dos horas de diferencia, en el caso de que estén fuera de España".

Esto nos lleva a que el remoto no sólo permite que programadores españoles salgan de nuestras fronteras, sino que el extranjero también se convierta en fuente de talento para empresas españolas.

Con la llegada del remoto, herramientas como Zoom, Microsoft Teams o Slack están viviendo su mejor momento. Entre ellas, está Doist, una empresa completamente remota, que desarrolla Todoist, un administrador de tareas y de trabajo, por lo que la propia esencia de la empresa es en remoto. "El presente ya es remoto, y el futuro era remoto antes de esta crisis", nos explica Daniel García, Desarrollo de Negocio en Doist. "Las empresas que sepan adaptarse a este formato antes tendrán ventajas competitivas en el futuro sobre otras que se queden más rezagadas".

Toda su plantilla está en remoto desde antes de la pandemia y su cultura de empresa gira en torno a ese modelo de organización. Daniel nos cuenta que el trabajo en remoto presenta la principal ventaja de poder "atraer talento de cualquier parte del mundo, no necesitas tener una sede en Nueva York, San Francisco y Londres, hay mucho talento que no está en esas ciudades".

"Tenemos gente de pequeños pueblos de Alemania, de Nigeria, de Jamaica o de Eslovaquia que están por encima de mucho talento de grandes compañías de Silicon Valley. Contratar gente de diferentes países promueve la diversidad dentro de la empresa y de paso puedes ayudar a revitalizar comunidades locales. Si no necesitas trabajar en una sede de una gran ciudad, ¿por qué no hacerlo desde una casa en un pequeño pueblo o el campo? Es un plus para descongestionar nuestras ciudades".

Una buena conclusión puede ser la que nos da Ismael, reflexionando sobre cómo las pequeñas empresas intentan ser creativas y competitivas en un mercado cada vez más globalizado:

"En Soluble defendemos que debe trabajarse desde la marca tener opciones de acceder al mejor talento. Por esta razón es clave definir bien cuál es tu visión, cuál es tu horizonte, cuáles son tus valores y tu propósito, y sobre todo contarlo y evidenciarlo con hechos. Cuando esto existe, cuando se da esta alineación para nosotros básica, es el momento de tratar de hacer las ofertas lo más atractivas posibles: entorno de trabajo, flexibilidad, cuidado del equipo, teletrabajo, beneficios... Hablamos de un sector donde a ciertos niveles no existe el paro, por lo que es el talento el que elige la empresa donde trabajar y no al revés".

Ilustración destacada | Jesús León.

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