El sector tecnológico de EEUU vive una ola de despidos sin precedentes. Algo lo facilita: la Sección 174

  • El cambio en la normativa fiscal afecta a la factura de impuestos de las startups

  • Las empresas se ven obligadas a despedir a sus ingenieros de software 

Frenazo a la inversión en I+D
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El ecosistema de startups de Silicon Valley se mueve en un delicado equilibrio entre inversiones de capital riesgo, ingeniería de alto nivel y fiscalidad favorable. Cuando uno de esos tres puntales se debilita, el ecosistema al completo se resiente.

La Sección 174 iba a ser una medida fiscal compensatoria temporal que aplaza la amortización del I+D que las empresas realizan, pero que finalmente se ha instaurado de forma permanente. Las startups de nueva creación, con pocos recursos y presionadas por las inversiones de capital de riesgo a obtener rentabilidad inmediata, son las más afectadas por la nueva política fiscal. la nueva normativa frena de golpe todo su impulso de innovación y la contratación de nuevo personal, además de forzar el despido de los ingenieros que hacen posible esa innovación.

Sección 174: la normativa fiscal que iba a ser temporal, pero al final no. En noviembre de 2017, bajo el mandato de Donald Trump, se aprobó la modificación de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos que entraría en vigor en 2020. Esta reforma modificó la aplicación de algunas deducciones fiscales, lo que derivó en una reducción fiscal inmediata del tramo impositivo del 39,6% al 37%. Para que esa reducción de impuestos no afectara a los presupuestos del Estado, se aplicó lo que se llama un proceso de compensación, con el que se aplaza el pago de determinados impuestos. Una de estas medidas de compensación era la que se aplicaba en la Sección 174 de la Ley, que afecta a la amortización de gastos de I+D y experimentación.

Esta medida iba a ser temporal hasta diciembre de 2022. Sin embargo, la falta de acuerdo en la modificación de esa norma ha hecho que finalmente se consolide como ley en la declaración de impuestos de 2023.

¿Cómo afecta a las nuevas startups de Silicon Valley? La sección 174  hace que todas las empresas estadounidenses deban amortizar los costes de desarrollo de software durante repartidos en porcentajes durante cinco años, en lugar de hacerlo al 100% en el año en curso. Esto tendrá un impacto inmediato en el pago de impuestos en las empresas tecnológicas pequeñas y en su etapa inicial.

Por poner un ejemplo, una empresa ingresa 1 millón de dólares con un servicio de SaaS (Software as a Service), y tiene contratados a cinco ingenieros para desarrollar la aplicación con salarios de 200.000 dólares anuales. En 2021 se consideraba que esa empresa no ha tenido beneficios porque el importe ingresado ha ido íntegramente a pagar los costes del desarrollo (en forma de salarios de los cinco ingenieros).

Sin embargo, con el cambio de la sección 174, la inversión en el desarrollo del software tiene que fragmentarse en cinco años, por lo que, aunque la empresa no tenga beneficios reales, a efectos fiscales habría tenido una ganancia de 900.000 dólares y debe pagar impuestos sobre ese importe. Unos impuestos sobre un dinero que, en realidad, ya no tiene porque ya ha pagado el salario de los ingenieros que desarrollan el software.


2021

2022 (Con cambios en la Sección 174)

2023 (CON CAMBIOS EN LA SECCIÓN 174)

Facturación

1.000.000 de dólares

1.000.000 de dólares

1.000.000 de dólares

Gastos pagados durante el año en concepto de Mano de obra de ingeniería de software

1.000.000 de dólares

1.000.000 de dólares

1.000.000 de dólares

De los cuales son deducibles para el ejercicio

1.000.000 de dólares

100.000 dólares (10% inicial)

300.000 dólares

(10% del primer año + 20% del año 2 a 5 y 10% para el año 6)

Beneficio

0 dólares

900.000 dólares

700.000 dólares

Impuesto de sociedades modificado

0 dólares

(Adeudo en 2022)

