Warren Buffett se ha granjeado a pulso la fama de ser uno de los inversores más certeros. Actualmente según Forbes es el quinto ser humano más rico del planeta, y su patrimonio neto, que está estimado en unos 118.000 millones de dólares, procede de las acertadas decisiones que ha tomado a lo largo de sus más de seis décadas de trayectoria profesional. Sin embargo, a pesar de su impactante currículo, tenemos razones sólidas para aceptar que ha dado un paso en falso.
A mediados de noviembre de 2022 Berkshire Hathaway, que es la empresa de inversiones que lidera desde los años 60, incrementó de una forma muy significativa su participación en TSMC a través de la compra de 60 millones de acciones. Esta operación le costó 5.000 millones de dólares, y tenía sentido si tenemos presente que esta compañía taiwanesa es el mayor fabricante de circuitos integrados del planeta y acapara nada menos que el 54% del mercado mundial.
Sin embargo, poco después y en un giro inesperado de los acontecimientos, Buffett dio marcha atrás. Y es que a mediados del pasado mes de febrero decidió vender el 86,2% de las acciones que estaban en su poder, por lo que de los 60 millones de acciones iniciales que poseía solo retiene 8,3 millones. Nada más dar este paso la cotización de TSMC cayó un 6%, y la incertidumbre en la que está sumida la industria de los chips nos invitaba a pensar que se cernía sobre esta compañía un panorama sombrío. Nada más lejos de la realidad.
TSMC es una apisonadora imparable
Con toda probabilidad el principal motivo por el que Warren Buffett decidió deshacerse de la mayor parte de sus acciones en TSMC fue el estrés al que está siendo sometida esta compañía como consecuencia de la tensión geopolítica que sostienen China y Taiwán. Parece un movimiento razonable, pero ahora, casi tres meses después de la ejecución de aquella decisión, están alzando la voz expertos que aseguran que Buffett se dio demasiada prisa. Tanta, de hecho, que probablemente va a arrepentirse de haber desconfiado del futuro de TSMC.
Nicholas Spiro, que es un experto en economías emergentes y consolidadas que colabora con el diario South China Morning Post, defiende que "la posición de liderazgo de TSMC en la industria será inexpugnable a medio plazo. Durante el primer trimestre de 2023 su margen operativo alcanzó un asombroso 45% debido a que la mitad de su negocio está comprometido con la fabricación de chips de vanguardia". El margen operativo es un parámetro que a grandes rasgos identifica qué beneficios tiene una empresa antes de pagar los impuestos frente a sus ingresos totales.
Si finalmente China y Taiwán entran en una confrontación directa es evidente que TSMC no saldría bien parada, pero también podemos estar seguros de que la sacudida debilitaría los cimientos de toda la industria de los chips debido al esencial rol de soporte que ejerce esta compañía taiwanesa y a los estrechos lazos que mantiene con decenas de empresas estadounidenses, europeas y asiáticas. En definitiva, si TSMC estornuda toda la industria de los semiconductores se constipará, y a nadie le interesa este desenlace. A Taiwán desde luego no, pero tampoco a EEUU. Ni a China.
A pesar de lo inquietante que es la coyuntura actual, TSMC sigue adelante como una apisonadora. Como si nada de todo esto fuese con ella. Su nueva planta de semiconductores instalada en el parque científico del sur de Taiwán ya está casi lista, y la de Hsinchu presumiblemente lo estará en 2024, o, a lo sumo, en 2025. Como es lógico, para operar estas instalaciones TSMC necesita personal altamente cualificado. De hecho, ha confirmado que para cubrir sus necesidades durante 2023 necesita reclutar a nada menos que 6.000 ingenieros.
No obstante, esta cifra se ciñe a sus necesidades para Taiwán. Cuando estén listas sus nuevas plantas de Estados Unidos necesitará con toda seguridad contratar más personal cualificado. Además de confirmar a cuántos ingenieros necesita fichar TSMC ha desvelado cuánto piensa pagarles. Y no está pero que nada mal. El salario medio de un ingeniero recién llegado a la compañía y avalado por un máster supera los 65.500 dólares anuales, pero este es solo el punto de partida. A esta compañía le va bien y ni siquiera en las circunstancias actuales parece una buena idea dejar de contar con ella.
Imagen de portada: TSMC
Más información: SCMP
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