189.000 dólares

(Adeudo en 2023)

147.000 dólares

(Adeudo en 2024)

Viable para empresas asentadas, mortal para las nuevas. Tal y como denunciaba el consorcio creado por empresas y startups de Silicon Valley Coalición de Investigación y Desarrollo para presionar al Gobierno para la derogación de esta ley, "[Los cambios de la Sección 174 son] un cambio dramático en el tratamiento fiscal de las inversiones empresariales en investigación e innovación, y dejarán a Estados Unidos con un sistema como ningún otro en el mundo industrializado. Al disminuir el valor a corto plazo de los gastos en investigación y desarrollo, la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos reducirá los incentivos para que las empresas inviertan en el desarrollo de nuevos productos, lo que en última instancia perjudicará tanto a los consumidores como a las empresas".

Las empresas con gran capacidad como Microsoft, Netflix o Google han podido absorber sin problema el incremento de los impuestos derivados del aplazamiento de esa amortización de su I+D, pero pequeñas empresas que todavía están en desarrollo se encuentran con facturas fiscales inasumibles que deben pagar con un dinero que, en realidad, no tienen porque se han invertido en desarrollar sus productos.

La solución: desarrollos más lentos con menos personal. Uno de los daños colaterales de esta reforma fiscal está siendo la caída en la contratación de nuevos perfiles de ingenieros de software, siendo este el perfil más afectado por el cambio en la desgravación, echado el freno a la creación de nuevos empleos en Estados Unidos.

Además, tras reforma de la sección 174 también está haciendo que las empresas de Silicon Valley reduzcan sus plantillas dedicadas al desarrollo de software, con el fin de dedicarle menos recursos y ahorrar esa inversión en la factura fiscal del próximo año. Este movimiento de contracción explicaría en parte el gran número de despidos que se han producido en la recta final de 2023, cuando ante una previsible bajada de ingresos para 2024 y una mayor carga fiscal, las empresas han reducido la inversión en I+D.

Hecha la ley, hecha la trampa. La entrada en vigor de esta ley no solo afecta a las empresas de Estados Unidos. De la misma forma que se desarrolla la Teoría del caos, el aleteo de una mariposa (fiscal, en este caso) tiene efectos devastadores en el otro confín del mundo.

La sección 174 también afecta a la contratación de ingenieros de software de forma remota en cualquier lugar del mundo ya que, si se realiza, se añade una penalización adicional debiendo ampliarse la amortización en hasta 15 años. Por lo que cualquier ingeniero no estadounidense tiene mayor probabilidad de ser despedido.

Sin embargo, lo que sí pueden hacer las empresas es contratar a estos ingenieros como proveedores que ofrecen un servicio de software externo, no como empleados de desarrollo. De forma que esa inversión se imputa como gasto a proveedores y no como I+D.

Buenas noticias para Europa y el resto del mundo. Con la reforma, muchas startups podrían echar mano de la ingeniería fiscal y crear sucursales fuera de Estados Unidos para que fueran estas las que desarrollaran el software para, luego, comprar sus servicios en la empresa de Estados Unidos.

En cualquier caso, la medida fiscal está poniendo palos en las ruedas a la innovación en EE.UU y echando gasolina sobre un mercado laboral que está dando muestras de enfriamiento en el último trimestre del año.

El nuevo escenario fiscal plantea una gran sombra sobre el mercado laboral de terceros países, dado que muchos de sus ingenieros trabajaban de forma remota para una empresa estadounidense, agravando la escasez de talento de la que ya adolecen las empresas de innovación tecnológica.

Sin embargo, se abren nuevas oportunidades para Europa y otras economías que, sin mover un dedo, han conseguido que sus empresas ganen competitividad frente a sus rivales norteamericanas.

En Xataka | Las empresas han encontrado la forma de despedir indefinidos tras la reforma laboral: despido disciplinario

Imagen | Pexels (ThisIsEngineering)

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